“No tendrá temor de malas noticias; su corazón está firme, confiado en Jehová. Asegurado está su corazón; no temerá.” (Salmos 112:7)
Hay muchas razones por las cuales podemos alabar a Dios. Los salmos están repletos de diferentes motivos por los cuales podemos dedicarle a Él nuestra gratitud. En Dios podemos encontrar diferentes atributos por los cuales Él es digno de que lo exaltemos y alabemos. Por algo nos dice el salmista que “el principio de la sabiduría es el temor de Jehová; buen entendimiento tienen todos los que practican sus mandamientos”(111:10). Es de sabios temer a Dios porque las recompensas que uno recibe por obedecerlo a Él son infinitas e incomparables. Personalmente no podría concebir otra manera de vivir porque Dios me ha dado tanto y tengo tanto que agradecerle que lo único que le puedo dar es mi completa obediencia y rendición a Él. Me puedo identificar con cada una de las razones que menciona le salmista por alabar a Dios. Una de ellas es el cuidado de Dios del que nos habla el Salmo 111. Mientras caminemos en la voluntad de Dios podemos habitar seguros y confiados de que Él está en cuidado de nuestras vidas. Dios nos protege de todo mal y es nuestro refugio en todo tiempo; podemos habitar seguros bajo su cuidado y protección.
Mientras nos mantengamos enfocados en la Palabra de Dios y lo sigamos a Él podemos estar seguros de que no resbalaremos jamás porque Dios nos ofrece su mano para sostenernos en todo tiempo. Las malas noticias no nos pueden afectar porque podemos confiar en que Dios está en control de todas las cosas que nos rodean y afectan. En el Salmo 112 podemos encontrar esa certeza de que Dios es el que nos mantiene firmes y de pie mientras vivamos una vida en temor a Él, obedeciéndolo y siguiendo los propósitos que tiene trazados para nuestras vidas. Por eso podemos alabar a Dios por la seguridad que Él nos ofrece. Podemos alabar a Dios por su gran misericordia porque a pesar de que le hemos fallado y que a veces no hemos caminado bajo el temor de Dios, Él igual nos perdona y nos vuelve a dar otra oportunidad: “Alabad a Jehová porque Él es bueno, porque para siempre es su misericordia” (118:1).
Por todas estas razones y muchas más podemos alabar a Dios y agradecerle por como se ha mostrado para con nosotros. Pensar que todas estas cualidades las tiene un único Dios ya que Dios uno es. En ese tiempo la mayoría de los pueblos creían en varios dioses e ídolos, pero Israel siempre creyó en un solo Dios porque vez tras vez Él mostro su poder para con ellos a través de todas estas cualidades por las que hoy le agradecemos. Si es de sabios temer a Dios, entonces es de necios el adorar a ídolos porque Dios es lo único que necesitamos para vivir una vida plena. Los ídolos son simplemente creaciones humanas. Una vez que tenemos un encuentro con el Dios verdadero entonces no necesitamos nada más porque Él realmente satisface todas nuestras necesidades. Cualquier cosa que ocupe el primer lugar en nuestros corazones que no sea Dios se convierten en ídolos para nosotros porque Dios requiere que vivamos en completo temor y reverencia hacia Él. Dios tiene que ser lo primero en nuestros corazones y nada más puede ocupar su lugar. No pongamos nuestra confianza en cosas pasajeras sino que pongamos toda nuestra vida en Sus manos para poder vivir con un corazón firme y confiado en Él.
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