“Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para
redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de
Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra.” (II Timoteo
3:16-17)
NOS HACE
FUERTE
Nadie quiere
estar débil, ni física ni espiritualmente, Junto con la oración, la lectura de
la Biblia es la forma más eficaz de recibir fortaleza espiritual. Un gran
numero de las personas que fracasan en su vida espiritual, fracasan debido a la
ausencia de la Palabra de Dios en su vida diaria. Se hubieran podido evitar
esos fracasos si dichas personas se hubieran propuesto a leer y estudiar la
Biblia constante y disciplinadamente; la lectura diaria de la Biblia produce en
nuestra vida espiritual, lo que el alimento diario a nuestro cuerpo: vitalidad
y fortaleza, porque: “No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra
de Dios” (Lucas 4:4).
NOS DA
SEGURIDAD EN CUANTO A LO QUE CREEMOS
Las primeras dificultades
que afronta el nuevo creyente son las dudas en cuanto a lo que creemos. Lo que
se dice y promete a quien se entrega a Cristo es muy grande y maravilloso,
tanto que parecieran ser una fantasía. Es muy fácil que el enemigo siembre
dudas en el corazón si no se conoce con certeza la escritura. Cuanto más se
conoce la palabra, más sólida se hace nuestra fe; cuanto más se entiende la
Biblia, mas se hace parte de nosotros. Si deseamos disfrutar de seguridad en
cuanto a la salvación, la fe, el amor de Dios, su perdón, su fidelidad y su
misericordia, debemos comenzar a estudiar la Palabra regularmente, ya que ella
constituye la única fuente para obtener dicha seguridad.
NOS DA
CONFIANZA Y PODER EN LA ORACIÓN
El Señor
dijo: “Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid
todo lo que queréis y os será hecho” (Juan 15:7). Esto
significa que el estudio de la Biblia nos da poder en la oración, pues
leyéndola, las palabras de Cristo permanecen en nosotros. La Biblia nos dice
como orar, como hacerlo con éxito y de manera que Dios nos responda.
NOS LIMPIA DE
PECADO
La Palabra de
Dios tiene un efecto purificador en el creyente; Jesús oró diciendo; “Santifícalos
en tu verdad; tu palabra es verdad” (Juan 17:17). De algún modo la
Palabra de Dios limpia al creyente mientras pasa por su mente y su corazón al
leerla. Estos cobran conciencia de lo que es bueno y lo que no agrada a Dios, y
como un proceso automático sus mandamientos quedan grabados en lo más profundo
de nuestro subconsciente; y este, al presentarse la oferta de pecar, la
rechaza. Todo nuevo creyente necesita saber con claridad lo que es pecado y que
no lo es, Dios no nos ha dejado juzgar a nuestro propio criterio, sino al de su
palabra. A la luz de su palabra se aclara toda duda respecto la pureza de
cualquier cosa de la que no estemos seguros. “¿Con qué limpiará el
hombre su camino? Con guardar su palabra” (Salmo 119: 9). El que
estudia la Biblia, aprenderá a distinguir lo que es pecado y será limpio de su
pecado; pues al aprender a identificarlo podrá evitarlo. La Biblia nos aleja
del pecado o el pecado nos aleja de la Biblia.
NOS DA GOZO
Una de
las bendiciones de la vida cristiana es el gozo; pero con frecuencia los
problemas de la vida lo ahogan. Cristo dijo: “Estas cosas os he hablado,
para que mi gozo este en vosotros, y vuestro gozo sea cumplido” (Juan 15:11). La
lectura de la Palabra de Dios trae gozo al corazón, cualesquiera que sean las
circunstancias. Jeremías dijo: “Fueron halladas tus palabras, y yo las
comí; y tu palabra me fue por gozo y por alegría de mi corazón...”
(Jeremías 15: 16).
NOS INFORMA
DE NUESTROS DEBERES COMO CRISTIANOS
La
Biblia está llena de mandamientos que Dios dejó establecidos para que su pueblo
guarde y obedezca. Estos mandamientos son para nuestro bien, y cada uno de
ellos fue diseñado por el Señor para evitarnos algún mal o sufrimiento; así que
el obedecerlos nos prolonga la vida, nos enriquece y lo que es más, nos
garantiza la vida eterna. El rey David dijo: “Los mandamientos de
Jehová son rectos, que alegran el corazón; el precepto de Jehová es puro, que
alumbra los ojos” (Salmo 19: 8). Dios dijo a Moisés: “Si
oyeres atentamente la voz de Jehová tu Dios, e hicieres lo recto delante de sus
ojos, y dieres oído a sus mandamientos, y guardares todos sus estatutos,
ninguna enfermedad de las que envié a los egipcios te enviaré a ti; porque yo
soy Jehová tu sanador” (Éxodo 15: 26).
NOS INFORMA
DE LO QUE NOS PERTENECE COMO HIJOS DE DIOS
La Biblia
está llena de promesas que nos pertenecen como hijos de Dios. De principio a
fin las escrituras están saturadas de bendiciones que El Señor promete a todos
los que le aman. A pesar de que el Señor nos promete tantas cosas, y que él
tiene más que darnos que nosotros que pedirle, hay aún muchos que no las
reciben ni las disfrutan simplemente porque las desconocen. La lectura de la
Palabra de Dios nos proporciona información acerca de todas las bendiciones
disponibles para sus hijos. Pablo dijo: “Cosas que ojo no vio, ni oído
oyó, Ni han subido en corazón de hombre, Son las que Dios ha preparado para los
que le aman” (1 Corintios 2: 9). Pedro dijo también: “Nos ha dado
(Dios) preciosas y grandísimas promesas, para que por ellas llegaseis a ser
participantes de la naturaleza divina...” (II Pedro 1: 4).
NOS MUESTRA
LA VOLUNTAD DE DIOS
Dios tiene un
plan y propósito para cada uno de sus hijos, a este plan y propósito la Biblia
lo llama “la voluntad de Dios”. En las páginas de la Biblia
encontramos cual es la voluntad de Dios para nuestra vida. Si queremos saber
con exactitud lo que Dios desea hacer en nuestra vida, hogar, trabajo e
iglesia, debemos buscar diligentemente en oración la voluntad de Dios en la
Biblia. “Y el mundo pasa, y sus deseos; pero el que hace la voluntad de
Dios permanece para siempre” (1 Juan 2: 17).
NOS ORIENTA
EN DECISIONES DE LA VIDA
La Biblia es
el mejor manual sobre el comportamiento humano que jamás se haya escrito, pues
contiene miles de principios prácticos, de utilidad y valor permanente para
nuestra vida diaria. Estos principios contienen un caudal de sabiduría divina
la cual guía al creyente y lo ayuda a programar su comportamiento por
adelantado, de modo que, cuando llega el momento de tomar decisiones, no hay
necesidad de someterse a un angustioso proceso de reflexión para tomar la
decisión adecuada. Para el cristiano que conoce la Biblia, el problema de tomar
decisiones se simplifica. La Biblia nos ilumina. El rey David dijo al
respecto: “Lámpara es a mis pies tu palabra, y lumbrera a mi camino”
(Salmo 119:105). Los consejos y principios de Dios nos sirven de guía, y
alumbran nuestro entendimiento al enfrentar y tomar decisiones en nuestra vida.
Es muy bueno prepararse para vivir de acuerdo con los principios bíblicos, atesorándolos
en nuestro corazón por anticipado, antes que se presenten las crisis.
La Biblia
contiene pues, un sin número de mandamientos, consejos y advertencias para casi
todas las situaciones que puedan presentarse en el transcurso de nuestra vida.
Si diariamente llenamos nuestra mente con la palabra de Dios, ella iluminará
las oscuras sendas del futuro con la dirección y el consejo divino, y nos
evitará tomar decisiones equivocadas. David dijo: “En mi corazón he
guardado tus dichos, Para no pecar contra ti” (Salmo 119:11).
NOS CAPACITA
PARA DAR EXPRESIÓN A NUESTRA FE
Mucha de la
gente que nos rodea, no conoce la palabra de Dios; y en muchas ocasiones usted
será la única persona que puede hablarles acerca de Dios, su amor y lo que él
desea hacer en la vida del hombre. Usted es responsable de comunicar y
transmitir lo que usted cree y ha recibido de Dios a quien necesite escucharlo.
Pedro dijo: “Santificad a Dios el Señor en vuestros corazones, y estad
siempre preparados para presentar defensa con mansedumbre y reverencia ante
todo el que os demande razón de la esperanza que hay en vosotros…” (1 Pedro 3:
15).
La única
forma de estar en condiciones de: Contestar al que tiene dudas, callar al que
se burla, u orientar al que sinceramente busca la verdad, será estando siempre
preparados leyendo y estudiando diariamente la Escritura. Si desea compartir en
forma efectiva de Cristo con otros, es indispensable que tenga por lo menos un
conocimiento básico de la Palabra de Dios.
NOS GARANTIZA
EL ÉXITO
Todos anhelamos
tener éxito en el campo de actividad que hemos elegido. La lectura de la Biblia
nos enseña como prosperar y como conducirnos para que todo nos salga bien. En
la Biblia se nos revela el secreto de Dios para alcanzar el éxito. Por todas
las páginas de la Biblia yacen incrustados los más profundos y reveladores
consejos de Dios para llegar a la cima del triunfo.
Meditar o
reflexionar diariamente en la palabra de Dios nos llevará a descubrir y
descifrar los consejos de Dios; y a la vez estos se mantienen siempre frescos
en nuestra mente y corazón, garantizándonos el éxito que todos buscamos. “Nunca
se aparte de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de noche meditarás
en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito;
porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien” (Josué 1: 8). “Bienaventurado
el varón que no anduvo en consejo de malos, Ni estuvo en camino de pecadores,
Ni en silla de escarnecedores se ha sentado; Sino que en la ley de Jehová está
su delicia, Y en ella medita de día y de noche. Será como árbol plantado junto
a corrientes de aguas, Que da su fruto en su tiempo, y su hoja no cae; Y todo
lo que hace, prosperará” (Salmo 1:1-3).
Esta clase de
productividad diaria es el resultado de alimentar la mente todos los días con
la palabra de Dios. Lamentablemente muchos creyentes creen que están demasiado
ocupados como para dedicar tiempo a la lectura de la Biblia y refrescar la
mente cada día con la Palabra de Dios. Si solo entendieran que un momento de recogimiento
con Dios diario, le hará que su día sea más productivo, le rinda más y obtenga
mejores resultados.
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