Dr MARTIN VASQUEZ

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Mesa, Arizona, United States
EDUCATION: Holt High School, Holt Mich., Lansing Community College, Southwestern Theological Seminary, National Apostolic Bible College. MINISTERIAL EXPERIENCE: 51 years of pastoral experience, 11 churches in Arizona, New Mexico and Florida. Missionary work in Costa Rica. Bishop of the Districts of New Mexico and Florida for the Apostolic Assembly. Taught at the Apostolic Bible College of Florida and the Apostolic Bible College of Arizona. Served as President of the Florida Apostolic Bible College. Served as Secretary of Education in Arizona and New Mexico. EDUCACIÓN: Holt High School, Holt Michigan, Lansing Community College, Seminario Teológico Southwestern, Colegio Bíblico Nacional. EXPERIENCIA MINISTERIAL: 51 años de experiencia pastoral, 11 iglesias en los estados de Arizona, Nuevo México y la Florida. Trabajo misionera en Costa Rica. Obispo de la Asamblea Apostólica en los distritos de Nuevo México y La Florida. He enseñado en el Colegio Bíblico Apostólico de la Florida y el Colegio Bíblico Apostólico de Arizona. Presidente del Colegio Bíblico de la Florida. Secretario de Educación en los distritos de Nuevo México y Arizona.

Monday, January 30, 2023

LA ADORACIÓN QUE AGRADA A DIOS

“Mas la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores busca que le adoren.” (Juan 3:24)

Una vez una mujer samaritana trató de debatir con Jesús cuál era el mejor tiempo, lugar y estilo de adoración. Jesús le respondió que esos detalles externos eran irrelevantes. Dónde adora no es tan importante como cómo adora y cuánto de usted mismo ofrece a Dios cuando adora. Hay una manera correcta y una manera incorrecta de adorar. La Biblia dice, "Seamos agradecidos y adoremos a Dios de la manera que le complacerá" (Hebreos 12:28).

Dios se complace cuando nuestra adoración es veraz. A menudo alguien dice, "Pienso que Dios es..." y después él o ella comparte su idea de la clase de Dios que le gustaría adorar. Pero no podemos arbitrariamente crearnos nuestra propia imagen conveniente o inofensiva de Dios y adorarla. Eso es idolatría.

La adoración tiene que estar basada en la verdad de las Escrituras, no en nuestras opiniones de Dios. Jesús le dijo a la mujer samaritana, "los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores busca que le adoren." Adorar en verdad significa adorar a Dios tal como El es verdaderamente revelado en la Biblia.

Dios se complace cuando nuestra adoración es auténtica. Cuando Jesús dijo que usted debe "adorar en espíritu", él no se estaba refiriendo al Espíritu Santo sino al espíritu suyo. Hecho a semejanza de Dios, usted es un espíritu que reside en un cuerpo y Dios diseñó su espíritu para comunicarse con El. La adoración es su espíritu respondiendo al Espíritu de Dios. Cuando Jesús dijo, "Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma" él quiso dar a entender que la adoración debe de ser genuina y de corazón. No es sólo una cuestión de decir las palabras correctas; tiene que sentir lo que dice. La alabanza que no viene del corazón ¡no es alabanza del todo! No tiene ningún valor y es un insulto a Dios.

Cuando adoramos, Dios ve más allá de nuestras palabras y ve la actitud de nuestros corazones. La Biblia dice, "El hombre mira la apariencia exterior, pero el Señor mira el corazón"(I Samuel 16:7). Como la adoración envuelve deleitarse en Dios, ésta utiliza sus emociones. Dios le dio sus emociones para que lo pudiera adorar con sentimientos profundos, pero esas emociones tienen que ser genuinas, no fingidas. Dios odia la hipocresía. El no quiere exhibicionismo o pretensión o fingimiento en su adoración. El quiere su amor sincero y real. Podemos adorar a Dios imperfectamente, pero no podemos adorarlo sin sinceridad. Claro, la sinceridad por sí sola no es suficiente; uno puede estar sinceramente equivocado. Por eso es que el espíritu y la verdad son necesarios. La adoración tiene que ser veraz y auténtica. La adoración que complace a Dios es profundamente emocional y profundamente doctrinal. Usamos nuestros corazones y nuestras cabezas.

Hoy en día muchas personas igualan ser emocionalmente conmovido por la música a ser conmovido por el Espíritu, pero estas dos cosas no son las mismas. La adoración genuina ocurre cuando su espíritu responde a Dios, no a algún sonido musical. De hecho, algunas canciones introspectivas y sentimentales son un obstáculo a la adoración porque le quitan la atención a Dios y la concentran en nuestros sentimientos. La mayor distracción en la adoración es usted mismo, sus intereses y su preocupación de lo que otros están pensando de usted.

A menudo los cristianos difieren acerca de la manera más apropiada o auténtica de expresar la adoración  a Dios, pero estos argumentos usualmente sólo reflejan diferencias de personalidad y de experiencias pasadas. Hay muchas formas de adorar que son mencionadas en la biblia. El mejor estilo de adoración es el que más auténticamente representa su amor por Dios, basado en el pasado personal y la personalidad que Dios le dio.

 

WORSHIP THAT IS PLEASING TO GOD

“But the hour cometh, and now is, when the true worshippers shall worship the Father in spirit and in truth: for the Father seeketh such to worship him.” (John 4:23)

Once a Samaritan woman tried to debate with Jesus as to what was the best time, place and style of worship. Jesus answered her that these external details were irrelevant. Where you worship is not as important as to how you worship and how much of yourself you offer to God when you worship. There is a correct way and an incorrect way of worshiping. The Bible says, “Because we are thankful, we should worship God in a way that will please him. We should do this with respect and fear” (Hebrews 12:28).  

God takes pleasure when our worship is truthful. Very often someone says, "I think God is ..." and later he or she shares their idea of the kind of God they would like to worship. But, we cannot arbitrarily create our own suitable or inoffensive image of God and adore it. This is idolatry.

Worship has to be based on the truth of the scriptures, not in our own opinions of God. Jesus said to the Samaritan woman, "The true worshippers shall worship the Father in spirit and in truth: for the Father seeketh such to worship him." To worship in truth means to worship God as He is truly revealed in the Bible.

God takes pleasure when our worship is authentic. When Jesus said that we have to “worship in spirit”, he was not referring to the Holy Spirit but to our own spirit. Made in God's likeness, you are a spirit that resides in a body and God designed our spirit to communicate with Him. Worship is our spirit responding to God's Spirit. When Jesus said, "love the Lord your God with all your heart and with all your soul" he wanted us to understand that worship must be genuine and must come from the heart. It is not only a question of saying the correct words; you have to feel what you say. Worship that does not come from the heart is not complete worship! It does not have any value and it is an insult to God.

When we worship, God sees beyond our words and sees the attitude of our hearts. The Bible says, "For man looketh on the outward appearance, but the Lord looketh on the heart." (I Samuel 16:7). As worship involves taking delight in God, this utilizes your emotions. God gave you your emotions so you could worship Him with deep feelings, but those emotions have to be genuine, not feigned. God hates hypocrisy. He does not want exhibitionism or pretension or simulation in his worship. He wants your sincere and genuine love. We can worship God imperfectly, but we cannot worship Him insincerely. Certainly, sincerity alone is not sufficient; one can be sincerely wrong. That's why spirit and truth are necessary. Worship has to be truthful and authentic. Worship that pleases God is deeply emotional and deeply doctrinal. We use our heart and our head.

Nowadays many people equate being emotionally moved by the music to being moved by the Spirit, but these two things are not the same. Genuine worship occurs when your spirit responds to God, not to some musical sound. In fact, some introspective and sentimental songs are an obstacle to worship because they take the attention away from God and concentrate on our feelings. The biggest distraction in worship is you, your interests and your worries of what others are thinking of you.

Many people differ about the most appropriate or authentic way of expressing worship to God, but these arguments usually only reflect differences of personality and of past experiences. There are many forms of worship that are mentioned in the Bible. The best form of worship is the one that more authentically represents your love for God based on your personal past and the personality that God gave you.

 

 

Monday, January 16, 2023

¿QUE ES LO QUE DIOS ESPERA DE NOSOTROS?

 “Acercándose uno de los escribas, que los había oído disputar, y sabía que les había respondido bien, le preguntó: ¿Cuál es el primer mandamiento de todos? Jesús le respondió: El primer mandamiento de todos es: Oye, Israel; el Señor nuestro Dios, el Señor uno es. Y amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente y con todas tus fuerzas. Este es el principal mandamiento. Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. No hay otro mandamiento mayor que éstos. Entonces el escriba le dijo: Bien, Maestro, verdad has dicho, que uno es Dios, y no hay otro fuera de él; y el amarle con todo el corazón, con todo el entendimiento, con toda el alma, y con todas las fuerzas, y amar al prójimo como a uno mismo, es más que todos los holocaustos y sacrificios. Jesús entonces, viendo que había respondido sabiamente, le dijo: No estás lejos del reino de Dios.” (Marcos 12:28-34)

Es en el área de lo que Dios espera de nosotros que habido uno de los más grandes áreas de diferencias de opinión entre varias perspectivas religiosas a través de los tiempos. Antes que el Judaísmo llego a ser prominente, la mayoría de las religiones en el mundo antiguo no proclamaron lo que los dioses tuvieron expectativas morales de la gente. La expectativa principal era que la gente les pagaría homenaje con sacrificios. En el caso de los dioses Griegos muchos de ellos se comportaban de maneras que aun ellos estaban lejos de la moral, aun teniendo amoríos sexuales con mortales. Ellos también frecuentemente se ocupaban en actos de decepción el uno contra el otro. Los dioses egipcios mostraron características similares. Las diosas Cananitas de fertilidad eran adoradas por allegarse a las prostitutas de culto y tener sexo con ellas. Era en este contexto que el Judaísmo proclamo un Dios quien exigía fidelidad, honestidad y integridad sexual. ¡Esto era una manera radical de pensar para este tiempo!

LOS DIFERENTES PUNTOS DE VISTA DE HOY

Esta diferencia persiste hoy. Algunos pensamientos de la Edad Nueva nos volvería a estas perspectivas primitivas donde Dios es visto como demandando poco de la gente éticamente. Muchos de la fe islámica cree que Dios espera que sus seguidores se envuelvan en “guerras santas,” mientras que hay algunos en la iglesia Cristiana que dicen que Dios espera que seamos pacifistas. Ciertamente, aun dentro de la misma  iglesia cristiana ha habido una variedad de perspectivas sobre lo que Dios espera de nosotros en las áreas del cuidado personal (fumando, bebiendo, puntos sociales {el aborto, la guerra, pena de muerte}).

DIOS SE HA REVELADO 

Dios se ha revelado a nosotros en la Biblia para mostrarnos como Él es y también para  dejarnos saber lo que Él espera de nosotros. En el Antiguo Testamento, había un gran énfasis en proclamar lo que Dios esperaba mediante listas largas de reglas y regulaciones, cosas que hacer y acciones para evitar. A través del tiempo estas listas se hicieron más largas y más complicadas, por las interpretaciones de varios rabinos. Debido a esto, declaraciones más concisas de lo que Dios esperaba tuvieron grade atracción. Se pueden encontrar tales declaraciones en ambos el Antiguo y Nuevo Testamentos (Miqueas 6:6-8; Santiago 1:27). En este pasaje, Jesús da el resumen más importante de lo que espera de nosotros. Por mirar este pasaje podemos mejor evaluar lo que otros dicen de las expectativas de Dios en cuanto a nosotros.

Una de las conexiones más consistentes hechos en el Nuevo Testamento es la conexión entre el amor de Dios y amar la gente alrededor de nosotros. Aquí, Jesús nos dice que el amar a Dios y amar a nuestro prójimo son los dos más grandes mandamientos. En una historia en el Evangelios según San Mateo que es similar a esta, Jesús dice adicional mente, “De estos dos mandamientos depende toda la ley y los profetas” (Mateo 22:40). Entonces en San Mateo 25, enseña lo que se puede pensar como el resultado de esta enseñanza, que mostrando amor a “uno de los menos” de las personas en necesidad alrededor de nosotros es igual que mostrar amor a Él (Mateo 25:31-46).  El apóstol Juan nos dice: “Si alguno dice: Yo amo a Dios, y aborrece a su hermano, es mentiroso. Pues el que no ama a su hermano a quien ha visto, ¿cómo puede amar a Dios a quien no ha visto?” (I Juan 4:20)  Santiago nos dice que es inconsecuente que la misma boca bendiga a Dios y maldecid las personas alrededor de nosotros quien han sido hecho en Su imagen (Santiago 3:9). Lo que dice todo esto es que la persona religiosa de corazón frió, con la Biblia en la mano y un ceño en la cara, buscando a personas para juzgar y condenar, es claramente contrario a lo que Dios espera de nosotros.

La respuesta de Jesús comienza con el Shema (v-29) que esencialmente declara que el Señor es uno. Mientras esta declaración se parecería a una declaración teológica con poco que decirnos sobre lo que Dios espera de nosotros, no obstante tiene implicaciones. En el tiempo antes que el monoteísmo de Israel ganara una posición estable, se creía que cada nación tenía su propio dios por separado. El dios o dioses de una nación cuidaba la gente de esa nación contra la gente de otra nación, y si había un conflicto, el dios o dioses más fuerte ganaría. Este politeísmo por lo tanto era parte de la división entre la gente. Pero declarar que Dios es verdaderamente uno es también declarar que Dios es el Señor de todos nosotros. Eso significa que necesitamos tratarnos el uno al otro como hijos del mismo Dios, como familia.

Jesús entonces continúa y da lo que Él considero ser el más grande mandamiento: Que debemos amar a Dios con todo nuestro corazón, alma, mente y fuerzas. Eso quiere decir, ¡con todo que somos! Esto es un amor que va más allá de servicio de labios. Cuando todo las atracciones que el mundo tiene que ofrecer pelean por primer lugar en nuestro corazón, necesitamos aclara que ese lugar esta reservado solo para Dios. Cuando personas tratan de usar argumentos intelectuales para crear duda y convertirnos en escépticos, necesitamos amar a Dios con todo nuestra mente. Cuando hemos corriendo aquí, allí y por todas partes hasta que nos agotamos, pero entonces nos convencimos que Dios nos está llamando para hacer una cosa más, necesitamos amar a Dios con toda nuestras fuerzas.

El mandamiento de amar a Dios de esta manera es inclusivo de varios mandamientos del Antiguo Testamento. La persona que ama a Dios no pondrá nada o nadie sobre Él (Ex. 204-6); ni se referirá a Dios en una manera irrespetuosa (Ex. 20:7). Amando a Dios también significa apartando un tiempo especifico de cada semana para adorarle y alabarle (Ex. 20:8-11).

El segundo mandamiento más importante de Jesús era que amaremos nuestro prójimo como nosotros mismos. Aquí  es significante señalar que este mandamiento asuma que una persona se ama a sí misma. Sin embargo, esto no siempre es el caso. Algunas personas fueron criadas por padres o guardianes que nunca tenían algo bueno que decir de ellos, y en el proceso desarrollaron una opinión muy negativa de ellos mismos. Tales personas tienen un tiempo muy difícil amando a otros también. Como un ejemplo de esto, muchos asesinos sicópatas que son capturados quieren morir. La falta de valor que le ponen a las vidas de otros ha resultado de su falta de valorizar su propia vida. Lo que Dios nos llama hacer es valorizar cada vida que Dios ha creado como preciosa más allá de comparación, si esa vida es nuestra o de alguien más. Este respecto a la vida se basa en el primer mandamiento, el mandamiento de amar a Dios. Somos creación de Dios, obra de arte de Él. Amamos a Dios por atesorar Sus obras de arte.

La idea de que debemos amarnos a nosotros mismos origina con la  teología temprana Cristiana. La teología temprana Cristiana declaro que hay cuatro etapas de madurez cristiana. El primero es “amor de uno mismo por causa de uno mismo.” Este es la etapa donde la mayoría de la gente se encuentran, donde ellos están al centro de sus vidas, y su interés no alcanza mas allá de ellos mismos. La segunda etapa es “el amor a Dios por la causa de uno mismo.” Esta es la etapa donde muchos se permanecen, donde ellos aman a Dios porque creen que les beneficiara. Los llevara al cielo y le ayudara evitar el infierno. Este no es una etapa mala. Es donde muchos de nosotros comenzamos nuestra vida cristiana. Aún, no es la etapa más alta, tampoco. La tercera etapa es “amor a Dios por la causa de Dios.” Este es donde amamos a Dios, no simplemente por lo que Él puede hacer por nosotros, pero porque Dios sobre todo es digno de amor. Y aún, tan alto que sea esta etapa, hay una etapa más allá de esta. Esta última etapa es “amor de uno mismo por causa de Dios.” Esta etapa es encontrando un amor nuevo para nosotros mismos porque fuimos hechos por Dios como Su más grande creación. Una vez que nos amemos, entonces debemos tener un amor igual para esos alrededor de nosotros, atesorándolos también como obras de arte de Dios.

Así como el mandamiento de amar a Dios es inclusivo de varios mandamientos, aun el mandamiento de amar nuestro prójimo como nosotros mismos resume e incluye una variedad de mandamientos también. Personas quien verdaderamente aman su prójimo honrara a su familia y sobre todo los padres que los criaron (Ex. 20:12). No asesinaran o harán actos de violencia (Ex. 20:13) o violaran su compromiso sexual a su cónyuge (Ex. 20:14), o tomaran lo que pertenece a su prójimo (Ex. 20:15), o mentir a su prójimo (Ex. 20:16), o resentirse por las bendiciones de su prójimo (Ex. 20:17). La gente hará estas cosas, no porque han estado meticulosamente siguiendo una lista de reglas, pero porque es la naturaleza del amor.

Si decimos que Dios espera que le amemos a Él y a nuestro prójimo, ¿Qué sucederá cuando faltamos en hacerlo? ¿Qué pasa a esos días cuando parece que todo va mal y estamos en un genio malhumorado y antes de que pensemos de ello estamos hablando palabras ásperas y duras a las personas que debemos amar? ¿Nos rechazara Dios entonces por nuestro fracaso? A pensar eso, pasmos por alto un factor muy importante en nuestra situación, que Dios es Él mismo la esencia de amor (I Juan 4:8). Si no pensamos que es muy amoroso saltar encima de alguien por cada fracaso, ¿Por qué lo haría Dios, quien es la esencia de amor? Mas bien, Él ha provisto por nuestros fracasos por amarnos y muriendo por nuestros para pagar la pena por nuestros fracasos morales.

Aprendiendo a amar significa aprender algunas cosas concretas que podemos hacer para expresar ese amor, ambos a Dios y a las personas alrededor de nosotros. No es suficiente sólo amar en el abstracto. Usted debe mostrar su amor para sus prójimos no solamente con palabras pero con hechos.

 

 

WHAT DOES GOD EXPECT OF US?

 “And one of the scribes came, and having heard them reasoning together, and perceiving that he had answered them well, asked him, Which is the first commandment of all? And Jesus answered him, The first of all the commandments is, Hear, O Israel; The Lord our God is one Lord: And thou shalt love the Lord thy God with all thy heart, and with all thy soul, and with all thy mind, and with all thy strength: this is the first commandment. And the second is like, namely this, Thou shalt love thy neighbour as thyself. There is none other commandment greater than these. And the scribe said unto him, Well, Master, thou hast said the truth: for there is one God; and there is none other but he: And to love him with all the heart, and with all the understanding, and with all the soul, and with all the strength, and to love his neighbour as himself, is more than all whole burnt offerings and sacrifices. And when Jesus saw that he answered discreetly, he said unto him, Thou art not far from the kingdom of God.” (Mark 12:28-34)

It is in the area of what God expects of us that there has been one of the greatest areas of differences of opinion between various religious perspectives down through time. Before Judaism became prominent, most religions in the ancient world did not proclaim that the gods had moral expectations of people. The main expectation was that people would pay them homage with sacrifices. In the case of the Greek gods, many of them behaved in ways that were far from moral themselves, even having sexual affairs with mortals. They also were often engaged in acts of deception against each other. Egyptian gods showed similar characteristics. The Canaanite fertility goddesses were worshipped by going into cult prostitutes and having sex with them. It was in this context that Judaism proclaimed a God who demanded sexual fidelity, honesty, and integrity. This was radical thinking for the time!

TODAY’S DIFFERENT VIEWS

This difference persists today. Some New Age thinking would return us to these primitive perspectives where God is seen as demanding little of people ethically. Many of the Islamic faith believe that God expects his followers to be involved in “holy wars,” while there are some in the Christian church that say that God expects us to be pacifists. Certainly, even within the Christian church itself, there have been a variety of perspectives on what God expects of us in the areas of personal care (smoking, drinking, social issues {abortion, war, death penalty}).

GOD HAS REVEALED HIMSELF

God has revealed himself to us in the Bible both to show what He is like and to let us know what He expects of us. In the Old Testament, there was a greater emphasis on proclaiming what God expects through long lists of rules and regulations, things to do, and actions to avoid. Over time these lists got longer and more complicated, through the interpretations of various rabbis. Because of that, concise summary statements of what God expects had great appeal. Such statements can be found in both the Old and New testaments (Micah 6:6-8; James 1:27). In this passage, Jesus gives the most important summary of what He expects of us. By looking at this passage we can better evaluate what others say about God’s expectations of us.

One of the most consistent links made in the New Testament is the link between loving God and loving people around us. Here Jesus tells us that to love God and to love our neighbors are the two greatest commandments. In a story in Matthew’s gospel that is similar to this one, Jesus further says, “On these two commandments hang all the law and the prophets.” (Matt.22:40). Then in Matthew 25, He teaches what could be thought of as a result of this teaching, that showing love to “one of the least” of the people in need around us is the same as showing love to Him (Matt. 25:31-46). John tells us in I John 4:20, “If a man say, I love God, and hateth his brother, he is a liar: for he that loveth not his brother whom he hath seen, how can he love God whom he hath not seen?” James tells us that it is inconsistent for the same mouth to bless God and curse the people around us who were made in His image (James 3:9). What all of this says is that the cold-hearted religious person, with a Bible in hand and scowl on his face, looking for people to judge and condemn, is clearly counter to what God expects of us.

Jesus’ response begins with the “Shema,” (v.29) which essentially declares that the Lord is one. While this statement may look like a theological statement with little to say about what God expects of us, it nevertheless has implications. In the time before Israel’s mono-theism gained a foothold, it was thought that each nation had its own separate god. A nation’s god or gods would care for the people of that nation against the people of other nations, and if there was a conflict, the strongest god or gods would win. This poly-theism was hence part of the division between people. But to declare that God is truly one is to also declare that God is the Lord of us all. That means we need to treat each other as children of the same God, as family.

Jesus then goes on to give what He considered to be the greatest commandment: That we must love God with all our heart, soul, mind and strength. That means, with all we are! This is a love that goes far beyond lip service. When all the attractions that the world has to offer are fighting for first place in our hearts, we need to make it clear that that place goes to God alone. When people try to use intellectual arguments to create doubt and turn us into skeptics, we need to love God with all our minds. When we have been running here, there, and everywhere until we are exhausted, but then we become convinced that God is calling us to do one more thing, we need to love God with all our strength.

The command to love God in this way is inclusive of several Old Testament commands. The person who loves God will not put anything or anyone else above Him (Ex. 20:4-6); nor will they refer to God in a disrespectful way (Ex. 20:7), Loving God also means setting aside time each week to worship and praise Him (Ex. 20:8-11).

Jesus’ second most important command was that we love our neighbor as ourselves. Here it is significant to point out that this command assumes that a person will love himself. That is not always the case, however. Some people were brought up by parents or guardians who never had anything good to say about them, and in the process, they developed a very negative view of themselves. Such people have a very difficult time loving others as well. As an example of this, many psychotic killers who are caught want to die. The lack of value they place on the lives of others has come out of their lack of valuing their own life. What God calls us to do is to value each life, God has created, as precious beyond compare, whether that life is our own or someone else’s. This respect for life is based on the first commandment, the commandment to love God. We are God’s creations, God’s works of art. We love God by treasuring His works of art.

The idea that we must love ourselves goes back to early Christian theology. Early Christian theology stated that there are four stages of Christian maturity. The first is “love of self for self’s sake.” This is the stage where most people are, where they are at the center of their lives, and their concern does not reach far beyond themselves. The second stage is “the love of God for self’s sake.” This is a stage where many remain, where they love God because they believe it will benefit them. It will get them into heaven and help them avoid hell. This isn’t a bad stage. It's where many of us begin our Christian life. Still, it isn’t the highest stage, either. The third stage is “love of God for God’s sake.” This is where we love God, not just for what He can do for us, but because God above all else is worthy of love. And yet, as high as this stage is, there is a stage beyond this one. This last stage is “love of self for God’s sake.” This stage is finding a new love for ourselves because we were made by God as God’s greatest creation. Once we love ourselves, then we must have an equal love for those around us, treasuring them also as God’s works of art.

Even as the command to love God is inclusive of several commandments, so the command to love our neighbor as ourselves summarizes and includes a variety of commandments as well. People who truly love their neighbor will honor their family and especially the parents who nurtured them (Ex. 20:12). They will not murder or do acts of violence (Ex. 20:13), or violate their sexual commitment to their spouse (Ex. 20:14), or take what belongs to their neighbor (Ex. 20:15), or lie to their neighbor (Ex. 20:16), or sit around resenting their neighbor’s blessings (Ex. 20:17). People will do these things, not because they have been meticulously following a list of do’s and don’ts, but because it is the nature of love.

If we say that God expects us to love Him and our neighbor, what happens when we fail to do so? What happens to those days when it seems everything is going wrong and we’re in a grouchy mood and before we even think about it we are speaking harsh, unloving words to the people we are supposed to be loving? Will God then reject us for our failure? To think that, overlooks one very important factor in our situation, that God is Himself the essence of love (I John 4:8). If we don’t think it’s very loving to jump all over someone for their every failure, why would Godwho is the essence of love, do so? Rather, He has provided for our failure by loving us and dying for us to pay the penalty for our moral failures.

Learning to love means learning some concrete things we can do to express that love, both to God and the people around us. It is not enough to just love in the abstract. You must show your love for your neighbors not only with words but with actions.

 

 

Tuesday, January 10, 2023

OLVIDANDO LO QUE QUEDA ATRÁS

“Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús.” (Filipenses 3:13-14)

El mes de enero recibe su nombre del dios romano, Janus el dios de los comienzos. Se le simbolizaba como un hombre con dos caras, una mirando atrás, y la otra adelante.

En este día hay unos que tienen problemas acerca de mirar adelante, porque siguen mirando atrás, viviendo en los errores del pasado. Su perspectiva del futuro esta entenebrecida, y su entusiasmo, paralizado. Pero de nada vale lamentar lo irrecuperable. La historia se irá repitiendo  si nos mantenemos deprimidos por fracasos de este año, o continuamos quejándonos de las injusticias sufridas durante los últimos doce meses. No se gana nada lamentándose el pasado.

En este Nuevo Año, corrige lo que necesita corrección y luego, “Olvidando ciertamente lo que queda atrás”, prosigue a la meta con la esperanza y confianza en Dios.

No tengamos dos caras, como el dios romano de los comienzos. Más bien, con la mirada al frente, lancémonos adelante al 2023 con esperanza y gozo.   

 

 

FORGETTING THOSE THINGS WHICH ARE BEHIND

“Brethren, I count not myself to have apprehended: but this one thing I do, forgetting those things which are behind, and reaching forth unto those things which are before, I press toward the mark for the prize of the high calling of God in Christ Jesus.” (Philippians 3:12-14)

The month of January receives its name from the roman god Janus, the god of beginnings. He was symbolized as a man with two faces, one looking behind, and the other one looking ahead.

There are some today that have a problem with looking ahead, because they keep looking behind, living in the errors of the past. Their perspective of the future is clouded, and their enthusiasm is paralyzed. But it is of no value to grieve over that which is irrecoverable. The story will repeat itself if we remain depressed by the defeats of this year, or if we keep on complaining about the injustices suffered during the last twelve months. Nothing is gained by complaining about the past.

In this New Year, let us correct that which needs correction and then, “Forgetting those things which are behind”, and press on toward the goal with hope and confidence in God.

Let's not have two faces, as the roman god of beginnings. Rather, with our sights set on 2023, let us move forward with hope and joy.

 

Monday, January 2, 2023

ENSÉÑANOS A CONTAR NUESTROS DÍAS

“Enséñanos de tal modo a contar nuestros días, Que traigamos al corazón sabiduría.”(Salmos 90:12)

Si alguien le diera la suma de 87,000.00 dólares, ¿qué haría usted con ello? Hay probablemente muchas cosas que usted compraría y haría con ello. Pero, te dices, "nadie mi va a darme esa cantidad de dinero". Probablemente que no, pero si habrá algo dado a usted este año que el dinero no puede comprar, tiempo. Así es. En 2023, Dios dará a todos nosotros 87,000 horas o 5, 256,000 minutos para utilizar.

¿Cómo pasará usted este tiempo? Usted lo puede usarlo sabiamente, usarlo todo en usted mismo o dar parte de este tiempo a tu prójimo o a Dios en el servicio. Tal vez no seamos ricos en términos de dólares, pero una cosa que tendremos todos en común son las horas de 2023. ¿Cómo va pasará usted este tiempo? Recuerde, tendremos que dar todos cuenta a Dios en cuanto a lo que hicimos con el tiempo que él nos dio este año. 

Contar es la primera cosa que se aprende en la vida y de las primeras que se ensenan al niño. Contar bien nuestros días es cosa que debemos procurar con empeño; pero pocos aprenden a hacerlo. De contar bien depende la vida y el destino.  

Nuestros días son nuestro tesoro. Es la posesión de que depende todo. Sin embargo, se cuenta con más afán el dinero. Son pocos los días que Dios nos da por eso tenemos que usarlos sabiamente. No se pueden recobrar los días perdidos. El dinero se puede recobrar, pero los días jamás. Nuestro carácter, el éxito y nuestra eternidad dependen de su uso. Recordemos, que Dios nos va a pedir cuenta de ellos. ¿Cómo lo daremos se no la llevamos?

¿Cómo es como unos los cuentan? Unos los cuentan por números. Estos nos dicen si se aprovechan. Muchos días sin provecho nada valen. Otros los cuentan por los placeres. La vida es para gozarla pero si el placer es su único fin que perdida. Hay unos que los cuentan por cuantas riquezas acumulan. Unos los cuentan por sus aflicciones, pero de qué sirve sufrir si en esa escuela no aprendemos nada. La vida no consiste en que tanto duramos, sino en que es lo que hacemos con nuestros días. La vida verdadera no es aquella que se mide en términos de años sino de aprovechamientos.

¿Cómo es que Dios quiere que los contemos? El quiere que los contemos por las bendiciones que El nos da cada día. Muchos las olvidan o las menosprecian. El Señor quiere que aprovechemos las oportunidades de hacer bien y servirle. Algunos solo piensan en las oportunidades de enriquecerse o de gozarse. Dios también espera que los contemos por nuestro crecimiento espiritual.

Hay sabiduría que adquiere en contar los días de la manera que Dios nos quiere. Uno aprende amar y servir. Aprende a no dejar que se pierda su tiempo y aprovechar sus oportunidades. Pero sobre todo, aprende estar siempre contento. ¡Que Dios nos enseñe a contar los como en Su presencia!     

TEACH US TO NUMBER OUR DAYS

 

“So teach us to number our days, that we may apply our hearts unto wisdom.” (Psalm 90:12) 

If someone were to give you the sum of $87,000.00 what would you do with it? There are probably many things you would buy and do with it. But, you say to yourself, “no one’s going to give me that amount of money.” No, they probably won’t but, there will be something given to you this year that money cannot buy, time. That’s right. In 2023, God will give us all 87,000 hours or 5,256,000 minutes to use.

How will you spend this time? You can spend it wisely, spend it all on yourself, or give some to your fellow man or to God in service. We may not be wealthy in terms of dollars and cents, but the one thing we will all have in common are the hours of 2023. How are you going to spend this time? Remember, we will all have to give an account to God as to what we did with the time he gave us this year.

Counting is the first thing that is learned in life and one of the first things that is taught to a child. To count well our days is something that we must do with determination; but few learn how to do it. Our life and destiny depends on us counting well.

Our days are our treasure. It is the possession on which everything depends on. Nevertheless, money is counted with more zeal. Few are the days that God gives to us, that is why we have to use them wisely. The days that we waste cannot be recovered. Money can be recovered, but wasted days can never be recovered. Our character, our success and our eternity depend on their use. Let's remember, that God is going to ask an account of us for them. How will we give an account of them if we are carless with what we do with them?

Counting tell us if we have benefited from them. Many days without benefit are worthless. Others count them by the pleasures they enjoy. Life is intended to be enjoy, but if pleasure is your only sole purpose what a waste. There are some that count them by all the wealth they accumulate. Some count them by their afflictions, but what good does suffering serve if in this school we do not learn anything. Life does not consist of how long we live, but what we do with our days. True life is not the one that is measured in terms of years but of use.

How does God want us to count them? He wants us to count them by the blessings that He gives us every day. Many forget them or take them for granite. The Lord wants us to make use of the opportunities to do good and to serve Him. Some only think about the opportunities to prosper or to enjoy themselves. God also expects us to count them by our spiritual growth.

There is wisdom to be acquired in counting the days in the way that God wants us to. We learn to love and to serve. We learn not to waste our time and to make use of our opportunities. But especially, we learn to be always happy. Let's pray that God teaches us to count them as in His presence!