Apocalipsis 22:18-19
Aunque la advertencia de Apocalipsis se aplica específicamente al libro de Apocalipsis, su principio se aplica a toda la Palabra de Dios. Debemos tener cuidado de manejar la Biblia con cuidado y reverencia para no distorsionar su mensaje.
Cuando sacamos versículos del contexto en el que el autor los escribió, no solo estamos manejando mal las Escrituras, sino que estamos cambiando la manera en que vemos a Dios en Su Palabra. Uno de los mayores peligros de aplicar incorrectamente las Escrituras es el riesgo de cometer un error teológico. Los autores que Dios inspiró para escribir la Biblia formularon su obra intencionalmente de maneras específicas. Como cualquier escritor, construyeron la narrativa pensamiento tras pensamiento, organizando deliberadamente los relatos para enviar un mensaje acerca de quién es, fue y será Dios. Citar, usar y aplicar incorrectamente las Escrituras hace que perdamos de vista el significado completo de la Palabra de Dios.
Cuando sacamos versículos de contexto, perdemos de vista el verdadero significado de esos versículos. Puede que obtengamos una verdad parcial de la versión fuera de contexto, pero no es la verdad completa. Nos estamos perdiendo los grandes conceptos teológicos que más nos enseñan acerca de Dios. Cuando hacemos esto repetidamente con la Palabra, terminamos con una visión limitada e incompleta de Dios.
¿POR QUÉ PERMITIÓ
DIOS VERSÍCULOS “CONFUSOS”?
Son comprensibles
cuando se estudian en su contexto y contexto original, que no es trinitario. Los
supuestos textos de prueba trinitarios pueden explicarse de una manera no
trinitaria para armonizarlos con el resto de las Escrituras.
Dios usa dichos
difíciles para distinguir a aquellos que no tienen hambre ni buscan la verdad,
sino que se satisfacen con las tradiciones humanas (Mateo 13:13-15; Juan 6:41,
51-60, 66).
LA TRINIDAD: UN
CONCEPTO DIFÍCIL DE COMPRENDER
La siguiente
declaración es una cita de un libro escrito por un conocido autor trinitario, “La
Trinidad es una de las doctrinas más complejas de la teología cristiana. La
Trinidad enseña que hay un Dios en tres personas distintas: el Padre, el Hijo
(o Verbo) y el Espíritu Santo. Cada persona es igualmente divina, pero cada una
tiene un papel distinto en la obra de la salvación. Esta doctrina es difícil de
entender porque va más allá de nuestra comprensión humana. El concepto de tres
personas en un solo Dios es algo que se escapa a nuestro razonamiento lógico.”
MATEO 28:19
Padre,
Hijo y Espíritu Santo, son tres de los muchos títulos que posee el único Dios
cuyo nombre es Jesús. Dios no nos mandó a invocar títulos en el bautismo, sino
a invocar su nombre. El nombre de Jesús es el único nombre dado para salvación
(Hechos 4:11-12, 1. Juan 2:12) y es el nombre sobre todo nombre (Filipenses
2:8-11); por lo tanto la verdadera Iglesia hace todo en el nombre de Jesús
(Colosenses 3:17), y esto incluye el bautismo.
LOS TRINOS AÍSLAN MATEO 28:19 DE SU CONTEXTO
Una de las reglas básicas de la hermenéutica establece
que “al interpretar las Escrituras no debemos sacar un texto de su contexto”. La
herejía de la trinidad ha distorsionado la enseñanza bíblica relacionada con el
bautismo, aislando a Mateo 28:19 del contexto bíblico de la enseñanza sobre el
bautismo. Al desligar a Mateo 28:19 de su contexto, han salido con el pretexto
de que Mateo 28:19 habla de una cierta fórmula bautismal trinitaria o que
enseña el dogma de la trinidad, pero en ninguna parte de Mateo 28:19, ni en la
Biblia entera, se dice que existen tres personas distintas y un solo Dios
verdadero, para que uno cometa ese atropello contra la verdad revelada en la
Escritura sobre el Único Dios. (Hechos 4:11-12)
La fórmula bautismal en el nombre de Jesús fue dominante
dentro de la cristiandad hasta finales del siglo tercero, cuando fue siendo
reemplazada por la fórmula trinitaria (que se basa en una errónea
interpretación del texto de Mateo 28:19) en la que se ignora la invocación del
nombre de Jesús y se hace énfasis en la invocación verbal “en el nombre del
Padre, del Hijo y del Espíritu Santo”. La fórmula trinitaria se ha utilizado
como un medio para justificar la doctrina antibíblica de la trinidad.
Históricamente
hablando, la primera mención aparente a la fórmula bautismal triple, se dio en
la primera apología de Justino Mártir, (La Tradición y la Filosofía en el
Desarrollo de la Doctrina Trinitaria). Incluso muchos trinitarios se escudan en
esa cita para afirmar que la Iglesia Antigua se bautizaba en la fórmula triple.
Los
trinitarios han sacado una doctrina bautismal usando un solo texto, yendo de
esta manera en contra de la más elemental regla de interpretación que enseña
que no se puede hacer doctrina de un solo versículo bíblico. Al momento de
interpretar las sagradas Escrituras se deben tener muy en cuenta los pasajes
paralelos, “es decir aquellos pasajes que en otros lugares de la Biblia se
refieren al mismo hecho histórico, a la misma enseñanza, exhortación o tema
semejante (Mateo 28:16-20, compare con los pasajes paralelos de Marcos
16:14-18; Lucas 24:36-49; Juan. 20.19-23).
LA GRAN COMISIÓN EN LOS 4 EVANGELIOS
En el evangelio según Mateo la gran comisión enfatiza el hecho de hacer
discípulos, el discípulo se hace por el bautismo, una vez bautizado, este
discípulo debe obedecer las enseñanzas de su maestro (Mateo 28:16-20.)
1) Jesús habla a los once discípulos. 2) Jesús les dice: “Toda potestad me
es dada en el cielo y en la tierra.” 3) Les manda a ir y hacer discípulos. 4)
Les manda a ir a todas las naciones. 5) Bautizarlos. 6) Enseñarles a guardar
todas las cosas que les estaba mandando. 7) Jesús estaría con ellos hasta el
fin del mundo.
Los trinos aíslan Mateo 28:19 de su contexto. La trinidad ha distorsionado
la enseñanza bíblica relacionada con el bautismo, aislando Mateo 28:19 del
contexto bíblico de la enseñanza sobre el bautismo. Al desligar Mateo 28:19 de
su contexto, se ha llegado al pretexto de que Mateo 28:19 habla de cierta
fórmula bautismal trinitaria o que enseña el dogma de la Trinidad, pero en
ninguna parte de Mateo 28:19, ni en toda la Biblia, se dice que hay tres
personas distintas y un solo Dios verdadero (Hechos 4:11-12).
En el evangelio según Marcos 16:14-20, el énfasis está puesto en lo
relacionado con la salvación de nuestra alma, esto sin dejar de lado el
discipulado que enseña Mateo. Marcos se refiere a la necesidad de salvación y
lo que se necesita para no ser condenado, y también enfatiza la ordenanza de
predicar su evangelio para salvación.
En el evangelio según Lucas 24:36-49, el mandato de Jesús se nos muestra de
una manera diferente. Este pasaje enfatiza la revelación que nuestro Dios hace
en ese momento a sus discípulos (Lucas 24:44-49). Él les abre el entendimiento
para que puedan entender las escrituras. Les manda a predicar en su nombre
“Arrepentimiento”. Les manda a predicar en su nombre “perdón de pecados”. Él
les enviaría la promesa para que fueran revestidos de poder desde lo alto.
En el evangelio según Juan 20:19-23, se enseña acerca del perdón de
pecados, el poder de remitir (perdonar) o retener los pecados. Así como él fue
enviado, así los envió. A quienes remitáis los pecados, les quedan remitidos
(perdonados). A quienes se los retengáis,
les quedan retenidos.
Podemos
decir que la Gran Comisión presentada en los cuatro evangelios en resumen fue
la siguiente: 1) Hacer discípulos, 2) Bautizarlos, para salvación a todos los
que creyeran. 3) Predicar en Su Nombre el arrepentimiento y perdón de pecados.
4) Recibirían poder y la señal de creer en Su nombre.
TRES DAN TESTIMONIO
1 Juan 5:7: Este texto, “Porque tres son los que dan
testimonio en el cielo”, fue adulterado con el propósito de
introducir la doctrina de la trinidad.
La
Versión católica “La Sagrada Biblia”, edición ecuménica, versión directa
de los textos primitivos comentada dice de la siguiente
manera: “Porque tres son los que dan testimonio en el cielo […]…
I Juan 5:7-8. “Porque tres son los que dan testimonio [en el cielo el Padre, el Verbo
y el Espíritu Santo, y estos tres son uno. Y tres son los que dan
testimonio en la tierra]: El
Espíritu, y el agua y la sangre; y los tres concuerdan.
Note estas marcas […] en los versos anterior, incluyendo
la parte que dice […en el cielo el Padre, el Verbo y el Espíritu Santo,
y estos tres son uno. Y tres son los que dan testimonio en la tierra]. Estos signos se llaman corchetes y se
usan en la escritura para reunir diferentes cosas. En el comentario de 1 Juan
5:7-8 dice: “lo que va entre corchetes no está en el antiguo
texto griego y falta igualmente en muchos manuscritos
latinos, habiendo sido muy discutida su autenticidad”. Unos renglones más
abajo dice: “El controvertido pasaje fue finalmente objeto de dos resoluciones
del magisterio eclesiástico que refiere así el P. Bonsirven el 13 de enero de
1987, “la Sagrada Congregación de la Inquisición, había declarado en un decreto
confirmado… por León XIII que no se podía negar o poner en duda que… I Juan 5:7
sea auténtico”.
El
Comentario Bíblico Moody dice de la siguiente manera: “en I Juan 5:7 el texto
de este versículo debería decir, tal como lee “Reina Valera Revisada”, “Porque tres son los que dan
testimonio…” ni un solo manuscrito contiene la añadidura trinitaria antes del siglo
catorce y
nunca se cita el versículo en las controversias trinitarias en los primeros 450
años de la era cristiana”. Además este comentarista declara enfáticamente que
durante los primeros 450 años del cristianismo hubo muchas disputas respecto a la
doctrina de la Trinidad, más en estos primeros 450 años, los que defendían esta
doctrina nunca citaron a I Juan 5:7-8 como un respaldo. ¿Por qué no citaron I
Juan 5:7? ¡Porque todavía no se habían alterado estos versos!
En
el “Nuevo Testamento traducido del original griego” por Pablo Besson, quien
omite la alteración del verso 7, y en una nota dice: “El V. 7 de los tres
testigos en el cielo, falta en los manuscritos griegos. La fórmula trinitaria
fue interpolada muchos años después del escrito original”. Los dos versículos
completos en el original deberían leer: “Porque tres son los que dan testimonio: El
Espíritu, el agua y la sangre”.
Otra
versión de referencia, es “Dios Llega al Hombre”, traducción directa del texto
original griego. Esta versión dice en 1Juan 5:7-8: “Tres son los testigos: El Espíritu, el agua
y la sangre; y los tres están de acuerdo”. También el “Nuevo Testamento
Interlineal Griego Español” de Francisco Lacueva, el cual en 1Juan 5:7-8 dice: “Pues tres son los que
testifican, el Espíritu y el agua y la sangre, y los tres de acuerdo están”.
Estas
traducciones no tienen el error incluido:
Dios Habla Hoy – Nueva
Traducción Viviente – Nueva Versión Internacional – Palabra de Dios Para Todos
– Traducción del Nuevo Mundo (Testigos de Jehová)
Reina Valera Revisada –
Reina Valera Contemporanea (Estas tienen las “corchetes”)
I Juan 5:6 afirma que Jesucristo vino a través del
agua y la sangre, y no solo del agua. Esto es importante porque representa la
vida y la muerte de Jesús. El agua,
simboliza el bautismo y la purificación, mientras que la sangre representa el sacrificio que Jesús hizo en la cruz.
Juntos, el agua y la sangre son una confirmación de la naturaleza divina y
humana de Jesús.
La sangre de Jesús representa
el sacrificio supremo que hizo en la cruz para salvarnos del pecado y la
muerte. El agua, símbolo de purificación,
y la sangre, testimonio del sacrificio, nos ofrecen consuelo y esperanza.
EL CORDERO Y
EL QUE ESTÁ EN EL TRONO (Apocalipsis 5:1-7)
En Génesis 49:9 Jacob bendice a su hijo Judá llamándole
“cachorro de León”, razón por la cual a Jesucristo, el supremo miembro de esta
tribu, se le llama en el verso 5 “…el LEON DE LA TRIBU DE JUDA…”; sin embargo
para mayor aclaración de su identidad se aclara un poco diciendo: “…LA RAÍZ DE
DAVID…” aquí raíz viene del griego jriza
que significa causa, origen, fuente.
En la genealogía de Lucas Capítulo 3 encontramos que
dice: “…David, hijo de Isaí, hijo de Obed…” (v32), pero más adelante seguimos
leyendo: “…Set, hijo de Adán, hijo de Dios” (v38), por lo cual la raíz, fuente,
causa, origen de David es DIOS MISMO (EL PADRE).
En Apocalipsis 22:16 dice: “YO JESUS he enviado mi
ángel…YO SOY LA RAÍZ Y EL LINAJE DE DAVID…”, aquí se nos declara que Jesús es
esa RAÍZ (DIOS), pero también el linaje de David, por cuanto también en la
carne era su descendiente.
En el versículo 6, Juan mira un cordero en lugar de un
León, aquí se muestra el lenguaje simbólico que contiene este pasaje de la
escritura, ya que aparece con siete ojos que simbolizan los siete espíritus de
DIOS y su omnisciencia (Proverbios 15:3); además, tiene siete cuernos que
significan la magnitud del poder de Dios
y su Omnipotencia, e indudablemente
hace referencia a la función de Jesucristo como “…el cordero de Dios que quita
el pecado del mundo”(Juan 1:29), es decir, que Jesucristo es el cordero, pero
también el León; es la raíz de David (DIOS MISMO, EL PADRE), pero también el
linaje de David.
El cordero representa a Jesús en su humanidad, por eso
está “…como inmolado…” (Muerto), ya que está simbolizando su sacrificio por el
pecado, pero en Apocalipsis 4:2 dice: “… he aquí un trono establecido en el
cielo, y en el trono, uno sentado”, en el versículo 8 dice que “… es el Señor
Dios Todopoderoso, el que era, el que es, y el que ha de venir”, dándonos a
entender que se refiere también al señor Jesucristo como Dios ya que en
Apocalipsis 1:8, hablando de Jesús, dice: “Yo soy el alfa y la omega, principio
y fin, dice EL SEÑOR, EL QUE ES Y QUE ERA Y QUE HA DE VENIR, EL TODOPODEROSO”.
Apocalipsis 5 nos enseña la doble naturaleza de
Jesucristo, tanto en su función como cordero inmolado en sacrificio por
nuestros pecados, como en su condición como Dios Todopoderoso. Isaías 9:6 nos
habla de Jesús, el Mesías, como “HIJO” (Cordero, humanidad), pero también como
“DIOS FUERTE” Y “PADRE ETERNO”, es decir, que en este lenguaje simbólico fue
representado a Jesucristo en su papel como Dios (raíz de David) y en su
humanidad como cordero inmolado ya que Dios no puede ser visto de los hombres
pues “…habita en luz inaccesible; a quien ninguno de los hombres ha visto ni
puede ver, al cual sea la honra y el imperio sempiterno. Amén”.
Apocalipsis 22:3 dice: “… el trono
de DIOS Y DEL CORDERO…”, siendo un solo trono establecido en el cielo
(Apocalipsis 4:2), por eso no dice los tronos, ya que Dios y Cordero no son dos
personas distintas sino una referencia a su representación como sacrificio y
Dios Todopoderoso, el cual no puede ser visto como Espíritu que es, pero el
cuerpo de Cristo “…es la imagen del Dios invisible…” (Colosenses 1:15).