“Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me
siguen…” (Juan 10:27)
“DIOS, habiendo hablado muchas veces y en
muchas maneras en otro tiempo á los padres por los profetas, En estos postreros días nos ha
hablado por el Hijo…” (Hebreos 1:1-2)
Satanás en muchas veces intenta de
confundirnos después de que hemos orado. ¿Cuándo Ud. escucha para oiré la voz
de Dios, le hace parecer que Ud. oye dos voces? ¿Cómo puede saber Ud. si es
Dios o Satanás? Sabemos por la experiencia de la tentación de Jesús que Satanás
tratara muchos trucos para convencernos a escuchar su voz en lugar de la de
Dios (Mat. 4:1-11). El apóstol Pedro
nos advirtió que el diablo espera siempre, buscando el momento oportuno para
instilar miedo y confusión (I Pd. 5:8).
Debemos estar prevenidos siempre para estar seguros que la voz que oímos cuando
oramos y escuchamos por la respuesta de Dios es, en verdad la voz de Dios.
Jesús les dijo a Sus discípulos que
Él tenia que ir a Jerusalén y sufrir muchas cosas de las autoridades allí.
Eventualmente, lo iban a matar, pero que al tercer día el iba a resucitar (Mat. 16:21). Pedro le dijo a Jesús, “Señor, ten compasión de ti; en ninguna
manera esto te acontezca” (16:22). Por tan bien intencionado como Pedro
hubiera pensado que el era, sus palabras no eran de Dios, eran palabras que
estaban de acuerdo con el mensaje de Satanás. Jesús reprendió Pedro, diciendo, “¡Quítate de delante de mi, Satanás!; me eres
tropiezo, porque no pones la mira en las cosas de Dios, sino en las de los
hombres” (16:23).
Se le comparo a Satanás a Pedro.
Necesitamos reconocer que a veces la voz de Satanás viene a nosotros no en
nuestros pensamientos e imaginaciones, pero por las palabras de otras personas,
algunos de quien parecería estar bien intencionado o nos dicen que nos aman. La
Biblia nos asegura que hay una manera de distinguir la voz de Dios de la de
Satanás. Oiremos algunas diferencias distintas en los mensajes.
SATANAS DICE…
1. Haga lo que Ud. quiere hacer.
2. Viva por el momento.
3. No te preocupes de lo que otros
dicen.
4. Ud. ya esta muy maduro.
DIOS DICE…
1. Considere los efectos de su
conducta en otros.
2. Viva con un ojo a la eternidad.
3. Reciba consejo piadoso.
4. Continué creciendo y madurando
para ser como Cristo.
Cuando seguimos la voz y mensaje de
Satanás en lugar de la de Dios, el resultado siempre lleva a pérdida,
destrucción y muerte. El camino de Dios siempre conduce a la vida abundante y
vida eterna (Jn. 10:10). Parte de la
diferencia está en la manera que nos sentimos de nuestras vidas y acciones. El
resultado de seguir la voz de Satanás es la frustración, desmayo y
preocupación. El resultado de seguir la voz de Dios es una gran paz en nuestro
espíritu.
Dios ve a todas personas y el impacto
completo de lo que decimos y hacemos en otros, ambos esos que conocemos y están
cercas de nosotros y esos que no conocemos. El nunca nos piedra que exhibamos
conducta ofensiva o mala; El nunca nos llevara hacer cualquier cosa que puede
herir a otra persona; emocionalmente, espiritualmente o materialmente. Satanás,
en cambio, nos dice lo que queremos oír. El nos dice que no nos debemos
preocuparnos de los efectos de nuestras vidas en otros. En nos dice que cada
persona es una isla hacia el mismo y que deberíamos hacer lo que nos gusta.
Si Abraham hubiera pesado las
ramificaciones posibles de su trato con Agar, el hubiera resistido la suplicas
de Sara de tener un niño con su criada (Gen.
16-17; 21). Si David hubiera pensado de la severidad de la disciplina de
Dios sobre su numeración de Israel, el hubiera escuchado el consejo de Joab (I Cro. 21). Si Ud. siente que Dios lo
esta conduciendo en una dirección particular, pregúntese, “¿Cómo afectaría esto a las personas alrededor de mi?¿Se herirá alguien
por lo qué voy a decir o hacer?¿Serán bendecidos otros?¿Será esta bendición
solamente para mi?¿Quien puede beneficiar por lo que estoy para hacer?
Estas preguntas pueden ayudarle desyerbar la influencia de Satanás y para
que pueda oír la voz de Dios (Rom. 14:21; I Tes. 5:15; I Tim. 6:18-19).
Muchas Escrituras mencionan el “cumplimiento del tiempo.” Dios no va de
prisa. Él trata en consecuencias eternas y Él continuamente busca el
cumplimiento total de Su plan y propósito. Satanás siempre nos anima actuar
inmediatamente porque el sabe que si nos detenemos un poco y pensamos el asunto
vamos a cambiar de opinión. Si siente un impulso irresistible a actuar
espontáneamente e inmediatamente, es probablemente mejor esperarse y orar sobre
el asunto. Dios tiene interés en tener todo los detalles en sus lugares
apropiados.
El Rey Saúl perdió su trono porque
actuó apresuradamente. Fue instruido por el profeta Samuel que esperara en
Gilgal por siete días. Cuando Samuel no llego en el séptimo día, Saúl decidió
hacer algo. Preparo la ofrenda para presentar la a Dios. En cuanto Saúl había
presentado la ofrenda, llego Samuel. Saúl dio sus excusas, pero su prisa lo
descalifico de un reino largo y pacifico. Adelantarse a Dios es un equivocación
terrible y las consecuencias siempre son desagradables (I Sam. 10:8; 13:8-14).
Nehemías, pacientemente espero en
Dios. El busco al Señor, en ayuno y oración, por cuatro meses hasta que el rey
le pregunto porque estaba triste. El le explico su preocupación sobre la
devastación de Jerusalén y, dentro de unos cuantos días, el rey lo envió a
Jerusalén con autoridad y todo lo que se necesitaba para reconstruir la ciudad (Nem. 1-2:9). No es fácil esperar
pacientemente ante Dios para estar seguro que Su voluntad. ¡Pero cuanto mas satisfactorio
son los resultados cuando Ud. sabe que ha oído la voz de Dios (Sal. 62:5; Stg. 5:7-8; Lc. 14:28-30).
Los jóvenes rebeldes a menudo le
dicen a sus mayores, “¡No mi diga que
haga! ¡Yo soy un adulto también!” Ésa es la actitud de muchas personas
hacia la voz de Dios. Es una actitud de orgullo, basado en una suposición que
sabemos mucho sobre cualquier situación como Dios. Finalmente, Dios nos habla
en términos de nuestra entrega a Sus deseos. Sus mensajes a nosotros no son
sobre lo que queremos, que normalmente es limitado, egocéntrico, de miras
estrechas y corto de vista. Más bien, Sus mensajes son sobre lo que Él quiere
para nosotros, que siempre es eterno y amoroso y nos llaman a una manera más
alta y mejor. Los mensajes de Dios tratan con nuestra entrega a Él, en tomar
nuestra cruz y siguiere le, de entregar nuestras vidas para otros, de llevar la
carga del uno del otro, de alentarnos el uno al otro y edificarnos el uno al
otro, de nuestro comportamiento de modo que cause que otros caminen en rectitud
ante Dios.
Satanás viene a nosotros y nos dice
que somos sabios en nuestro propio entendimiento para hacer decisiones. Esto ha
sido la tentación para el hombre desde el Jardín de Edén, simplemente come de
la fruta y serás sabios como dioses. En nuestro día, la mentira puede ser,
“Solo sigue su sentido común.” Esto puede ser bueno hacer, pero erramos si
ponemos nuestra confianza solamente en nuestros propios esfuerzos y dejamos la
sabiduría de Dios. El resultado seria tan desastroso para nosotros como fue
para Adán y Eva. Nos encontramos en problemas siempre cuando presumimos que
podemos hacer decisiones totalmente de nosotros mismos (I Pd. 2:2-3; Ef. 4:14-15. II Pd. 3:17-18).
El resultado claro de oír la voz de
Satanás es una preocupación, sentimientos penosos de frustración en su
espíritu. Si Ud. cree que ha oído la voz de Dios, y todavía continua
experimentando un sentimiento de inquietud e interrogación mientras Ud. intenta
de obedecer la voz que ha oído, detente y tome nota. ¡No ha oído la voz de
Dios! La voz de Dios trae una calma profunda en nuestro espíritu. Aunque seamos
desafiados por lo que Dios nos dice que hagamos, no tendremos un sentido de
conflicto interno, preocupación, o un corazón inquieto. La paz que Dios nos da
es la que el apóstol Pablo describe como paz “Que sobrepasa todo entendimiento (Fil. 4:7). Esta es la paz que viene con
un corazón seguro. No se agita esta paz interna, es indiferente a cualquiera
circunstancia. Cuando este tipo de paz viene a nosotros, sabemos que hemos
escuchado la voz de Dios y nos sentimos seguros (Col. 3:15).
Algunas personas tienen conciencias
muertas y no les molesta nada cuando han hecho una decisión mala. No sentiré
nada es un estado muy peligroso de encontrase. Después de que ha intentado de oír
la voz de Dios y ha llegado a una decisión sobre algo en su vida, se va sentir
de una manera u otra de su decisión. Tendrá un sentido permanente de calma, propósito,
y paz o se sentirá intranquilo, descontento, frustrado, angustiado o incomodo.
Preste atención a estos sentimientos que vienen de su más íntimo. Es una señal
confirmatoria a Ud. que ha o no ha oído la voz de Dios.
APROVECHE DEL CONSEJO SABIO
El libro de Proverbios tiene mucho
que decir sobre el valor del consejo sabio (13:10,
20:5). Debemos buscar consejo piadoso y escuchar las personas que en verdad
aman a Dios y están firmemente fundados en la Palabra de Dios. Cuando busca
consejo, busca alguien que también puede ayudarle espiritualmente y que no
tiene motivos ocultos (Isa. 45:20-21, I
Pd. 5:5-6; Ef. 5:17-21).
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