Mateo 19:3-9; I Corintios 7:10-16
La Iglesia no sólo
es el Cuerpo de Cristo, pero también es la Novia de Cristo (Ap. 19:7-9). Esta
doble relación se prefiguró en el Jardín de Edén cuando Eva, tomada del cuerpo
de Adán, llego a ser su novia. El matrimonio entonces es un tipo de la relación
entre Cristo y Su Novia. Es una institución divinamente ordenada de Dios y
debería observarse como santo así como la relación de la Iglesia a Cristo es
santo. Así se da el orden en Efesios 5:25-27.
El divorcio ha
aumentado tan rápido que ahora aproximadamente un matrimonio en cinco termina
en divorcio. Entre las razones por este aumento de divorcios ha sido la
disminución de la influencia de la Biblia y sus normas de vivir, una
disminución en moralidad sexual, el movimiento feminista con su énfasis en la independencia
de la mujer y el aumento en el porcentaje de personas que entran al edad adulta
y matrimonio sin haber tenido ninguna disciplina en sus hogares y sin respeto a
la autoridad.
Cuando la gente se
convierte y comienzan a vivir según las normas de la Biblia, los divorcios
disminuyen. La Biblia enseña que el matrimonio debería nunca romperse excepto
por muerte, que la única razón legitima para el divorcio es adulterio
continúo o que es fornicación, y que los Cristianos pueden reajustar
de nuevo esa felicidad destrozada, hacer retornar el amor matrimonial. El hogar
donde hay desacuerdo, contiendas, infidelidad, abuso y aun odio, puede hacerse
nuevamente en un hogar feliz con la gracia de Dios.
EL MATRIMONIO ES UN
CONTRATO POR TODA LA VIDA
En las enseñanza de
nuestro Señor Jesucristo sobre la cuestión del matrimonio y divorcio, varias
verdades simples sobre salen, verdades que no se deben olvidar o pasarse por
alto.
1. Uno entra al matrimonio dejando a padre y a madre y
todo lo demás. El esposo se unirá a su mujer.
2. Del hombre y la mujer se dice, “y serán una sola
carne” (Gé. 2:24). El hombre y la mujer realmente llegan a ser uno. El
esposo y la esposa literalmente llegan a ser uno en los cuerpos de sus hijos.
En un matrimonio normal y feliz, el esposo y esposa llegan a formarse parte el
uno del otro en un sentido espiritual, de manera que quebrando el matrimonio
fuera como hacer pedazos un cuerpo. En sus pensamientos, costumbres,
aspiraciones, felicidades, esperanzas e intereses el hombre y la mujer llegan
hacer uno.
3. Dios mismo sella cada matrimonio, liga a las personas
y lo hace oficial. Las personas no son siempre sabios en escoger su compañero.
No todo el tiempo hacen bien en casarse. Si el matrimonio es bueno o malo, Dios
mismo lo sella y une el esposo y la esposa. Dios hace cada permanente. Por eso
dice el Señor, “Por tanto, lo que Dios junto, no lo separe el hombre” (Marcos
10:9).
La Biblia tiene dos
versículos sobre el divorcio y el nuevo matrimonio, pero para los cristianos.
Si hay un versículo en conflicto entre el Antiguo y el Nuevo Testamento, el
versículo del Nuevo Testamento prevalecerá. El Nuevo Testamento es la regla
moral que la iglesia debe seguir.
Lo que dice la
Biblia sobre el divorcio es claro, si dos cristianos están casados entre sí.
No existe tal cosa como el divorcio. De hecho, otro versículo de la Biblia que
está en el Antiguo Testamento dice: “¡Porque aborrezco el divorcio!” dice el
Señor, el Dios de Israel. “Divorciarse de tu esposa es abrumarla con crueldad”,
dice el Señor de los Ejércitos Celestiales. “Guarda, pues, tu corazón; no seas
infiel a tu mujer.” (Malaquías 2:16)
Hay otras
Escrituras qué enseñan lo mismo, qué el matrimonio liga hasta la muerte (I Co.
7:39). El matrimonio es válido hasta la muerte. Después qué uno de los dos
muera, Dios da el privilegio de casarse de nuevo. Pero todo matrimonio es
designado ser un contrato de vida, roto sólo por la muerte.
Bajo la Ley
Mosaica, violación del pacto de matrimonio era castigado por muerte (Lev.
20:10). Bajo la Gracia se suspendió la pena de muerte y el violador dado una
oportunidad de arrepentirse. Esto se ejemplificó cuando Cristo perdono a la
mujer tomada en el adulterio (Juan 8:1-11).
EL DIVORCIO
PERMITIDO BAJO LA LEY; PERO BAJO LA GRACIA, SÓLO POR UNA CAUSA
Cuando los fariseos
vinieron a Jesús tentándole, le preguntaron si era lícito al hombre repudiar a
su mujer por cualquier causa (Mr.10:2). Jesús concedió de qué bajo
la Ley de Mosaica se permitió esto (Mr. 10:3-6), pero sólo por causa de la
dureza de sus corazones. Debido a esta dureza de corazón, Dios había
dicho, “Por eso yo también les di estatutos que no eran buenos” (Ez.
20:25). La ley del divorcio no era buena, pero Dios se los dio como era la
provisión mejor que pudo hacerse bajo las circunstancias. Pero del principio
Dios no quiso esto. Dios nunca sanciono el divorcio salvo por la causa de
fornicación. Los fariseos estaban más interesados en la concesión de Moisés de
Deuteronomio 24:1-4, que en el mandamiento de Dios registrado en Génesis 2:24.
Ellos estaban rechazando el diseño original de Dios para el matrimonio que es,
un hombre con una esposa por vida.
Jesús desaprobó el
divorcio. Ya qué sabemos qué la persona está ligada por la ley del compañero
matrimonial hasta la muerte, ¿porqué hizo esta excepción Jesús? Esta
declaración se puede entender en la luz de Deuteronomio 22:13-21. Aquí la ley
declara que si un hombre toma una mujer para su esposa y él descubre que los símbolos
de su virginidad faltan, ella es condenada a muerte. El verso siguiente (22)
también agrega que la violación de los votos del matrimonio era
castigado por muerte.
Por la comisión de
este pecado, el violador del voto matrimonio perdía la vida. Así, si la pena de
la ley se efectuaba, el compañero culpable del matrimonio murria. El punto
significante para notar en esta conexión es que la muerte rompe la atadura de
matrimonio. Si la gente realizara que el matrimonio se disuelve sólo por la
muerte, serán más lentos para casarse. También lo pensarían bien antes de
entrar en un pecado que pudiera arruinar la felicidad de su matrimonio.
Acordémonos qué el matrimonio sólo puede romperse por razón de fornicación
Las Escrituras
indican que ningún divorcio es reconocido por el Señor a menos que uno de los
compañeros sea culpable de fornicación. Una pareja, divorciada por razones qué
no son bíblicos, son considerados como se todavía estuvieran casados en la
vista de Dios (Mat. 19:9). Una persona casada, en tomar otra esposa o esposo
comete adulterio, porqué ya está casado. Cuando un hombre toma una mujer
divorciada, cuyo matrimonio no fue roto por causa de fornicación, el está
tomando una mujer casada; en otras palabras, el está tomando la esposa de otro
hombre. Dios todavía cuenta ese matrimonio válido hasta que se roto por causa
de fornicación. Así que, ninguna persona debe de pensar de divorciarse por
causa de embriagases, deserción, crueldad, falta de sostenimiento,
incompatibilidad o por cualquiera otra razón, salvo por un adulterio
persistente, llamado fornicación.
LA FORNICACIÓN
ROMPE EL MATRIMONIO Y PERMITE DIVORCIO
Cuando Jesús dijo
que no se permitía el divorcio “Salvo por causa de fornicación,” la
palabra fornicación es la palabra Griega “Porneia,” el termino que se
usa para prostitución. Esta palabra en el Griego se usa para fornicario y
también prostituta. Lo que el Señor estaba diciendo era, a menos que la esposa
practicara prostitución o a menos que el esposo fuera un fornicario, el
divorcio no se puede permitir.
Un cuidadoso
estudio del uso de la palabra “fornicación” en las
Escrituras, revela que es la palabra inclusiva. Todo adulterio es
fornicación, pero no toda fornicación es adulterio. Adulterio, generalmente
hablando, se refiere al acto en que por lo menos uno de las personas es casada.
Fornicación, por otra parte, puede incluir relaciones ilícitas de personas
solteras, adulterio, incesto, homosexualidad, sodomía, u otras perversiones.
En los Diez
Mandamientos, “No cometerás adulterio” abarca todos los pecados
sexuales. Los Diez Mandamientos no solo prohibía la inmoralidad entre casados,
pero, también se prohibía el mismo pecado entre personas no casadas.
Esto se ve claramente en la referencia en Judas 7, en el juicio sobre Sodoma
por sus perversiones. Igualmente, cuando los apóstoles le escribieron al los
gentiles “que se aparten...de fornicación” (Hch. 15:20), está claro que no
se referían sólo a personas solteras pero a la Iglesia entera. En la Biblia la
palabra adulterio se usa por un solo hecho de sexo ilícito, mientras la palabra
fornicación se usa por un curso adulterio o prostitución.
Perdido en el
debate sobre la cláusula de excepción el hecho de que, independientemente de lo
que signifique “infidelidad conyugal”, es una concesión para el divorcio, no un
requisito para ello. Incluso cuando el adulterio está comprometido,
una pareja puede, por la gracia de Dios, aprender a perdonar y comenzar a
reconstruir su matrimonio. Dios nos ha perdonado de mucho
más. Seguramente podemos seguir su ejemplo e incluso perdonar el pecado de
adulterio (Efesios 4:32). Sin embargo, en muchos casos un cónyuge no se
arrepiente y continúa en la inmoralidad sexual. Ahí es
donde posiblemente se puede aplicar Mateo 19:9.
Aunque Dios permite
el divorcio por razón de fornicación, Él no lo demanda o lo requiere. Jesús
nunca ordenó, ni hay en la Biblia una sola declaración, que un
matrimonio se debe romper por cualquier pecado o cualquier causa. El Señor si
permite el divorcio por causa de fornicación, prosecución por uno de
los compañeros, ¡pero él no lo demanda!
¿POR QUÉ LLEVA UNA PENALIDAD DAN SEVERO LA VIOLACIÓN DEL PACTO
MATRIMONIAL?
En estos días
cuando las normas morales son tan bajas, es posible que algunos
pensaran que la penalidad por el pecado de fornicación es demasiado severa.
Realmente la penalidad está de acuerdo con la gravedad el pecado.
1. La violación del voto del matrimonio es una traición
de la confianza más sagrada de la vida humana.
2. Es una violación de una ley Divina.
3. Destruye la santidad del matrimonio y el hogar.
4. Es un pecado contra el cuerpo, el templo del Espíritu
Santo.
5. Envuelve la posibilidad de traer a un niño ilegítimo a
este mundo.
6. La violación de la ley del matrimonio comúnmente
resulta en arruinando la felicidad de otras personas inocentes.
La Biblia deja muy
claro que Dios odia el divorcio (Malaquías 2:16) y que la reconciliación y el
perdón deben marcar la vida de un creyente (Lucas 11:4; Efesios 4:32). Sin
embargo, Dios reconoce que ocurrirá el divorcio, incluso entre Sus
hijos. Un creyente divorciado y/o vuelto a casar no debe sentirse menos
amado por Dios, incluso si el divorcio y/o el nuevo matrimonio no están
cubiertos por la posible cláusula de excepción de Mateo 19:9.
La frase “y se casa
con otra” (Mateo 19:9) indica que el divorcio y el nuevo matrimonio están
permitidos en una instancia de la cláusula de excepción, cualquiera que sea la
interpretación. Es importante tener en cuenta que solo la parte inocente
puede volver a casarse. Aunque no se indica en el texto, parecería que la
concesión para volverse a casar después del divorcio es la misericordia de Dios
para aquel contra quien se pecó, no para el que cometió la inmoralidad
sexual.
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