“Y escribe al ángel
de la iglesia en Lardácea: He aquí el Amén, el testigo fiel y verdadero, el
principio de la creación de Dios, dice esto: Yo conozco tus obras, que ni eres
frío ni caliente. ¡Ojalá fueses frío o caliente! Pero por cuanto eres tibio, y
no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca.” (Apocalipsis 3:14-16)
Un hombre de negocios
prominente que matriculaba a su hijo en una universidad muy conocida meneaba su
cabeza mientras el examinaba el catálogo de estudios de la escuela. “¿Tiene que
tomar todos estos cursos mi hijo?” Él preguntó al decano. “¿No lo puede hacer
más corto? Él quiere salir rápidamente.”
“Seguro que si, él puede
tomar un curso más corto,” contestó el decano. “Pero, todo depende de lo que su
hijo quiere ser. Cuando Dios quiere hacer un roble Él se toma veinte años, pero
Él sólo toma dos meses para hacer una calabaza.”
Los atajos son
atractivos, y usted está libre para tomar la salida fácil, pero esto es ser
ordinario, uno de la muchedumbre, siendo mediocre.
En esta escritura Dios
llama la mediocridad, tibieza. La gente de la iglesia de Lardácea no eran ni
caliente, ni frio, ellos eran complacientes, ellos eran indiferentes al logro y
ellos sólo estaban haciendo el papel. El mundo está lleno de la mediocridad. La
mediocridad es el estado de ser moderado, hasta inferior en la calidad;
ordinario. Dios no nos creó para ser mediocre, gente ordinaria.
El hombre no evolucionó
de alguna ameba en el océano hace unos millones de años, como los científicos
quieren que creíamos. No evolucionamos del mono como nos dicen los
evolucionistas. Yo no sé de usted, pero yo fui creado en la imagen y la
semejanza de Dios (Génesis 1:27). Somos extraordinarios en todas
formas mediante Jesucristo. Dios nos ha dotado con la capacidad de pensar, para
expresarnos con palabras, para amar y saber que fuimos creados por Él.
Somos la creación de
Dios. Su carácter fue puesto en cada uno de nosotros en la creación. Cuando
usted se siente sin valor o hasta comienza a odiarse, recuerde que Dios está en
usted, listo y dispuesto a trabajar dentro de usted.
Siempre recuerde quién
es usted; somos Su hijos, somos Su iglesia. Tenemos la promesa de Su amor
perdurable y presencia. Somos herederos del cielo. Podemos hacer cualquier cosa
por medio de Cristo. No se conforme por menos que lo mejor. Dios nos ha dado Su
Espíritu, Su Palabra, Sus bendiciones, Él le ha dado dones. Ahora él espera que
hagamos nuestro mejor para Su honra y gloria.
Si usted está viviendo
una existencia mediocre, su alma está en el peligro. El mensaje muy claro de
Dios es que Él está harto y no tolerará la mediocridad en su pueblo.
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