Dr MARTIN VASQUEZ

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Mesa, Arizona, United States
EDUCATION: Holt High School, Holt Mich., Lansing Community College, Southwestern Theological Seminary, National Apostolic Bible College. MINISTERIAL EXPERIENCE: 51 years of pastoral experience, 11 churches in Arizona, New Mexico and Florida. Missionary work in Costa Rica. Bishop of the Districts of New Mexico and Florida for the Apostolic Assembly. Taught at the Apostolic Bible College of Florida and the Apostolic Bible College of Arizona. Served as President of the Florida Apostolic Bible College. Served as Secretary of Education in Arizona and New Mexico. EDUCACIÓN: Holt High School, Holt Michigan, Lansing Community College, Seminario Teológico Southwestern, Colegio Bíblico Nacional. EXPERIENCIA MINISTERIAL: 51 años de experiencia pastoral, 11 iglesias en los estados de Arizona, Nuevo México y la Florida. Trabajo misionera en Costa Rica. Obispo de la Asamblea Apostólica en los distritos de Nuevo México y La Florida. He enseñado en el Colegio Bíblico Apostólico de la Florida y el Colegio Bíblico Apostólico de Arizona. Presidente del Colegio Bíblico de la Florida. Secretario de Educación en los distritos de Nuevo México y Arizona.

Wednesday, January 13, 2021

¿QUIERE RENDIRSE?

"Al oírlas, muchos de sus discípulos dijeron: Dura es esta palabra; ¿quién la puede oír? Sabiendo Jesús en sí mismo que sus discípulos murmuraban de esto, les dijo: ¿Esto os ofende?... Desde entonces muchos de sus discípulos volvieron atrás, y ya no andaban con él. Dijo entonces Jesús a los doce: ¿Queréis acaso iros también vosotros? Le respondió Simón Pedro: Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna.” Juan 6:60-68

La peregrinación de la vida está lejos de ser fácil. Hay todo clases de sacrificios, tropiezos y dificultades que hacen que nuestro viaje sea difícil. Hay tiempos cuando nuestra caminata parece demasiado difícil de soportar; “me rindo,” queremos decir. Las palabras de la fe cristiana para esta circunstancia son articuladas en un diálogo entre Jesús y sus discípulos que se centran sobre las severas exigencias y la dificultad de Sus enseñanzas.

Algunos de sus discípulos expresaron sus sentimientos, “Esta enseñanza es demasiado fuerte. ¿Quién puede aceptarlo?” sus murmuraciones tuvo que ver no sólo con sus enseñanzas, sino también con su frustración en el manejo de los desafíos de la vida en general. Sabiendo de su malestar, Jesús se dirigió a Sus discípulos preguntándoles simplemente, “¿Le hace esto querer rendirse?” Varios de ellos ya se habían ido. Jesús entonces les pregunta, “¿Y vos, también quieren irse?” Había un verdadero tirón en la dirección de rendirse. ¿Quién sabe cuántas veces Sus discípulos tuvieron que tratar con sentimientos de frustración? Rindiéndose, era una opción atractiva.

Para poder entender mejor el contexto de esta porción, vamos a lo que dijo el Señor en otra ocasión; “Entonces respondiendo Pedro, le dijo: He aquí, nosotros lo hemos dejado todo, y te hemos seguido; ¿qué, pues, tendremos? Y Jesús les dijo: De cierto os digo que en la regeneración, cuando el Hijo del Hombre se siente en el trono de su gloria, vosotros que me habéis seguido también os sentaréis sobre doce tronos, para juzgar a las doce tribus de Israel. Y cualquiera que haya dejado casas, o hermanos, o hermanas, o padre, o madre, o mujer, o hijos, o tierras, por mi nombre, recibirá cien veces más, y heredará la vida eterna” (Mato 19:27-29). Pedro le dice al Señor; “Nosotros hemos dejado todo, ¿Qué nos va a tocar?” Yo creo que esta pregunta es una que nos ocupa a todos, hay vez en cuando.

Parece que le ponemos más importancia en lo que nos va a tocar que en la generosidad y la bondad del Señor para con nosotros. La cuestión de las recompensas y lo que vamos a recibir, ¡parece que nos estorba! El Señor les responde, “Mi van ayudar a juzgar a las doce tribus de Israel.” Yo creo que el Señor está diciendo, “¿Porque me presentan cuentas?” “¿Tienen miedo ustedes de perder, o que no van a ganar nada?” “¡Creen que después de la jornada los voy a dejar sin nada!” Queridos hermanos hay siempre recordar y entender que lo que hacemos para el Señor no es en vano.

Nuestra relación con Dios no es cuestión de contabilidad, ¡que nos debe El Señor! El es más amplio que esto, porque no hay limite a Su generosidad y bondad. Después de todo, ¿con que nos va premiar el Señor? ¡Con la vida eterna!

La respuesta no estaba en dándole la espalda, pero en acercarse a Jesús que los discípulos encontraron su equilibrio otra vez. Pedro contestó la pregunta del Señor sobre rendirse diciendo: Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna. Consciente que las cuestiones no fueron solucionadas, ni simplificadas, Pedro rechazó retirarse y los demás estuvieron de acuerdo. Ellos mantuvieron su lealtad a Dios.

 

 

DO YOU WANT TO GIVE UP?

“Many therefore of his disciples, when they had heard this, said, This is an hard saying; who can hear it? When Jesus knew in himself that his disciples murmured at it, he said unto them, Doth this offend you?... From that time many of his disciples went back, and walked no more with him. Then said Jesus unto the twelve, Will ye also go away? Then Simon Peter answered him, Lord, to whom shall we go? thou hast the words of eternal life.” John 6:60-68

Life’s pilgrimage is far from easy. There are all sorts of sacrifices, stumbling blocks, and hardships that make our journey hard. There are times when our journey seems too difficult to endure; “I give up,” we want to say. The words of Christian faith for this circumstance are articulated in a dialogue between Jesus and his disciples centering upon the severe demands and difficulty of His teachings.

Some of his disciples expressed their feelings, “This teaching is too hard. Who can accept it?” Their grumbling had to do not only with His teachings but also with their frustration in handling life’s challenges in general. Knowing of their unrest, Jesus addressed His disciples by asking them simply, “Does this make you want to give up?” A number of them did give up. Jesus then asks, “And you, would you also like to leave?” There was a real pull in the direction of quitting. Who knows how many times His disciples had to deal with feelings of frustration? Giving up, was an enticing option.

To be able to understand better the context of this portion, we go to what the Lord said on another occasion; “Then Peter said to him, “We’ve given up everything to follow you. What will we get out of it?”Jesus replied, “I assure you that when the world is made new and the Son of Man sits upon his glorious throne, you who have been my followers will also sit on twelve thrones, judging the twelve tribes of Israel.  And everyone who has given up houses or brothers or sisters or father or mother or children or property, for my sake, will receive a hundred times as much in return and will inherit eternal life. (Matthew 19:27-29). Peter said to the Lord; “We have left everything: what are we going to get?” I believe that this question is one that occupies all of us, every now and then.

It seems that we place more importance on what we are going to receive instead of the generosity and kindness of the Lord towards us. The question of the rewards and what we are going to receive seems to hinder us! The Lord answers them, “You’re going to help me judge the twelve tribes of Israel.” I believe that the Lord is saying: “Why are you presenting me with a bill?”  “Are you afraid of losing, or that you are not going to gain anything?” “Do you believe that after the journey I'm going to leave you with nothing?” Dear brother we should always remember and understand that what we do for the Lord is not in vain.

Our relation with God is not a question of accounting, what does the Lord owe us! He is much greater than this because there is no limit to His generosity and kindness. After everything, with what is the Lord going to reward us? With eternal life!

It was not in turning away, but in drawing closer to Jesus that the disciples found their footing once again. Peter answered Jesus’ question about quitting by saying: “Lord, to whom shall we go? You have the words of eternal life.” Aware that the issues were not solved nor simplified, Peter refused to withdraw and the others agreed. They maintained their allegiance to God.

 

 

 

Wednesday, January 6, 2021

RETENIENDO LOS HUESOS DEL PASADO

“…Yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta…” (Filipenses 3:13-14)


Durante la guerra en Vietnam una mujer joven vietnamita fue matada. Ella dejó a su esposo y un hijo pequeño de dos años. Él esposo en muchas ocasiones tenía que viajar lejos para encontrar trabajo para proveer para él y su hijo. Cuando el salía en estos viajes dejaba a su hijo con su vecinos. Toco que después de un viaje largo, el hombre volvió a su pueblo y lo encontró destruido y vacío. Histéricamente comenzó  a buscar entre los escombros donde estaba la casa de su vecino y se encontró unos huesos de un niño. Él estaba seguro que éstos eran los restos de su hijo. Él tomó los huesos pequeños en sus manos y se los puso contra su pecho y comenzó a llorar amargamente. Después de un tiempo envolvió  los huesos en su camisa y se los llevo con él, y en donde quiera que él iba llevaba con él los huesos de su hijo.

Muchos años pasaron, y una noche el hombre oyó que alguien tocaba su puerta. ¿Él llamó, "Quién está allí?" “¡Soy yo tu hijo!" la voz afuera contestada. “¡Mis secuestradores me soltaron, y he pasado estos años tratando de encontrarte!" El hombre se quedó atónito y gritó, "Usted es un mentiroso y una persona cruel. Tomó los huesos y llorando se los puso a su pecho y contestó mi hijo está muerto. ¡Déjame en paz!" Él hombre no abría la puerta. Su hijo llorando siguió tocando la puerta y rogándole a su padre que le abriera la puerta pero nunca le abrió la puerta. Después de un tiempo, viendo que no le iba abrir la puerta el joven se fue llorando. Este hombre nunca encontró la felicidad y perdió su hijo que todavía vivía. ¿Por qué? Porque él estaba determinado retener los huesos del pasado.

Estamos en el principio de un Año Nuevo. Este es una gran oportunidad de dejar ir los huesos del pasado. Alguien una vez dijo que Dios nos creó con los ojos en frente de nuestras cabezas para que cuando tratamos de mirar hacia atrás se nos entiese el cuello. Las posibilidades del futuro nos llaman que miremos hacia adelante. Las buenas noticias para nosotros al principio de este Año Nuevo son que Dios nos ha puesto en libertad, libre de los huesos del pasado. Somos librados cuando realizamos que no somos atrapados por lo que nos pasó  en el pasado.

Algunos se estancan porque se recuerdan y vuelven a revivir memorias viejas y dolorosas. Se estancan y se paralizan por huesos viejos. La vida hace lo que se supone hacer, y luego seguimos nuestra marcha. Para algunos, el año pasado fue un año malo. A pesar de lo que nos paso el año pasado, el principio de un año nuevo es un tiempo para liberarnos del pasado y comenzar de nuevo. Un nuevo principio es posible.

Resuelva a olvidar sus fracasos. Para algunos sus fracasos son memorias dolorosas. Tal vez es una memoria de cómo usted falló en una relación. Tal vez usted hizo unas decisiones malas, o dijo e hizo unas cosas incorrectas. Lo que está diciendo la Palabra de Dios es que no debemos permitir que los fracasos del pasado nos paralicen y que estos nos detengan de avanzar. Es tiempo de decir “voy a olvidar mi pasado. Voy a dejar de torturarme sobre lo que hice o lo que no hice”. Es tiempo de dejar de ser encadenado a mis fracasos pasados. Dios no quiere que usted viva su vida como un fracasado.

En este Año Nuevo cométase a dejar sus rencores. ¿Qué es un rencor? Un rencor es un resentimiento profundo que cultivamos en nuestro corazón contra alguien. Un rencor es un espíritu que no perdona y conduce a actitudes y acciones semejantes. Abrigar un rencor es guardar un disgusto contra alguien. Los rencores son peligrosos porque ellos son destructivos. Los rencores pueden destruir matrimonios, familias, arruinan amistades y pueden dividir iglesias.

Si en este día usted guarda un rencor contra alguien, Dios le está diciendo en este momento que lo dejes ir. Los rencores no solo son destructivos, también son autodestructivos. Cuando usted guarda un rencor contra alguien usted se está haciendo más daño a usted mismo que a la persona quien usted guarda es rencor. Si usted sigue abrigando un rencor esto con el tiempo lo destruirá, si no físicamente, seguramente emocionalmente y espiritualmente. Le hará una persona amargada y enojada. Librarse, de su rencor, “y perdonándoos  unos a otros si alguno tuviere queja contra otro. De la manera que Cristo os perdono, así también hacedlo vosotros” (Colosenses 3:13). Según la Palabra de Dios el modo de dejar un rencor es perdonar el agravio.

Dios no le está pidiendo que se olvide lo que se le hizo. Pretender como si nada paso. Lo que Dios le está pidiendo  es que perdones el agravio. Lo que esto implica es reconocer que lo que se hizo fue incorrecto y doloroso, pero que usted ha decidido perdonar a aquella persona que le hizo el mal. Estoy seguro que hay personas, que están leyendo esto, que tiene que dejar sus rencores y perdonar el agravio que ellos tienen contra alguien. Dios le dice hoy que ese resentimiento que está profundamente arraigado en usted tiene que dejarlo. ¿Qué mejor tiempo para tomar esa decisión difícil para perdonar que el principio de este año nuevo? Ahora no digas, "Pero, es que tu no entiendes". Lo cierto es que usted no quiere perdonar.

Resuelva a restaurar sus relaciones. Cada vez que enciendo mi computadora corre un programa que revisa todos mis programas para ver si están todas trabajando correctamente. Dios en Su Palabra nos pide que hagamos algo similar en nuestras vidas, que cada vez en cuando hagamos un chequeo de nuestras relaciones personales para ver si están trabajando correctamente. Escuche a lo que la Palabra de Dios dice “Si es posible, en cuanto dependa de vosotros, estad en paz con todos los hombres” (Romanos 12:18). La frase importante aquí es, “en cuanto dependa de vosotros.” Dios nos está diciendo que debemos hacer todo lo que podemos para restaurar nuestras relaciones rotas.

Algunas de nuestras relaciones podrían haberse rotado debido a lo que otros han hecho y ellos tal vez no quieren restaurar aquella relación. Dios reconoce esto. Por eso, Él comienza diciendo “Si es posible” Pero algunas de nuestras relaciones se han rotado debido a lo que nosotros hemos hecho. Una de las cosas que usted puede hacer en este Año Nuevo es admitir sus errores pasados y humildemente buscar el perdón de aquellos que usted ha lastimado. Has un compromiso de restaurar sus relaciones rotas en este Año Nuevo.

Cométase dar la espalda a sus transgresiones. Después que se había terminado la Guerra Civil y los esclavos habían sido librados muchos de ellos decidieron quedarse con su amos y seguir haciendo lo que les dijeran. Ellos fueron librados pero decidieron vivir como esclavos. Esto es exactamente como algunos cristianos han decidido vivir. Cristo nos ha hecho libre, pero como aquellos esclavos unos todavía deciden obedecer su viejo amo, el pecado. Escuche estas palabras de Romanos 6:16: “¿No sabéis que si os sometéis a alguien como esclavos para obedecerle, sois esclavos de aquel a quien obedecéis?”

Algunas personas tienen pecados particulares que siguen cometiendo. Cuando fuimos salvados dejamos de pecar, pero hay otras cosas que sabemos que son pecado que todavía practicamos. Tal vez así es como usted vivió durante el año pasado, constantemente derrotado por el mismo pecado. ¿Está estancada su vida espiritual porque usted ha aprendido a vivir con cierto pecado en su vida? La Palabra de Dios lo reta a que des la espalda a aquel pecado. Ya basta que ese pecado controle su vida. Usted no tiene que vivir este Año Nuevo siendo derrotado por el mismo pecado viejo. Usted puede tener la victoria sobre ello en este Año Nuevo.

Será el año nuevo solamente un año más para usted, o va hacer estos cambios y hacerlo un año que cambia su vida; “todo lo puedo en Cristo que me fortalece” (Filipenses 4:13).

 

 

 

HOLDING ON TO THE BONES OF THE PAST

“…I count not myself to have apprehended: but this one thing I do, forgetting those things which are behind, and reaching forth unto those things which are before, I press toward the mark…” (Philippians 3:13-14)


During the war in Vietnam, a young Vietnamese woman was killed leaving behind her husband and her baby. The husband traveled far and wide looking for work because he needed to provide for himself and his child. Often he would leave the small child with neighbors. After one long trip, the man returned to find his village demolished and deserted. He began frantically searching through the rubble where his neighbor's house had been and found scattered about some small bones. He was sure that these were the remains of his son. He took the small bones in his hands and held them to his body and began to cry bitterly. After a while, he wrapped the bones in his shirt and carried them with him everywhere he went.

Many years passed and one night as the man sat in his house he heard knocking on his door. He called out, “Who’s there?” “It is I your son!” the voice outside replied. “My kidnappers set me free and I have spent all these years trying to find you!” Trembling the man yelled back, “You are an impostor and a cruel person. Holding the small bones to his body as he began to weep he replied, my son, is dead. Leave me alone, go away!” His son continued pounding on the door, but the man would not open the door.  After a while, he stopped pounding on the door and left crying. The man never found happiness and he lost his son who was still alive. Why, because he was determined to hold on to the bones of the past.

We are at the beginning of a New Year. This is a great opportunity for letting go of the bones of the past. Someone once said that God created us with eyes in the front of our heads so that when we tried to look back we would get a stiff neck. The possibilities of the future call us to look forward. The good news for us as the beginning of this New Year is that God has set us free, free from the bones of the past.

Some people are stagnate because they remember and relive old and painful memoirs. They are stagnate and paralyzed by old bones. Life does what it's supposed to do, and then we continue. For some, last year was a bad year. Despite what happened to us last year, the beginning of a new year is a time to liberate ourselves of the past and begin anew. A new beginning is possible. 

Resolve to forget your defeats. For some, their defeats are painful memoirs. Perhaps it is a memory of how you failed in a relationship. Perhaps you made a few bad decisions, or said and did a few incorrect things. What the Word of God is saying is that we must not allow the defeats of the past to paralyze us and stop us from advancing. It is a time to say “I am going to forget my past. I must be going stop torturing myself over what I did or what I didn’t do”. It is a time to stop being chained to my past defeats. God does not want you to live your life as a failure.

In this New Year commit yourself to leave your grudges. What is a grudge? A grudge is a deep resentment that we cultivate in our hearts against someone. A grudge is a spirit that will not forgive and leads to similar actions and attitudes. To harbor a grudge is to have a feeling of resentment against someone. Grudges are dangerous because they are destructive. Grudges can destroy marriages, families, ruin friendships, and can divide churches.  

If today you hold a grudge against someone, God is telling you to let it go. Grudges are not only destructive, they are also self-destructive. When you keep a grudge against someone you are hurt yourself more than the person who you have the grudge against. If you keep on harboring a grudge, with time it will destroy you, if not physically, surely emotionally, and spiritually. It will make you a bitter and angry person. Free yourself from your grudge, “forgiving one another, if any man have a quarrel against any: even as Christ forgave you, so also do ye” (Colossians 3:13). According to the Word of God, the way of getting over a grudge is to forgive the offense.

God is not asking you to forget what was done to you. To pretend as nothing happened. What God is asking of you is to forgive the offense. What this implies is to admit that what was done was wrong and painful, but that you have decided to forgive the person who wronged you. I am sure that there is someone, who is reading this, who has to leave their grudges and forgive the offense that they have against someone. God is saying to you today that this resentment that is deeply rooted in you has to go. What better time to make this difficult decision to forgive then the beginning of this New Year? Now don't say, "But, it is that you don't understand". The truth is that you don't want to forgive.

Resolve to restore your relationships. Whenever I start up my computer it runs a program that checks all my programs to see if they are all working correctly. God in His Word asks us to do something similar in our lives, that every now and then we should do a checkup of our personal relationships to see if they are working correctly. Listen to what the Word of God says: “If it be possible, as much as lieth in you, live peaceably with all men” (Romans 12:18). God is telling us that we must do everything that we can to restore our broken relationships.

Some of our relations might have been broken due to what others have done and they perhaps do not want to restore that relationship. God recognizes this. That's why; He starts by saying “If it is possible”. But some of our relationships have been broken due to what we have done. One of the things that you can do in this New Year is to admit your past errors and humbly seek the forgiveness of those that you have hurt. Make a commitment to restore your broken relationships in this New Year.

Make a commitment to turn your back on all your transgressions. After the Civil war was over and the slaves had been freed many of them decided to remain with their old masters and keep on doing what they told them. They were freed but they decided to continue living as slaves. This is exactly how some people have decided to live. Christ has made us free, but as those slaves, some still decide to obey their old master, sin. Listen to these words in Romans 6:16: “Know ye not, that to whom ye yield yourselves servants to obey, his servants ye are to whom ye obey…”

Some people have some particular sins that they keep on committing. When we were saved we stop sinning, but there are other things that we know that are a sin that we still practice. Perhaps, this was the way you lived last year, constantly defeated by the same sin. Is your spiritual life stagnate because you have learned to live with a certain sin in your life? The Word of God challenges you to turn your back on that sin. It's time that this sin stops controlling your life. You don't have to live through this New Year being defeated by the same old sin. You can have the victory over it in this New Year.

Will this New Year be just another year for you, or will you make these changes and make it a year that changes your life. The Word of God tells us; "I can do all things through Christ which strengtheneth me" (Philippians 4 13).