Dr MARTIN VASQUEZ

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Mesa, Arizona, United States
EDUCATION: Holt High School, Holt Mich., Lansing Community College, Southwestern Theological Seminary, National Apostolic Bible College. MINISTERIAL EXPERIENCE: 51 years of pastoral experience, 11 churches in Arizona, New Mexico and Florida. Missionary work in Costa Rica. Bishop of the Districts of New Mexico and Florida for the Apostolic Assembly. Taught at the Apostolic Bible College of Florida and the Apostolic Bible College of Arizona. Served as President of the Florida Apostolic Bible College. Served as Secretary of Education in Arizona and New Mexico. EDUCACIÓN: Holt High School, Holt Michigan, Lansing Community College, Seminario Teológico Southwestern, Colegio Bíblico Nacional. EXPERIENCIA MINISTERIAL: 51 años de experiencia pastoral, 11 iglesias en los estados de Arizona, Nuevo México y la Florida. Trabajo misionera en Costa Rica. Obispo de la Asamblea Apostólica en los distritos de Nuevo México y La Florida. He enseñado en el Colegio Bíblico Apostólico de la Florida y el Colegio Bíblico Apostólico de Arizona. Presidente del Colegio Bíblico de la Florida. Secretario de Educación en los distritos de Nuevo México y Arizona.

Wednesday, January 6, 2021

RETENIENDO LOS HUESOS DEL PASADO

“…Yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta…” (Filipenses 3:13-14)


Durante la guerra en Vietnam una mujer joven vietnamita fue matada. Ella dejó a su esposo y un hijo pequeño de dos años. Él esposo en muchas ocasiones tenía que viajar lejos para encontrar trabajo para proveer para él y su hijo. Cuando el salía en estos viajes dejaba a su hijo con su vecinos. Toco que después de un viaje largo, el hombre volvió a su pueblo y lo encontró destruido y vacío. Histéricamente comenzó  a buscar entre los escombros donde estaba la casa de su vecino y se encontró unos huesos de un niño. Él estaba seguro que éstos eran los restos de su hijo. Él tomó los huesos pequeños en sus manos y se los puso contra su pecho y comenzó a llorar amargamente. Después de un tiempo envolvió  los huesos en su camisa y se los llevo con él, y en donde quiera que él iba llevaba con él los huesos de su hijo.

Muchos años pasaron, y una noche el hombre oyó que alguien tocaba su puerta. ¿Él llamó, "Quién está allí?" “¡Soy yo tu hijo!" la voz afuera contestada. “¡Mis secuestradores me soltaron, y he pasado estos años tratando de encontrarte!" El hombre se quedó atónito y gritó, "Usted es un mentiroso y una persona cruel. Tomó los huesos y llorando se los puso a su pecho y contestó mi hijo está muerto. ¡Déjame en paz!" Él hombre no abría la puerta. Su hijo llorando siguió tocando la puerta y rogándole a su padre que le abriera la puerta pero nunca le abrió la puerta. Después de un tiempo, viendo que no le iba abrir la puerta el joven se fue llorando. Este hombre nunca encontró la felicidad y perdió su hijo que todavía vivía. ¿Por qué? Porque él estaba determinado retener los huesos del pasado.

Estamos en el principio de un Año Nuevo. Este es una gran oportunidad de dejar ir los huesos del pasado. Alguien una vez dijo que Dios nos creó con los ojos en frente de nuestras cabezas para que cuando tratamos de mirar hacia atrás se nos entiese el cuello. Las posibilidades del futuro nos llaman que miremos hacia adelante. Las buenas noticias para nosotros al principio de este Año Nuevo son que Dios nos ha puesto en libertad, libre de los huesos del pasado. Somos librados cuando realizamos que no somos atrapados por lo que nos pasó  en el pasado.

Algunos se estancan porque se recuerdan y vuelven a revivir memorias viejas y dolorosas. Se estancan y se paralizan por huesos viejos. La vida hace lo que se supone hacer, y luego seguimos nuestra marcha. Para algunos, el año pasado fue un año malo. A pesar de lo que nos paso el año pasado, el principio de un año nuevo es un tiempo para liberarnos del pasado y comenzar de nuevo. Un nuevo principio es posible.

Resuelva a olvidar sus fracasos. Para algunos sus fracasos son memorias dolorosas. Tal vez es una memoria de cómo usted falló en una relación. Tal vez usted hizo unas decisiones malas, o dijo e hizo unas cosas incorrectas. Lo que está diciendo la Palabra de Dios es que no debemos permitir que los fracasos del pasado nos paralicen y que estos nos detengan de avanzar. Es tiempo de decir “voy a olvidar mi pasado. Voy a dejar de torturarme sobre lo que hice o lo que no hice”. Es tiempo de dejar de ser encadenado a mis fracasos pasados. Dios no quiere que usted viva su vida como un fracasado.

En este Año Nuevo cométase a dejar sus rencores. ¿Qué es un rencor? Un rencor es un resentimiento profundo que cultivamos en nuestro corazón contra alguien. Un rencor es un espíritu que no perdona y conduce a actitudes y acciones semejantes. Abrigar un rencor es guardar un disgusto contra alguien. Los rencores son peligrosos porque ellos son destructivos. Los rencores pueden destruir matrimonios, familias, arruinan amistades y pueden dividir iglesias.

Si en este día usted guarda un rencor contra alguien, Dios le está diciendo en este momento que lo dejes ir. Los rencores no solo son destructivos, también son autodestructivos. Cuando usted guarda un rencor contra alguien usted se está haciendo más daño a usted mismo que a la persona quien usted guarda es rencor. Si usted sigue abrigando un rencor esto con el tiempo lo destruirá, si no físicamente, seguramente emocionalmente y espiritualmente. Le hará una persona amargada y enojada. Librarse, de su rencor, “y perdonándoos  unos a otros si alguno tuviere queja contra otro. De la manera que Cristo os perdono, así también hacedlo vosotros” (Colosenses 3:13). Según la Palabra de Dios el modo de dejar un rencor es perdonar el agravio.

Dios no le está pidiendo que se olvide lo que se le hizo. Pretender como si nada paso. Lo que Dios le está pidiendo  es que perdones el agravio. Lo que esto implica es reconocer que lo que se hizo fue incorrecto y doloroso, pero que usted ha decidido perdonar a aquella persona que le hizo el mal. Estoy seguro que hay personas, que están leyendo esto, que tiene que dejar sus rencores y perdonar el agravio que ellos tienen contra alguien. Dios le dice hoy que ese resentimiento que está profundamente arraigado en usted tiene que dejarlo. ¿Qué mejor tiempo para tomar esa decisión difícil para perdonar que el principio de este año nuevo? Ahora no digas, "Pero, es que tu no entiendes". Lo cierto es que usted no quiere perdonar.

Resuelva a restaurar sus relaciones. Cada vez que enciendo mi computadora corre un programa que revisa todos mis programas para ver si están todas trabajando correctamente. Dios en Su Palabra nos pide que hagamos algo similar en nuestras vidas, que cada vez en cuando hagamos un chequeo de nuestras relaciones personales para ver si están trabajando correctamente. Escuche a lo que la Palabra de Dios dice “Si es posible, en cuanto dependa de vosotros, estad en paz con todos los hombres” (Romanos 12:18). La frase importante aquí es, “en cuanto dependa de vosotros.” Dios nos está diciendo que debemos hacer todo lo que podemos para restaurar nuestras relaciones rotas.

Algunas de nuestras relaciones podrían haberse rotado debido a lo que otros han hecho y ellos tal vez no quieren restaurar aquella relación. Dios reconoce esto. Por eso, Él comienza diciendo “Si es posible” Pero algunas de nuestras relaciones se han rotado debido a lo que nosotros hemos hecho. Una de las cosas que usted puede hacer en este Año Nuevo es admitir sus errores pasados y humildemente buscar el perdón de aquellos que usted ha lastimado. Has un compromiso de restaurar sus relaciones rotas en este Año Nuevo.

Cométase dar la espalda a sus transgresiones. Después que se había terminado la Guerra Civil y los esclavos habían sido librados muchos de ellos decidieron quedarse con su amos y seguir haciendo lo que les dijeran. Ellos fueron librados pero decidieron vivir como esclavos. Esto es exactamente como algunos cristianos han decidido vivir. Cristo nos ha hecho libre, pero como aquellos esclavos unos todavía deciden obedecer su viejo amo, el pecado. Escuche estas palabras de Romanos 6:16: “¿No sabéis que si os sometéis a alguien como esclavos para obedecerle, sois esclavos de aquel a quien obedecéis?”

Algunas personas tienen pecados particulares que siguen cometiendo. Cuando fuimos salvados dejamos de pecar, pero hay otras cosas que sabemos que son pecado que todavía practicamos. Tal vez así es como usted vivió durante el año pasado, constantemente derrotado por el mismo pecado. ¿Está estancada su vida espiritual porque usted ha aprendido a vivir con cierto pecado en su vida? La Palabra de Dios lo reta a que des la espalda a aquel pecado. Ya basta que ese pecado controle su vida. Usted no tiene que vivir este Año Nuevo siendo derrotado por el mismo pecado viejo. Usted puede tener la victoria sobre ello en este Año Nuevo.

Será el año nuevo solamente un año más para usted, o va hacer estos cambios y hacerlo un año que cambia su vida; “todo lo puedo en Cristo que me fortalece” (Filipenses 4:13).

 

 

 

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