LAS CINCO CORONAS

“Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús. Así que, todos los que somos perfectos, esto mismo sintamos; y si otra cosa sentís, esto también os lo revelará Dios. Pero en aquello a que hemos llegado, sigamos una misma regla, sintamos una misma cosa.” Filipenses 3:13-16

Hay cinco coronas (stéfanos) especificas que se mencionan en el Nuevo Testamento. Las coronas pueden ser más apropiadamente llamados coronas o guirnaldas, como las usadas en las cabezas de los campeones atléticos. Las guirnaldas serán nuestros premios cuando llegue el momento que el Señor entrega los premios a los creyentes en el Tribunal. Ellos serán los premios por nuestro caminar y fieldad a Dios y Su Palabra. No están disponibles para nosotros ahora, pero los vamos a recibir después del regreso de Cristo.

LA CORONA INCORRUPTIBLE (I Corintios 9: 25)

“Todo aquel que lucha, de todo se abstiene; ellos, a la verdad, para recibir una corona corruptible, pero nosotros, una incorruptible.”

La  primera corona que se menciona es la corona "incorruptible". Esto significa que es una corona que no será jamás destruido, nunca se convertirá en polvo. Vamos a ser inmortal, y también lo será esta corona. Para entender completamente esta corona vamos a ver la siguiente escritura:

 
I Corintios 9: 19-23: “Por lo cual, siendo libre de todos, me he hecho siervo de todos para ganar a mayor número. Me he hecho a los judíos como judío, para ganar a los judíos; a los que están sujetos a la ley (aunque yo no esté sujeto a la ley) como sujeto a la ley, para ganar a los que están sujetos a la ley; a los que están sin ley, como si yo estuviera sin ley (no estando yo sin ley de Dios, sino bajo la ley de Cristo), para ganar a los que están sin ley. Me he hecho débil a los débiles, para ganar a los débiles; a todos me he hecho de todo, para que de todos modos salve a algunos. Y esto hago por causa del evangelio, para hacerme copartícipe de él.”

Pablo describe la forma en que trabajó para ganar a otros a la Palabra de Dios. Esto es el tipo de vida cristiana a la que todos pueden aspirar.

I Corintios 9: 24: “¿No sabéis que los que corren en el estadio, todos a la verdad corren, pero uno solo se lleva el premio? Corred de tal manera que lo obtengáis [ganar].”

Aquí nuestra caminata se compara con un esfuerzo atlético como una carrera. La traducción Lamsa de la Peshitta (arameo) texto dice lo siguiente:

“¿No sabéis que los corredores en el estadio, todos corren, pero sólo uno es victorioso? Por lo que debes correr que puede obtener la victoria.”

Se nos insta a correr con la intención de ganar. Estamos corriendo una carrera para ganar una corona.

I Corintios 9: 25 de la traducción Lamsa dice lo siguiente:

“Y todo aquel que lucha en el concurso libera su mente de todo lo demás. Y sin embargo, correr para ganar una corona que es perecedero, pero nosotros para ganar una que es eterna.”

Un atleta campeón se centra en la carrera en la mano. No se distraiga con los ruidos o actividades que van a su alrededor. Si se distraen que no se ejecutan bien. Sin embargo, todo lo que un deportista gana un premio perecederos. No va a durar para siempre. El premio para los que competimos es eterno.

I Corintios 9: 26: “Así que, yo de esta manera corro, no como a la ventura; de esta manera peleo, no como quien golpea el aire.”

[Traducción Lamsa: “Por lo tanto así corro, no por algo que es incierto, y yo así que luche, no como quien golpea el aire.”]

Pablo dijo que él correa por algo que es cierto. Cuando estaba en el ring de boxeo luchó e hizo el recuento de los golpes. No lo hizo como golpear el aire.

I Corintios 9: 27: “Sino que golpeo mi cuerpo, y lo pongo en servidumbre, no sea que habiendo sido heraldo para otros, yo mismo venga a ser eliminado.”

[Traducción Lamsa: “Pero conquisto y domino mi cuerpo para que, por ninguna posibilidad, que habiendo sido heraldo para otros, yo me retracto.”]

Pablo mantuvo su cuerpo en sujeción a su mente (mente renovada), por lo que después de haber llamado a otros a unirse a la competencia (versículos 19 - 23), no había ninguna posibilidad que iba a fracasar en el logro de la recompensa.

La Corona Incorruptible estará disponible para los creyentes comprometidos y enfocados. Los que renuevan sus mentes, y práctica la disciplina y el autocontrol como un atleta comprometido son los que recibirán el premio.

CORONA DE GANADOR DE ALMAS (I Tesalonicenses 2, 19, 20)

“Porque ¿cuál es nuestra esperanza, o gozo, o corona de que me gloríe? ¿No lo sois vosotros, delante de nuestro Señor Jesucristo, en su venida? Vosotros sois nuestra gloria y gozo.”

La corona de regocijo se describe aquí es un ejemplo de cuando nosotros, como creyentes, se espera que se regocijan en voz alta o exaltar. Cuando Cristo regrese y todos vamos a estar juntos, podemos dejar que todo el mundo lo sepa. Nuestros hermanos y hermanas que ganamos para Dios formaran la corona de regocijo.

Filipenses 3: 20, 21: “Mas nuestra ciudadanía [nacionalidad] está en los cielos, de donde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo, el cual transformará el cuerpo de la humillación nuestra, para que sea semejante al cuerpo de su gloria, de acuerdo a la operación con la cual puede también sujetar a sí mismo todas las cosas.”

Esperamos con interés el regreso de Jesucristo. Cuando él vuelve, nuestros cuerpos terrenales, mortales serán cambiados para ser como él: inmortal y glorioso.

Filipenses 4: 1: “Por lo tanto, hermanos míos amados y deseados, gozo y corona mía, estad así firmes en el Señor, amados.”

Dos veces Pablo se refiere a los creyentes como "muy amado", así que sabemos cómo amaba a sus hermanos y hermanas en Cristo. Además, son su "gozo y corona". Cada día debemos estar agradecidos por todos los creyentes en el mundo. En el día del regreso de Cristo, nos reunimos y llevaremos la corona de regocijo.

CORONA DE JUSTICIA (II Timoteo 4: 7-8)

“He peleado la buena batalla [correr una gran carrera], he acabado la carrera, he guardado la fe [tu creyente]. Por lo demás, está reservada para mí una corona de justicia que el Señor, juez justo, me dará en aquel día; y no sólo a mí, sino también a todos los que aman su venida.”

[Traducción Lamasa: He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado mi fe: Por lo demás, se conserva para mí la corona de justicia, que mi Señor, juez justo, me dará en aquel día, y no sólo a mí, sino también a todos los que aman su venida.]

La corona de justicia hace una referencia deportiva como la "corona incorruptible". Pablo dice que él ha peleado la buena batalla - él no se dio por vencido. Terminó la carrera - siguió creyendo. Debido a esto, la corona de justicia se ha reservado para él, y para otros que esperan la venida de Jesucristo. "Justicia" significa que algo es justo y recto. ¿Cuántas veces hemos leído una noticia, o visto algo en la televisión que nos hizo decir: "Simplemente no es justo"? Eso no va a pasar ni una sola vez cuando Cristo regrese. Pablo escribió a la iglesia con el fin de exhortarlos (nosotros) a serle fiel a Dios a la luz de la esperanza de Su retorno. Si miramos hacia adelante a nuestra corona de justicia, podemos mantenernos firmes y seguros en estos momentos.

LA CORONA DE LA VIDA (Santiago 1: 12)

“Bienaventurado el varón que soporta la tentación; porque cuando haya resistido la prueba, recibirá la corona de vida, que ha prometido el Señor a los que le aman.”

Feliz es la persona que sufre (permanece firme después de que otros se han dado por vencidos) pruebas y tentaciones. Porque cuando haya resistido la prueba, recibirá (manifiesto) de la corona de la vida (la vida en toda su plenitud, completar).

Apocalipsis 2: 10, 11: “No tengas ningún temor de las cosas que has de padecer: He aquí, el diablo echará a algunos de vosotros en la cárcel, para que seáis probados, y tendréis tribulación por diez días: Sé fiel hasta la muerte, y yo te daré la corona de la vida. El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias que venciere, no sufrirá daño de la segunda muerte.”

Apocalipsis 3: 10, 11: “Porque has guardado la palabra de mi paciencia, yo también te guardaré de la hora de la tentación que ha de venir sobre el mundo entero, para probar a los que moran sobre la tierra. He aquí, yo vengo presto; retén lo que tienes, para que ninguno tome tu corona.”

A las iglesias se les exhorta a ser firmes en la cara de las pruebas y tribulaciones. Cuando los superamos, recibiremos la corona de vida, y no se enfrentará a la "muerte segunda". La "segunda muerte" es la muerte final:

Apocalipsis 20: 14, 15: “Y la muerte y el Hades fueron lanzados al lago de fuego. Esta es la muerte segunda. Y el que no fué hallado escrito en el libro de la vida fue lanzado al lago de fuego.”

Debido a que vamos a recibir "la corona de la vida", tenemos vida eterna. El lago de fuego es reservado para todos los malhechores y no creyentes.

CORONA DE GLORIA (I Pedro 5, 1-4)

“Los ancianos que están entre vosotros, yo, que soy anciano también con ellos, y testigo de los sufrimientos de Cristo, y también participante de la gloria que será revelada: Apacentad la grey de Dios que está entre vosotros, cuidando de ella, no por fuerza, sino voluntariamente; no por ganancia deshonesta, sino con ánimo pronto; Ni por ser señores sobre la herencia de Dios, sino siendo ejemplos de la grey. Y cuando el Príncipe de los pastores se manifieste, vosotros recibiréis la corona de gloria que no se marchita.”

Pedro escribe esto a los ancianos de la iglesia, por lo que ver la corona de gloria estará a disposición de los líderes en la iglesia. Se supone que deben alimentar el 'rebaño' la Palabra sin diluir y perfecta de Dios, no por dinero o cualquier otro beneficio personal, pero de amor y de voluntad. Ellos no son "señores" de los otros creyentes, pero debe predicar con el ejemplo. Si lo hacen, dice Pedro, cuando Cristo (el Príncipe de los pastores) devuelve recibirán una corona de gloria que no se marchita. Además, es eterno, y el color y el brillo permanecerán para siempre.

Las cinco coronas serán parte de nuestra recompensa que recibimos después del regreso de Cristo. La Palabra de Dios nos dice algunas cosas sobre las coronas, pero no todo. Una gran parte de la recompensa será la sorpresa de descubrir todo acerca de nuestra nueva vida, y los privilegios y responsabilidades que van con él. Por ahora, podemos hacer lo mejor que podamos para Dios, y esperamos con interés la Esperanza, el regreso de Cristo.