Hebreos 13:4, I Corintios 7:1-5
La pornografía
puede empezar con algo tan simple como una foto en la computadora o en una
revista de hombres o en una Web. Y antes de que pase mucho tiempo, la necesidad
de estimulación le llevar paso a paso de un material gráfico a un material más
explícito y revelador y en un abrir y cerrar de ojos, lo hacemos de manera más
y más frecuente.
La pornografía nos
anima a tratarnos los unos a los otros como objetos o máquinas del placer. La
pornografía siembra las semillas del aislamiento y nos lleva a relaciones no
saludables y a la pérdida del respeto a nosotros mismos. Al paso que el usuario
se involucra más y más en el mundo de la fantasía, la pornografía llega a ser
una obsesión. Sin embargo, hay buenas noticias. Podemos liberarnos de la
esclavitud de la pornografía.
Hace mucho tiempo
que la pornografía fue un vicio de los muy ricos. Nadie más podía darse lujos
pornográficos. El Emperador romano llamado Cesar Tiberios era adicto a la
pornografía y cuando quería satisfacerse, compraba pergaminos especiales de
dibujos desde Egipto o traía al palacio jóvenes y señoritas entrenadas en las
prácticas sexuales para demostraciones privadas.
Hoy, todo eso ha
cambiado. Todos pueden comprar la pornografía. Con dos clics en la computadora,
cualquiera puede ver lo que sea en el internet. Decir que "es fácil
obtener pornografía" hoy día es una declaración que se queda corta. ¡Hoy
la pornografía la tenemos pegada a nuestros ojos la queramos ver o no la queramos
ver!
Vivimos en
Pornotopia. En Pornotopia, la gente común y corriente hace preguntas que ni
siquiera le hubiera ocurrido hacer en otros tiempos. Hoy se hacen preguntas
como la siguiente: ¿Por qué el matrimonio no debe usar la pornografía para
aumentar su excitación sexual y acrecentar sus relaciones sexuales? O ¿Por qué
no podemos mirar una película pornográfica juntos antes de acostarnos en la
cama? De todos modos, muchos alegan, "lo hacemos por una buena causa y por
lo menos lo hacemos juntos".
¡No es solamente
que esto es malo sino que tampoco funciona! La esposa y su esposo no lo están
haciendo juntos. Pensarlo es engañarse. En realidad, ¡se está invitando a otras
personas a la intimidad del matrimonio! Ver pornografía no mejora sus
relaciones sexuales. De hecho, la pornografía reduce su excitación y además
debilita lo que sí puede acrecentar su excitación.
¿Por qué no están
haciéndolo juntos? Llega la hora de acostarse, la pareja miran
pornografía. El esposo se excita mirando fotos de mujeres en vez de mirar a su
esposa: la esposa se excita al mirar la imagen de un hombre en una película en
vez de mirar a su esposo. Van a la cama y tienen relaciones sexuales. La
pregunta es, ¿con quién están teniendo relaciones sexuales? Probablemente están
en el acto sexual al mismo tiempo pero es bien claro que no están compartiendo
el acto el uno con el otro. El esposo está viviendo su fantasía con la mujer de
la película y la esposa con el hombre de la película. El hecho que éstos no
están presentes físicamente es sólo un detalle. "Oísteis que fue dicho:
"No cometerás adulterio". Pero yo os digo que cualquiera que mira a
una mujer para codiciarla, ya adulteró con ella en su corazón." Mateo
5:27-28
Nos asombraría la
sugerencia de emplear prostitutas para la noche, para que se calienten con
ellas y luego simultáneamente se den la vuelta para completar la experiencia
sexual con su pareja del matrimonio. Sin embargo, esto es en esencia
exactamente lo que están haciendo. Están teniendo relaciones sexuales con otras
personas aunque no hay nadie más presente que ellos mismos.
La pornografía no
aumenta las relaciones sexuales en el matrimonio Hace solamente una generación
que la expresión "hacer el amor" se podía usar para cualquiera de las
cosas que los enamorados hacen como por ejemplo: agarrarse de las manos,
hacerse promesas increíbles, hacer cosas especiales el uno para el otro,
susurrar dulcemente en el oído de su pareja. "Hacer el amor" quería
decir cualquier experiencia donde los enamorados perdían la cabeza el uno por
el otro en demostraciones de amor… porque el sacrificarse uno por el otro es lo
que significa en realidad "hacer el amor". Hoy, desafortunadamente,
utilizamos la expresión “hacer el amor” solamente para el acto sexual. Es una
expresión engañadora. Claro que el acto sexual puede ser una manera de hacer el
amor, ¡pero también puede ser una manera de destruirlo!
La razón por la que
el acto sexual dentro del matrimonio es una manera de hacer el amor es porque
el esposo se pierde a sí mismo en completo deleite de servir y complacer a su
esposa, y la esposa hace lo mismo con su marido. Por contraste, cuando los
esposos tienen relaciones sexuales, incorporado la pornografía, ninguno de los
dos está atento a su pareja, cada uno está pensando en sí mismo. El esposo esta
satisfaciéndose a sí mismo, no a su esposa mientras imagina que su esposa no es
su esposa, sino la otra modelo y la así la esposa imagina que su esposo no es
su esposo, sino el elegante modelo en quien está pensando. Eso no es hacer el
amor… ¡Esto es masturbarse con el cuerpo de su esposa o su esposo!
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