“Pacientemente esperé a Jehová, Y se inclinó a mí, y oyó
mi clamor.” Salmo 40:1
“Pero los que esperan a Jehová tendrán nuevas fuerzas;
levantarán alas como las águilas; correrán, y no se cansarán; caminarán, y no
se fatigarán.” Isaías 40:31
La mayoría de la gente no puede
soportar la espera. La espera es un verdadero problema para la mayoría de
nosotros. ¿Por qué tenemos problemas con la espera? La mayoría de nosotros
estamos dispuestos a hacer cualquier cosa para Dios, pero no esperar. ¿Por qué
Dios muchas veces nos hace esperar? Algunos han llamado a esta "la edad de
microondas." Queremos todo al momento. No es así con el Señor. El tiene su
tiempo para todo.
Si vamos a crecer en el Señor, vamos a
tener que aprender el secreto de esperar en Dios. El apresurar a Dios es
encontrar fallas en él. Dios nunca llega tarde, pero no siempre viene cuando
usted lo quiere que el venga.
¿Se ha enojado alguna vez usted con
Dios o se ha frustrado porque Él no hizo lo qué usted pensó que Él debería
hacer cuando usted pensó que Él debería haberlo hecho?
TRES RAZONES POR LAS QUE DIOS NOS REQUIERE ESPERAR
A. Para Condicionar La Facultad Humana
Para Recibir (Éxodo 24:12-16)
La espera es un
acondicionamiento que prepara el espíritu humano para recibir de Dios. Como
Moisés en el Monte Sinaí y los Discípulos en el Día de Pentecostés ellos
tuvieron que esperar en Dios para recibir. La mayoría de nosotros nunca podría
recibir lo que Dios tiene para nosotros hasta que él nos ha pasado por un tiempo
de espera.
B. PARA CALMAR EL ESPÍRITU HUMANO
AGITADO (Salmo 37:7)
La mayoría de la
gente podría encontrar a Dios y oír Su voz si ellos se calmaran, estuvieran
quietos y dejar a su espíritu humano que
se calmara. Un espíritu humano acalorado puede causar más confusión que
cualquier demonio.
C. PARA ENSEÑAR REVERENCIA A UN DIOS
SANTO (Habacuc 2:20)
Hemos perdido
nuestro sentido de la reverencia. Tenemos que descubrir la presencia de Dios
y su majestad. Tenemos que aprender a
acercarnos a Dios con reverencia y esperar en silencio para escuchar lo que
tiene que decir. Debemos reconocer que Él está en control y sabe lo que está
haciendo.
Un hombre aprendió una lección cuando
él fue a Disneylandia con sus hijos. Él llegó al parque antes de que se
abriera. Había estado lloviendo esa mañana, muy pocas personas estaban allí.
Ellos entraron y comenzaron a ir a los diferentes paseos. Ellos llegaron al
primer paseo y entraron inmediatamente porque no había ninguna línea. Ellos
fueron al siguiente paseo y encontraron la misma cosa otra vez; ninguna línea,
ninguna espera. ¡Entonces ellos fueron a su paseo favorito y no había ninguna
línea! Ellos no lo podían creer, ninguna línea y ninguna espera. Ellos entraron
sin tener que esperar. Después del paseo, ellos se fueron a otro paseo. Su hija
de 12 años lo miró y dijo, “Este no es la diversión, esto no parece
Disneylandia hoy, hay muy pocas gente aquí y no es tan divertido”.
Mientras ellos caminaban por el parque
revisando unos paseos más, el clima comenzó a despejar, el sol salió y más
gente comenzó a aparecer en el parque. Ellos volvieron para montar su paseo
favorito otra vez. Esta vez ellos tuvieron que esperar un rato porque había una
línea de gente. Esta vez tuvieron que esperar 15 minutos. Después de que ellos
montaron el paseo, todos ellos dijeron,
“¡guau, que tremendo! Esto fue más divertido que la primera vez”.
Entonces se dio cuenta, por qué fue más
divertido. Fue porque, ellos tuvieron que esperar. La espera realmente hizo el
paseo mejor. De la misma manera, Dios nos hace esperar por cosas porque él
quiere hacerlas mejor para nosotros. ¡Él notó otra cosa, que los mejores paseos
tenían las líneas más largas! ¡Así que, tal vez lo mejor que Dios tiene para
nosotros tiene la espera más larga!
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