“Y toda aquella generación también fue reunida a sus padres. Y se levantó después de ellos otra generación que no conocía a Jehová, ni la obra que él había hecho por Israel. Después los hijos de Israel hicieron lo malo ante los ojos de Jehová, y sirvieron a los baales. Dejaron a Jehová el Dios de sus padres, que los había sacado de la tierra de Egipto, y se fueron tras otros dioses, los dioses de los pueblos que estaban en sus alrededores, a los cuales adoraron; y provocaron a ira a Jehová.” Jueces 2:10-12
Una generación es aquel grupo de personas que siguen de sus antepasados o el tiempo de espacio entre los padres y sus hijos.
Este verso une la generación de los padres y madres que trajeron a los hijos de Israel a la tierra prometida con la generación de sus hijos que vivieron en la tierra prometida. La generación que se levantó no conocía de Dios y no conocían las obras que él había hecho por Israel. Conocer a Dios va más allá de oír hablar de Dios a experimentar a Dios. Es el tipo de conocimiento que viene a través de andar con Dios. La carencia de la siguiente generación del conocimiento de Dios y sus obras es una acusación de sus padres. Cuánto sabemos acerca de Dios depende en gran medida de la Fundación recibida de nuestros padres y cuánto sabrán nuestros hijos depende de cuán bien les enseñamos. Si nuestros hijos continuaran nuestra fe, deberíamos invertir el tiempo para instrúyelos y exponiéndolos a las cosas de Dios. Es un error asumir que nuestros hijos seguirán automáticamente nuestra fe si no los exponemos al servicio de Dios a medida que crecen hasta la edad adulta.
No comments:
Post a Comment