Dr MARTIN VASQUEZ

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Mesa, Arizona, United States
EDUCATION: Holt High School, Holt Mich., Lansing Community College, Southwestern Theological Seminary, National Apostolic Bible College. MINISTERIAL EXPERIENCE: 51 years of pastoral experience, 11 churches in Arizona, New Mexico and Florida. Missionary work in Costa Rica. Bishop of the Districts of New Mexico and Florida for the Apostolic Assembly. Taught at the Apostolic Bible College of Florida and the Apostolic Bible College of Arizona. Served as President of the Florida Apostolic Bible College. Served as Secretary of Education in Arizona and New Mexico. EDUCACIÓN: Holt High School, Holt Michigan, Lansing Community College, Seminario Teológico Southwestern, Colegio Bíblico Nacional. EXPERIENCIA MINISTERIAL: 51 años de experiencia pastoral, 11 iglesias en los estados de Arizona, Nuevo México y la Florida. Trabajo misionera en Costa Rica. Obispo de la Asamblea Apostólica en los distritos de Nuevo México y La Florida. He enseñado en el Colegio Bíblico Apostólico de la Florida y el Colegio Bíblico Apostólico de Arizona. Presidente del Colegio Bíblico de la Florida. Secretario de Educación en los distritos de Nuevo México y Arizona.

Tuesday, August 6, 2024

LAS INVITACIONES DE DIOS

Mateo 11:28

Hay algo muy poderoso en cuanto a una invitación. El saber que alguien se interesa en uno lo suficiente como para desear nuestra presencia e invitarnos a un encuentro puede tener un profundo impacto. De hecho, pocas cosas nos alegan tanto como el recibir una invitación personal a un evento importante.

Una y otra vez la Biblia extiende al hombre la invitación para entrar en compañerismo personal con Dios y ser colega y socio en traer la redención a este mundo perdido y necesitado. Alguien ha dicho que la Biblia es un libro de invitaciones divinas al hombre, pidiéndole que sea socio de Dios en su plan para redimir al mundo.

Aunque algunas de esas invitaciones nos pueden llenar de gozo y alegría, haciéndonos sentir atesorados y especiales, otras nos llenan de temor al reconocer que son oportunidades para que maduremos y crezcamos. Pero sin importar la emoción que pueda producir la invitación, siempre son extendidas desde un Corazón de perfecto amor. Todas requieren una respuesta.

Una Invitación a Esperar: (Salmo 62:5, Salmo 40:1, Isaías 40:31)

Para algunos, lo más difícil en nuestras vidas es esperar. La invitación de Dios más común es la espera. Casi todos los personajes importantes en las Escrituras tuvieron que atravesar momentos de espera. Noé esperó 40 días en el Arca durante la tormenta, y luego 150 días antes de desembarcar cuando terminó de llover. Moisés esperó 40 años en Madián y 40 años más en el desierto. Israel esperó 400 años para ser liberado de Egipto. David, Isaías, Jeremías, Gedeón, Elías, Pablo, Pedro e innumerables otros héroes bíblicos fueron forjados en el crisol que llamamos “la espera.”

Para muchos de nosotros, ésta es una invitación que preferiríamos ignorar. Requiere que nos libremos de nuestra necesidad de controlar a las personas y circunstancias, y que realmente confiemos en Dios. Requiere que soltemos nuestras propias agendas, nuestras cosas y expectativas irreales, para creer que Dios está en control y que Su tiempo es mucho mejor que el nuestro.

Vivimos en un mundo gobernado por una adicción a la prisa. Comida rápida, filas cortas, conversaciones deprisa, oraciones ligeras, reuniones breves, etc., todo intenta ser eficiente y productivo. La tecnología, que ha provisto una vida más fácil a esta generación que cualquiera anterior, ha complicado nuestra obsesión por resultados inmediatos. Hemos llegado al punto que no podemos esperar, y la característica principal de nuestra sociedad es la impaciencia. Las Escrituras nos dicen que la paciencia es fruto del Espíritu Santo, cultivada y acrecentada en nuestros corazones por la disposición de rendir nuestras vidas caóticas a Dios y esperar en Él. Pero una fe auténtica reconoce que Dios va a actuar donde uno se encuentra, si tan sólo está dispuesto a esperarlo.

Dios requiere que los que esperan en Él abandonen sus vidas agitadas, que reconozcan Su absoluta presencia y que se acerquen a Él en toda reverencia y devoción. Les invita a que se acerquen a Su presencia en humildad, pero en confianza, asegurando que cada una de sus palabras y acciones expresen amor y gratitud a Dios.

Una Invitación a Adorar: (Juan 4:23)

La adoración es realmente uno de los conceptos más importantes y frecuentemente expresados en la Biblia. Dios invita a todo el que es llamado por Su nombre a adorarle en espíritu y en verdad. La adoración ocurre como respuesta a la invitación, instigación y capacitación de Dios mismo. Es mencionada en varias formas cientos de veces en las Escrituras. Dios invita a hombres y mujeres para que sean adoradores, verdaderos adoradores, quienes por medio de vidas entregadas y obedientes, le adoren en espíritu y en verdad.

Dios requiere que los que esperan en Él abandonen sus vidas agitadas, que reconozcan Su absoluta presencia y que se acerquen a Él en toda reverencia y devoción. Les invita a que se acerquen a Su presencia en humildad, pero en confianza, asegurando que cada una de sus palabras y acciones expresen amor y gratitud a Dios.

Una Invitación a Seguir: (Mat. 4:19-20)

Seguir a alguien requiere verdadera humildad, atención cuidadosa y la necesidad de tomar riesgos. Seguir a otro requería que dejara a un lado su propia voluntad para seguir al líder. Todos tenemos potencial de ser líder a cierto nivel. Pero en una cultura obsesionada con el tema del liderazgo, nadie quiere ser seguidor.

Sin embargo, eso es exactamente lo que Dios procura cuando nos invita a venir y seguirle. Cuando aceptamos Su invitación, le damos permiso para que desarrolle nuestro carácter y moldee nuestro corazón. Ya no somos los toscos personajes de antes, haciendo lo que nos da la pura gana de hacer. Ahora debemos aceptar el reto de seguirle, volteando cuando Él voltea, deteniéndonos cuando Él se detiene, tomando otro camino cuando Él toma otro camino, amando a quien Él ama, y sirviendo a quien Él sirve.

Hay sobre 1,400 referencias en las Escrituras sobre personas que sirven. Algunos son esclavos, pero a otros Dios llama Sus “amigos,” y son descritos como siervos, y funcionan como ejemplo de lo que Dios mismo estima. Entregaron sus vidas en total y gozosa sumisión, y aceptaron Su invitación de humillarse y seguirle.

La invitación para descansar: (Mateo 11:28)

 

Desde el inicio de la historia humana el hombre ha sido una criatura intranquila. Alejado de Dios, el hombre es un ser peligroso, indomable. Le falta la tranquilidad que tan sólo viene de Dios por medio de la gracia salvadora de Jesucristo.

 

La epidemia actual del divorcio, del alcoholismo y de la inmoralidad es el resultado directo del carácter destructivo del pecado. Esta diabólica inquietud ha apremiado nuestro mundo como una enfermedad contagiosa y ha llegado a ser la causa fundamental de los problemas domésticos, sociales y políticos. Este desasosiego espiritual que rige en la vida del ser humano es la causa primordial de la inmoralidad en  el mundo.

 

Los psicólogos, que han estudiado cómo funciona la mente, confiesan que la psicología no es capaz de resolver todos los problemas mentales y emocionales de la gente. Los sociólogos, adiestrados en el arte de la ciencia social, confiesan que la sociología no puede resolver los tremendos problemas en cuanto a las relaciones humanas.  Los líderes políticos han señalado la decadencia moral en la gente, pero no podemos menos que notar que ninguno de ellos indica cómo restaurar la integridad moral que la humanidad necesita urgentemente para evitar la destrucción. Muchos líderes políticos han confesado en lo privado que no saben cómo hacer frente al dilema moral.

 

Por otra parte, actualmente hay una señal prometedora: multitud de personas se dan cuenta de su gran necesidad espiritual y moral. Muchas personas eminentes que antes eran cínicas hoy en día admiten que nuestros pueblos necesitan una transformación que los limpie de la insensibilidad, la decepción y la inmoralidad.

 

Se puede ver un desasosiego en casi cada esfera de la vida. Este espíritu de desasosiego, que se manifiesta de muchas maneras, se debe básicamente, a la separación entre el corazón humano y Cristo quien es autor de la paz. Estas personas, que sienten y padecen su inseguridad, podrían hallar paz espiritual y descanso físico al entregar sus vidas a Jesucristo (Isaías 57:20, Deuteronomio 28:67). Necesitamos llevar a las almas perdidas y necesitadas a la presencia del Salvador, quien dijo: “Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar”.

 

La invitación al discipulado: (Mateo 28:18-20, Marcos 3:13-15)

 

Somos salvos a fin de servir; redimidos para llevar fruto espiritual, tomados en la red del evangelio para que lleguemos a ser pescadores de hombres. La invitación al discipulado debe inspirar a todo el mundo. ¡Imagínese! ¿No es un privilegio ser socio con Dios en la redención y la renovación del mundo? Jesús dijo: "Si alguno me sirve, sígame; y donde yo estuviere, allí también estará mi servidor. Si alguno me sirviere, mi Padre le honrará" (Juan 12:26). El discipulado nos permite estar íntimamente asociados con Cristo y, al cumplir fielmente las responsabilidades del verdadero discipulado, recibimos la aprobación y el favor de Dios mismo.

 

¿Quisiera usted hacer tesoros en el cielo? Entonces deja de lado todo lo que te estorbe  y póngase a trabajar en la viña del Señor. Hay oportunidades para trabajar en todo lugar. Algunos vecinos suyos necesitan a Cristo, sus hijos son todavía inconversos, sus colegas en los negocios han visto muy poco de Jesucristo en usted. Le invito en el nombre de Cristo a hacerse un eficiente pescador de hombres.

 

¿Cómo puedo hacerme discípulo de Cristo? La respuesta se encuentra en la Palabra de Dios: "Cualquiera que quisiera venir en pos de mi, niéguese a sí mismo, y tome su cruz y sígame", dice Jesús. Antes de que usted pueda seguir a Jesucristo y ser su discípulo, el egoísmo tiene que ser crucificado, para que Cristo sea preeminente en su corazón y vida.

 

Jesús dijo también: "Si vosotros permanecéis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos". El vocablo discípulo quiere decir uno que aprende, un alumno, un seguidor. La salvación puede ser instantánea, pero el discipulado es algo que aprendemos de Jesucristo. Tenemos que conocer la palabra de Dios antes de enseñarla. De modo que, el segundo requisito para el discipulado es: permanecer en "mi palabra", y si esto lo hacemos llegaremos a ser verdaderos discípulos.

 

También de los labios de Jesús escuchamos: "En esto es glorificado mi Padre, en que llevéis mucho fruto, y seáis así mis discípulos" (Juan 15:8). Si el yo está crucificado y el espíritu tiene dominio, inevitablemente se verán los frutos del discipulado en nuestra vida.

 

Un verdadero discípulo de Cristo llevará el fruto del Espíritu, el cual es: "Caridad, gozo, paz, tolerancia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza". Esto es producido en nuestra vida por el Espíritu Santo. Al someter nuestra voluntad a la voluntad del Dios, él produce este fruto sobrenatural en nuestra vida. Las personas con quienes tenemos que relacionarnos de día en día verán que hemos estado con Jesús. Vamos a reflejar el carácter de Cristo. El secreto de una vida cristiana es: Cristo viviendo en nosotros y produciendo frutos.

 

La invitación de vivir en la presencia de Dios y bajo su dominio (Juan 15:4-10)

 

La salvación personal no es un encuentro ocasional, consiste en morar con Dios. El cristianismo no es un pasatiempo; es una vocación permanente. David, regocijado porque su vida estaba en las manos de Dios, dijo en el Salmo 91: "El que habita al abrigo del Altísimo, morará bajo la sombra del Omnipotente". Si usted estudia bien este Salmo, va a descubrir que en Dios tenemos una morada permanente, y que toda la comodidad, seguridad y afecto que el corazón humano desea se encuentran en él.

 

Los psiquiatras dicen que una de las necesidades básicas del hombre es la seguridad. Este Salmo nos asegura que en Dios tenemos la más grande seguridad. Escuchen: "no te sobrevendrá mal, ni plaga tocará tu morada. Pues que a sus ángeles mandará cerca de ti, que te guarden en todos tus caminos..."

 

Otra necesidad básica de la humanidad es el cariño. Otra vez dice David en el Salmo 91: "Por cuanto en mí ha puesto su amor, yo también lo libraré: le pondré en alto, por cuanto ha conocido mi nombre". El que permanece en Dios es objeto del cuidado y amor divinos.

 

El mundo jamás ha visto un amor mayor que el de Dios manifestado en su Hijo Cristo Jesús. El corazón del mensaje evangélico se resume en estas palabras significativas de Romanos 5:8: "Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros".

 

Estas invitaciones vienen directamente de los labios de Cristo mismo. Ningún hombre jamás ha hallado descanso completo en nadie aparte de Cristo. A las multitudes de trabajados, cargados y acongojados, él invita: "Venid a mi... que yo os haré descansar" ¿Quiere usted conocer descanso, gozo, paz, seguridad y amor? ¿Quiere usted experimentar lo que significa pertenecer? Entréguele su vida y su corazón completamente a Cristo. Yo le prometo que usted puede obtener paz con Dios, paz en el alma, paz en la mente, y un gozo que no ha conocido antes.

 

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