"Y ante todo, tened entre vosotros ferviente amor; porque el amor
cubrirá multitud de pecados. (1 Pedro 4:8)
Qué hermosas son las perlas ¿Verdad? Pero muchos no saben que son producto
del dolor. Toda perla es el producto de una ostra que ha sido herida por un
grano de arena, este grano de arena ha entrado en su interior.
Una ostra que no ha sido herida por un grano de arena no puede producir una perla.
En la parte interna de la ostra se encuentra una sustancia llamada “Nácar” y
cuando un grano de arena ha penetrado en la ostra, ésta lo recubre con capas de
nácar para poder protegerse. El resultado, se va formando una bella y
deslumbrante perla.
¿Alguna vez te has sentido herido por las palabras, o actitudes de una persona?
¿Te han acusado en decir cosas que nunca has hablado? ¿Han rechazado o
ridiculizadas tus ideas? ¿Te han culpado de hacer algo que jamás hiciste? ¿Has
sufrido alguna vez los golpes de la indiferencia? ¿Te han herido aquellas
personas que menos esperabas? ¿Sientes que no te valoran como realmente lo
mereces? Entonces debes de perdonar y hacer de tu herida una gran perla.
Cubriendo tus heridas con varias capas de amor, recuerda que cuanto más
cubierta esté tu herida, menos dolor vas a sentir. Y por el contrario, si no la
cubres de amor, esa herida va a permanecer abierta y te dolerá más y más cada
día, se va a infectar con el resentimiento, la amargura y peor aún, nunca va a
cicatrizar.
En nuestra sociedad, podemos ver muchas “Ostras vacías” no porque no hayan sido
heridas, sino porque no supieron perdonar, comprender y transformar el dolor en
una preciosa perla. Siempre recuerde que una perla es una herida cubierta por
el amor.
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