“Acordaos de vuestros pastores, que os hablaron la palabra de Dios; considerad cuál haya sido el resultado de su conducta, e imitad su fe” “Obedeced a vuestros pastores, y sujetaos a ellos; porque ellos velan por vuestras almas, como quienes han de dar cuenta; para que lo hagan con alegría, y no quejándose, porque esto no os es provechoso.” Hebreos 13:7, 17
¡La mayoría de los miembros de la iglesia no saben cómo tratar a su pastor! Si usted quiere ser un miembro considerado, hay algunas cosas que usted debe saber que su pastor nunca le contará. Pocos pastores se pondrán en la posición precaria de exponer que beneficios ellos consideran que deberían recibir de su ministerio porque ellos lo consideran inadecuado buscar para sí mismo el respecto y recompensa de su oficio. No obstante el cuidado apropiado por parte de los miembros de la iglesia en ciertas áreas sensitivas ayudará ambos el pastor y la iglesia en cumplir con sus deberes.
Muchos pastores dejan el pastoreado y entran en otra vocación por que ellos no pueden tratar con las dificultades y los desalientos del pastoreado, y los quien fielmente continúan a veces tienen serios combates con el estrés. Un factor clave en esta tendencia es que la eficacia del pastor es directamente dependiente del servicio voluntario de los miembros de la iglesia motivado por amor. Cómo miembro de la iglesia, usted debe de preguntarse, ¿qué es lo que yo podrá hacer para ayudar a mi pastor cumplir con su ministerio que Dios le ha dado? Lo que segué son unas sugerencias de lo que usted puede hacer.
Ore por su Pastor y su familia. Cada pastor sincero puede identificar con la apelación de San Pablo, “Pero os ruego, hermanos...que me ayudis orando por mí a Dios” (Romanos 15:30). Su Pastor y su familia son seres humanos, lo mismo que usted. Ellos tienen los mismos debilidades y problemas, además de las dificultades especiales asociados con el ministerio público. Por lo tanto, ore por ellos individualmente todos los días.
Una cosa que lastima más a los pastores es que algunos miembros les gustan chismear. Ellos toman delicia diabólica en contar a los demás miembros los defectos del pastor. ¡Los pastores son humanos! Algunos pueden haber tenido hábitos o pueden hacer errores gramaticales; otros tal vez pueden reñir con su esposa. Usted no ayuda su iglesia crecer detrayendo de la credibilidad del pastor buscando fallas. Si él tiene un carácter estropeado que usted cree tan severo. Ve y habla con el respetuosamente, siguiendo la admonición Bíblica para exhortar un mayor como un padre (I Timoteo 5:1).
Si usted siente que su ministerio es efectivo, anímelo diciéndole vez en cuando en persona. Pero si usted está convencido que él no está predicando el consejo entero de Dios, platique con él sobre eso. Si usted sabe de algo que él está descuidando, dígaselo en un espíritu cristiano bondadoso. Pero por favor no esparcen rencilla y desacuerdo entre la iglesia.
Reconozca a su pastor como el líder espiritual de la congregación. Ponga en la práctica la admonición de Hebreos 13:17; “Obedeced a vuestros pastores, y sujetaos a ellos; porque ellos velan por vuestras almas, como quienes, han de dar cuenta: para que lo hagan con alegría, y no quejándose.” Es cierto, que los pastores no deben actuar como “teniendo señorío sobre los que están a vuestro cuidado” (I Pedro 5:3), ni deben ellos ser vistos como dictadores infalibles. Pero ellos “tienen el mando sobre usted,” y cada miembro debería reconocer su posición y llamado.
Siempre use el titular apropiado de respeto. Esto es un asunto pequeño, pero es importante. Aun cuando su pastor le dice que le llame por su primer nombre, quizás es mejor que su familia y los demás miembros de su iglesia en el público se dirijan a él con un titulara de respeto. Tal vez él le dará el derecho que le llame por su primer nombre para ayudarte sientes tranquilo con él. No obstante hay veces cuando por respeto a su oficio usted debería referirse a él cómo pastor o hermano.
Muchas urgentes responsabilidades toman el tiempo de un pastor. Él debería pasar un buen tiempo en el estudio, la oración y preparación para sus sermones. Entre más joven el pastor en el ministerio, más tiempo se toma para preparar sus sermones. Además, él tiene que asistir a las reuniones y frecuentemente tienen que vigilar los diferentes grupos de la iglesia. En muchos casos el pastor se encuentra pastoreando una congregación nueva o pequeña y en tal caso el pastor puede encontrarse siendo el que tiene que levantar fondos, ser el guardián, el que hace todos los mandados, y secretario, etc. Todas estas son áreas donde los miembros de la iglesia pueden ayudar con la carga.
Un hecho descuidado de la Escritura es lo que el Apóstol Pablo escribió en I Timoteo 5:17, que un pastor merece retribución doble. La Escritura enseña que un obrero es digno de su salario. Si el pastor merece retribución doble, él debería por lo menos ser dado un sueldo que le permita un nivel de vida cómodo.
Su pastor tiene muchas necesidades y gastos de que usted no se da cuenta. Además, porque un pastor debe ser “dado a la hospitalidad” según I Timoteo 3:2. Los pastores tienen que hospedar mucho más que un miembro. Esto podrá ser caro.
También, el pastor está más ocupado que un miembro y no puede hacer algunas de las cosas por sí mismo y su familia como un miembro ordinario. Él tal vez tendrá que pagar por algunas cosas y servicios. Cuando él consigue el tiempo para reparar un aparato o hacer un mandado para su familia, es probable que él sea interrumpido por alguna emergencia de la iglesia. Es necesario que se le pague suficiente para que él pudiere dedicar más de su tiempo a la iglesia y dejar los mandados y tareas a esos quienes él puedan pagar.
Otro gasto del pastor involucra materiales de estudio. Otros gastos pastorales incluyen el costo de atender convenciones y diferentes reuniones y el frecuentemente olvidados gasto de su auto. El auto del pastor es una herramienta de negocio y el pastor debería ser reembolsado por el uso de su auto en el beneficio de la iglesia.
Además, a menos que él sea afortunado que pastorea una iglesia que pueda proveer para su retiro y sus beneficios de hospitalización, él tendrá que proveer para sí mismo.
El ingreso del pastor debería también ser adecuado para proveerle ocasionalmente una vacación. Una visita con familiares o los amigos, mientras agradable, no comprenden un tiempo de descanso o vacación. Tampoco, cuando sale a una convención esto no es una vacación.
Como un miembro considerado de su iglesia, usted debería velar que su pastor no tenga que preocuparse demasiado con necesidades de dinero. Aunque los pastores son dispuestos para humillarse y están depuestos a trabajar por lo poco que recibe a fin de servir a Dios, está de usted para mostrarle a su pastor que usted comprende el valor de su posición a que Dios le ha nombrado.
Si su iglesia es el tipo que no puede dar a su pastor un sueldo apropiado y sostenerlo financieramente la manera que él merece, hay una cosa que usted puede hacer que siempre es apreciado. Siéntese y escríbale a su pastor una carta de apreciación. Dígale cuanto lo aprecia, y lo que él esta hacendó. Sea específico. Si usted fue movido a acción por un mensaje particular que él predico, dile cual mensaje fue. Hay otra manera que usted le puede ayudar, dile a otros miembros de la iglesia específicamente cómo y por qué es que usted aprecia al pastor, para que ellos también puedan buscar las mismas calidades en él. Si usted sabe lo que ha recibido de su pastor es de Dios y usted ha crecido espiritualmente a causa de su ministerio, ¿por qué no lo cuenta a otras personas que no son de la iglesia? Mediante sus esfuerzos la iglesia puede ganar nuevos miembros y nada trae más gozo a un pastor como ver la congregación crecer.
La vida de un pastor es frecuentemente solitaria y exigente y en ocasiones desalentadora. Su pastor necesita saber que usted lo aprecia y lo estima. Trate bien a su pastor y usted lo animara a hacer lo mejor para la obra de Dios. Una buena relación entre el pastor y la congregación agrada a Dios y hace su iglesia y su ministerio una bendición para la comunidad.
Finalmente, sea paciente con su pastor. Él es un hombre imperfecto que está trabajando con un grupo de personas imperfecta. De hecho, usted puede ser una de sus desventajas. Su pastor no necesita lástima, él necesita su apoyo. Usted puede ayudarle con orar por él, reconociendo su liderazgo, tomando sus responsabilidades seriamente y siendo honesto con él.
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