I Tesalonicenses 4:3; Hebreos 12:14
En
la regeneración nuestra naturaleza se cambia; en la justificación nuestro
estado se cambia; en la adopción nuestra posición se cambia; en la
santificación nuestro carácter se cambia.
Santificación es la
voluntad de Dios para cada creyente. En esencia la santificación y la santidad
son la misma. El tema de santidad y la
santificación se menciona 1,066 veces en la Biblia.
Santificación
viene del verbo santificar. Santificar viene de la palabra griega hagiazo, que
significa estar "separado" "puesto aparte." En la Biblia,
santificación generalmente tiene que ver con un acto soberano de Dios por el
cual Él "pone aparte" a una persona, lugar, o cosa para cumplir Sus
propósitos. En la Biblia santificación significa ser apartado o separado: 1)
Por Dios 2) Para Dios 3) Del pecado 4) A
una vida santa (II Timoteo 2:21).
Para
el creyente tiene dos significados: La separación de la maldad (II Crónicas 29:5,
15-18) y la separación hacia Dios (Levíticos 27:16). La santidad no es un logro
para ser realizado, pero un regalo para ser aceptado. El uso constante de este
regalo aumentara nuestra santificación (I Tes. 5:23-24; Ef. 5:26; II Tes.
2:13).
EL TIEMPO DE LA SANTIFICACION
Cuando
una persona es santificada, él o ella es puesta aparte por Dios para un
propósito específico divino. En el mismo momento en que somos salvos por
Jesucristo, inmediatamente también somos santificados, y comienza el proceso de
ser conformados a la imagen de Cristo. Como hijos de Dios somos "puestos
aparte" desde ese momento para llevar a cabo Sus propósitos divinos hasta
la eternidad. Hebreos 10:14 dice: "Porque con una sola ofrenda hizo
perfectos para siempre a los santificados."
Es
importante diferenciar entre la justificación y la santificación. Justificación
es otra palabra para salvación. Jesús dio su vida en la cruz como sacrificio
por nuestros pecados. Su sangre lava nuestros pecados y nos libra de una
eternidad de sufrimiento y condenación.
La
santificación ocurre como resultado de la salvación. En el momento de la
conversión, el Espíritu Santo entra en nuestra vida. I Corintios 6:11 habla de
la santificación como una experiencia pasada con el lavamiento y justificación.
No somos ya más prisioneros de la muerte, sino libres de vivir la vida que Dios
desea para nosotros. De esta manera, somos santificados simplemente por nuestra
situación de almas perdidas salvadas por gracia.
La
santificación es un proceso continuo, no se detiene con la salvación, sino que
es un proceso progresivo que continúa en la vida cristiana. A diferencia de
cosas y lugares que son santificados por Dios en la Biblia, las personas tienen
la capacidad de pecar. Aunque hemos sido "puestos aparte" como hijos de
Dios, continuamos comportándonos de maneras que son contrarias. Como
cristianos, nos damos cuenta poco después de haber sido salvos, que existe una
nueva batalla que está siendo librada en nuestro interior, una batalla entre
nuestra vieja naturaleza pecaminosa y la nueva naturaleza espiritual. Pablo
describe mejor esta batalla interior en Gálatas 5:17.
Santiago
1:22-25, es una ilustración de un hombre que mira en un espejo y viendo una
mancha de suciedad va y se lo lava. El espejo es la Palabra de Dios que da a conocer
pecado y entonces nosotros debemos confesar lo. Dios no nos da a conocer todo
nuestros defectos cristianos de una vez, que sería un desaliento demasiado y
conduciría a la desesperación. El momento que algo se da a conocer nosotros
deberíamos buscar limpieza y continuamente perseguir una trayectoria de
santificación progresiva.
Algún día seremos completamente santos sin falta de ninguna
gracia; maduro y perfecto (I Tes. 5:23). Pablo en Filipenses 3:12-14, proseguía
hacia esa perfección futura, mientras diario perfeccionando su santificación
progresiva terrenal.
EL SIGNIFICADO
DE LA SANTIFICACION
¿Pero
qué es la obra de la santificación? ¿Qué significa prácticamente ser
"puesto aparte"? La santificación puede ser descrita como un proceso
espiritual en donde Dios ocasiona santificación y cambios en la vida de un
cristiano por medio del Espíritu Santo.
Todos
enfrentamos diferentes problemas, luchamos con el pecado, y con heridas pasadas
en varios grados, entorpeciendo nuestra habilidad para vivir la vida que Dios
desea para nosotros. Una vez que aceptamos a Jesucristo en nuestras vidas, el
Espíritu Santo entra en nuestras vidas para comenzar el proceso de
transformación (santificación progresiva). Él nos señala áreas que necesitan
ser cambiadas, ayudándonos a crecer en santidad. Comenzamos a ver al mundo, la
gente, y dificultades personales desde una mayor perspectiva bíblica. Nuestras
elecciones comienzan a ser motivadas por el amor y la verdad y no por el
egoísmo.
El
proceso de transformación puede ser doloroso, pero está siempre motivado por el
amor de Dios por nosotros. Más aún, Dios promete en Su Palabra no darnos más de
lo que somos capaces de soportar (1a de Corintios 10:13). Este es el proceso en
funcionamiento de la santificación en la vida de cada creyente. Aunque el
proceso es personal para cada individuo, la meta final es prevenir el pecado y
producir crecimiento espiritual.
La
santificación no tiene nada que ver con el vivir en perfección, sin pecado.
Nunca viviremos sin pecado en esta vida. De hecho, la Biblia advierte contra
tales enseñanzas falsas en I Juan 1:8: "Si decimos que no tenemos
pecado, nos engañamos a nosotros mismos, y la verdad no está en nosotros,"
No es tratar de vivir sin pecado para ganar el favor de Dios. Más bien, la
santificación es para nuestro propio beneficio. Dios nos manda que busquemos la
santificación para que a través de ella podamos ser bendecidos.
LOS
MEDIOS DE LA SANTIFICACION (Como somos santificados)
A. Por la Palabra de Dios (Juan 17:17).
1. Si Ud. pasa mucho tiempo en la Palabra de Dios Ud.
será santificado.
2. Purifica y limpia. Es la Palabra que revela el pecado.
B. Por la Sangre de Cristo (Heb. 13:12).
La Palabra da a conocer el pecado; la Sangre es la que
limpia; el resultado es la santificación.
C. Por la disciplina (Heb. 12:10-11).
D. Por rendirse a Dios (Rom. 6:19).
E. Por medio de la adoración (Juan 4:23).
La adoración
verdadera y ferviente es lo que Dios desea de Su gente. Cuando nuestra
adoración es genuina, transforma nuestros corazones y nos trae a una íntima
unión con Dios.
F. Por nosotros mismos (II Cor. 7:1).
Nosotros,
también tenemos una parte en la santificación; nuestra parte es descubrir el
pecado; juzgarlo; lanzar lo de nuestra vida; orar por limpieza; orar para ser
fortalecidos para vivir una vida santa. Diario debemos apropiar a Cristo como
nuestra santificación; diario debemos reclamar Su Santidad, Su fe, Su amor y Su
gracia. El secreto de una vida santa es la apropiación continua de la vida
santa del Señor. Nuestro grado de santificación está en la relación a nuestra
apropiación del Señor.
La
santificación es a la vez un asunto de posición y progresión. Somos
santificados porque Jesucristo nos ha salvado y aún así la santificación
continúa trabajando interiormente para transformarnos a la imagen de Cristo. La
santificación es una responsabilidad de cada creyente. Cuando elegimos buscar
la santificación en nuestra vida, ocurre un crecimiento positivo. La búsqueda
de ella involucra la entrega del cuerpo y la voluntad a la guía del Espíritu
Santo. Toma tiempo y es un proceso que no puede ser apresurado. Como un recién
nacido que necesita madurar gradualmente hasta ser adulto, así es el trabajo de
santificación en la vida de un nuevo creyente. El trabajo de santificación será
finalmente completado en la vida de cada creyente cuando Jesucristo regrese.
Esta es la esperanza de cada cristiano.
¿Hay
un anhelo en su alma para la santidad? ¿Para la santificación? ¿Para la pureza?
¿Para vivir como Cristo? ¿Para una conformidad mayor a la imagen de Dios?
Confiese
su pecado; y arrepintiese y Él satisfará los anhelos más profundos de su alma;
el precio es se está dispuesto a partir del pecado y la impureza (II Con.
7:14).
No
mires adentro de usted y sea desanimado pero mire hacia arriba y sed alentado
(I Tes. 5:24).
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