Dr MARTIN VASQUEZ

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Mesa, Arizona, United States
EDUCATION: Holt High School, Holt Mich., Lansing Community College, Southwestern Theological Seminary, National Apostolic Bible College. MINISTERIAL EXPERIENCE: 51 years of pastoral experience, 11 churches in Arizona, New Mexico and Florida. Missionary work in Costa Rica. Bishop of the Districts of New Mexico and Florida for the Apostolic Assembly. Taught at the Apostolic Bible College of Florida and the Apostolic Bible College of Arizona. Served as President of the Florida Apostolic Bible College. Served as Secretary of Education in Arizona and New Mexico. EDUCACIÓN: Holt High School, Holt Michigan, Lansing Community College, Seminario Teológico Southwestern, Colegio Bíblico Nacional. EXPERIENCIA MINISTERIAL: 51 años de experiencia pastoral, 11 iglesias en los estados de Arizona, Nuevo México y la Florida. Trabajo misionera en Costa Rica. Obispo de la Asamblea Apostólica en los distritos de Nuevo México y La Florida. He enseñado en el Colegio Bíblico Apostólico de la Florida y el Colegio Bíblico Apostólico de Arizona. Presidente del Colegio Bíblico de la Florida. Secretario de Educación en los distritos de Nuevo México y Arizona.

Friday, August 30, 2024

ARDIENDO EN EL FUEGO DEL ESPÍRITU SANTO

“El fuego arderá continuamente en el altar; no se apagará.” Levítico 6:13

Una iglesia que había sido construida hace muchos años fue incendiada una noche. El incendio podría ser visto por miles en cada dirección y esto atrajo a una gran multitud. Un hombre que nunca daría un paso dentro de la puerta de una iglesia y que se burlaba de los feligreses vino a mirar la quemadura de la iglesia. Un miembro de la iglesia se acercó a él y le dijo: “es extraño verlo aquí.” El hombre le contestó, “Esta es la primera vez que he visto esta iglesia el fuego.”

Cuando una iglesia verdaderamente esta en fuego, la gente es atraídas a ella. El deseo del Señor es que la iglesia este en fuego. Jesús le dijo a la iglesia en Laodicea que Él deseaba que estuviera caliente y no tibia (Apocalipsis 3:15). Sin el halito de vida del Espíritu la iglesia será como el valle lleno de huesos secos como en la visión de Ezequiel, fría y muerta (Ezequiel 39).

El Espíritu Santo es vital a la vida dinámica de la iglesia. Uno de los propósitos del derramamiento del Espíritu es la renovación de la iglesia para que pueda cumplir su misión al mundo. El Espíritu es dado para fortalecer a la iglesia para ser testigos, que comienza en el hogar y se extiende hasta los confines de la tierra (Hechos 1: 8).

En el Libro de los Hechos observamos una iglesia eficaz que puso el mundo de arriba abajo. El Espíritu Santo era la llave a su vida dinámica. Los dones del Espíritu estaban muy en operación como herramientas esenciales para el evangelismo. La iglesia del Nuevo Testamento experimentó el crecimiento explosivo en la potenciación del Espíritu. Dios desea restaurar la iglesia de hoy a los principios y los modelos  de la vida de la Iglesia del Nuevo Testamento.

El Espíritu Santo es derramado con el fin de revivir la iglesia para que la Iglesia renovada realice la Gran Comisión. Dios desea que su iglesia sea un cuerpo unido bien coordinado, unido con cada parte funcionando correctamente de modo que el evangelio alcance a todo mundo.

LA EVIDENCIA DEL CONTROL DEL ESPÍRITU SANTO EN LA IGLESIA SE MANIFIESTA EN VARIAS MANERAS.

1. El Espíritu Santo Produce Una Actitud De Vida, Amor, Gozo, Paz, Fe, Excitación Y Entusiasmo:

     Un espíritu infeccioso, contagioso está presente en una iglesia que experimenta vida nueva en el Espíritu. La gente es atraída a una congregación que está viva. Su fe vibrante es capturada aún más de lo que se enseña. El Salmo 126:2 describe el ambiente de restauración: “Entonces nuestra boca se llenara de risa, y nuestra lengua de alabanza.” La alegría es evidente a todos. Las iglesias llenas del Espíritu son centros alegres.

2. Hay Predicación Lleno Del Espíritu Que Produce Respuesta De Arrepentimiento O Resistencia:

     El predicador se convierte en un canal para la Palabra de Dios (Marcos 13:11). La predicación en el poder del Espíritu es bíblico y habla a la conciencia y al corazón. Las iglesias llenas del Espíritu son centros de predicación.

3. El Espíritu Santo Libera La Gente De La Culpa Y La Esclavitud Del Pecado:

     El Espíritu hace posible vivir en la justicia de Cristo y santificación. Las iglesias llenas del Espíritu son centros de evangelización.

4. El Espíritu Santo Inspira Servicios Vibrantes De Adoración En Donde La Vida De Cristo Y Su Victoria Son Celebradas, Proclamadas y Demostradas:

     Es el Espíritu de Dios quien evoca verdadera adoración (Filipenses 3:3; Juan 4:24). Iglesias llenas del Espíritu son  centros de adoración (Hechos 2:46-47).

5. El Espíritu Santo Crea Compasión Para El Pobre, El Necesitado Y El Enfermo:

     Las iglesias guiadas por el Espíritu ministran amor, aceptación, el perdón, sanidad, y asesoramiento a los heridos y al solitario (Hechos 5:12, 16). Las iglesias llenas del Espíritu son centros de sanidad.

6. Los Creyentes Transformados Se Congregan Juntos Tanto En Adoración Corporativa y Confraternidad En Los Hogares:

     El principio se da en Hechos 2:42. La práctica de la Iglesia se ve en Hechos 2:44, 46; 5:42. La reunión de creyentes era un tiempo para evangelizar, ensenar, compartir, ministrar, orar, y equipar. Los hermanos a la vez salían espontáneamente al mundo para testificar de su vida en Cristo. Las iglesias llenas del Espíritu son centros de reunión. 

7. El Espíritu Conduce A La Restructuración De La Vida De La Iglesia, Estilo De Ministerio, Y Gobierno Congregacional Según Principios, Prácticas y Modelos Bíblicos:

     El señorío del Señor se reconoce y se somete a ellos. Los dones del oficio del ministerio se reciben y son permitidos que operen. Todos los miembros son entrenados y equipados para su ministerio. Las responsabilidades del cristiano en la administración del evangelio y de sus recursos se proclaman y practican. Consiguientemente la iglesia puede funcionar según el designio de Dios. Las iglesias llenas del Espíritu son cuerpos que funcionan.  

Muchas iglesias hoy en día se encuentran en la necesidad desesperada de avivamiento, renovación, rejuvenecimiento, revitalización y restauración. Llámelo lo que usted quiera, la verdad del asunto es que la iglesia necesita urgentemente una nueva derramamiento del Espíritu Santo.

Invitamos y desafiamos a la iglesia para capturar una visión de la voluntad del Señor para un derramamiento de Su Espíritu en la iglesia. Oremos para que la iglesia en fuego realice su misión en el mundo en estos últimos días.

     

 

 

BURNING IN THE FIRE OF THE HOLY SPIRIT

“The fire shall ever be burning upon the altar; it shall never go out.”  Leviticus 6:13

A church that had been built many years ago burned down one night. The blaze could be seen for miles in every direction and it drew a large crowd. A certain man who never would step inside the door of a church and who made fun of churchgoers came to watch the church burn. A member of the church went over to him and said: “It’s strange seeing you here.” The man replied, “This is the first time I’ve seen this church on fire.”

When a church is truly on fire, people are attracted to it. The Lord desires that the church be on fire. Jesus told the church at Laodicea that He wished it were hot and not lukewarm (Revelation 3:15). Without the Spirit’s breathe of life the church, like the valley full of dry bones in Ezekiel’s vision, is cold and dead (Ezekiel 39).

The Holy Spirit is vital to dynamic church life. A purpose for the Spirit’s outpouring is to renew the church so it can fulfill its mission to the world. The Spirit is given to empower the church for witnessing, which begins at home and extends out to the ends of the earth (Acts 1:8).

In the Book of Acts, we observe an effective church that turned the world upside down. The Holy Spirit was the key to its dynamic life. The gifts of the Spirit were very much in operation as essential tools for evangelism. The New Testament church experienced explosive growth under the Spirit’s empowerment. God desires to restore today’s church to the principles and patterns of the New Testament church life.

The Holy Spirit is poured out to revive the church so that the renewed church will fulfill the Great Commission. God desires His church to be a united body fitly joined together with every part functioning properly so that the gospel will reach all people.

EVIDENCE OF THE HOLY SPIRIT’S CONTROL IN THE CHURCHS:

1. The Holy Spirit Produces An Attitude Of Life, Love, Joy, Peace, Faith, Excitement And Enthusiasm:

  A contagious, infectious spirit is present in a church experiencing new life in the Spirit. People are attracted to a congregation that is alive. Their vibrant faith is caught even more than it is taught. Psalm 126:2 describes the atmosphere of restoration: “Then was our mouth filled with laughter, and our tongue with singing.” Gladness is evident to all. Spirit-filled churches are joyful centers.

2. There Is Spirit-Filled Preaching Which Produces Response, Either of Repentance Or Resistance:

  The preacher becomes a channel for the Word of God (Mark 13:11). Spirit-empowered preaching is biblical and speaks to the conscience and the heart. Spirit-filled churches are preaching centers.

3. The Holy Spirit Sets People Free From Guilt And Bondage To Sin:

   The Spirit makes it possible to live in righteousness and sanctification. Spirit-filled churches are evangelistic centers.

4. The Holy Spirit Inspires Vibrant Worship Services In Which Christ’s Life And Victory Are Celebrated, Proclaimed and Demonstrated:

    It is God’s Spirit who evokes true worship (Philippians 3:3, John 4:24). Spirit-filled churches are worship centers (Acts 2:46-47).  

5. The Holy Spirit Creates Compassion For The Poor, Needy and Sick:

    Churches led by the Spirit minister love, acceptance, forgiveness, healing, and counseling to hurting and lonely people (Acts 5:12, 16). Spirit-filled churches are Healing centers.

6. The Believers Congregate Together Both In Corporate Worship And In Home Fellowships:

    The principle is given in Acts 2:42. The practice of the early church is seen in Acts 2:44-46; 5:42. The gathering of believers was a time for evangelizing, teaching, sharing, ministering, praying, and equipping. The brethren in turn spilled out spontaneously into the world to witness to their life in Christ. Spirit-filled churches are gathering centers.

7. The Spirit Leads To The Restructuring Of Church Life, Ministry Style, And Congregational Government According To Biblical Principles, Practices And Patterns.

   The headship of Jesus is acknowledged and submitted to. The office gifts of ministry are received and permitted to operate. All members are trained and equipped for their ministry. The believer’s responsibilities in stewardship of the gospel and of his resources are proclaimed and practiced. Consequently, the church can function as God intended. Spirit-filled churches are functioning bodies.

Many churches today stand in desperate need of revival, renewal, rejuvenation, revitalization, and restoration. Call it what you will, the truth of the matter is that the church badly needs a fresh outpouring of the Holy Spirit.  

We invite and challenge the church to catch a vision of the Lord’s will for an outpouring of His Spirit on the church. Pray that the church on fire will fulfill its mission in the world in these last days.       

 

 

 

Friday, August 23, 2024

LA SOBERANÍA DE DIOS

Daniel 4:34-35; Colosenses 1:16

La soberanía de Dios es lo que separa al Dios de la Biblia de todas las demás enseñanzas o filosofías religiosas. Cuando decimos que Dios es Soberano, declaramos que en virtud de su creación de toda vida y realidad, su omnisciente, todopoderoso y benévolo gobierno, Él es el Señor de todos los Señores, rey de reyes, y tiene control absoluto del tiempo y la eternidad. Nada llegará a tu vida que Él no haya permitido o decretado para tu bien supremo.

El concepto del control de Dios sobre todo se llama la “soberanía” de Dios. Nada nos da más fuerza y ​​confianza que una comprensión de la soberanía de Dios en nuestras vidas. La soberanía de Dios se define como Su control total e independiente sobre cada criatura, evento y circunstancia en cada momento de la historia. Sin estar sujeto a nadie, sin la influencia de nadie, absolutamente independiente, Dios hace lo que le place. Dios tiene el control absoluto del universo en cada momento, y todo lo que sucede es causado o permitido por Él para Sus propios propósitos perfectos.

Él está continuamente, activamente dirigiendo las cosas, todas las cosas. Pero pensar que Él necesita nuestra cooperación, nuestra ayuda o el ejercicio de nuestro libre albedrío para llevar a cabo Sus planes nos pone en control sobre Él, lo que nos convierte en Dios. ¿Dónde hemos escuchado esa mentira antes? Es una repetición de la misma mentira de Satanás del Jardín: “seréis como Dios” (Génesis 3:5). Nuestras voluntades solo son libres en la medida en que Dios nos permite esa libertad y no más allá. "Todos los pueblos de la tierra son considerados como nada. Él hace lo que quiere con los poderes del cielo y los pueblos de la tierra. No hay quien pueda detener su mano, ni decirle: “¿Qué has hecho?” (Daniel 4:35). El libre albedrío de nadie prevalece sobre la soberanía de Dios.

A algunas personas piensan que Satanás tiene control sobre cierta cantidad de vida, que Dios está constantemente revisando sus planes para acomodarse a los trucos de Satanás. El libro de Job es una ilustración clara de quién tiene el poder soberano y quién no. Satanás vino a Dios y, en efecto, le dijo: “Job sólo te sirve porque tú lo proteges”. Así que Dios le dio permiso a Satanás para hacer ciertas cosas con Job, pero no más (Job 1:6-22). ¿Podría Satanás hacer más que eso? No. Dios tiene el control sobre Satanás y sus demonios que tratan de frustrar los planes de Dios a cada paso.

La Biblia es un libro que nos recuerda de la presencia de Dios en nuestras vidas y cómo Él tiene mano en todo lo que nos sucede. De libro en libro, Dios sigue recordándonos que Él siempre está con nosotros en cada momento de nuestras vidas y que ninguna parte de nuestras vidas está oculta o es nueva para Él. Esto supone un gran problema para comprender por qué existe el mal en el mundo. Cuando miras a tu alrededor y ves niños sin hogar y cientos de personas muriendo de enfermedades, guerras, etc. Con todo el estrés y las molestias en las que se ha convertido la vida, todos los altibajos que enfrenta el cristiano, las luchas personales y tantas pruebas, es casi imposible no preguntar: ¿Dios todavía tiene el control?

La Biblia nos asegura de su presencia en nuestras vidas, su poder y cómo siempre rescata a su pueblo, pero cuando miramos a nuestro alrededor, esto puede parecer una mentira y una especie de ilusión que nunca se aclara, entonces, ¿Dios todavía tiene el control? Para entender esto tenemos que comenzar con lo que dice la Biblia sobre el sufrimiento en Juan 16:33: “Os he dicho estas cosas para que en mí tengáis paz en este mundo tendréis aflicción pero confiad en ello”. Yo he vencido al mundo”.

1 Pedro 4:12-13 dice: “Queridos amigos, no os sorprendáis del fuego de prueba que os ha sobrevenido para probaros, como si algo extraño os sucediera, sino alegraos por cuanto participáis de los sufrimientos de Cristo, para que tal vez te regocijes cuando se revele su gloria”. La Biblia ha dejado en claro que el sufrimiento es parte de la vida humana, es evidente que el mundo está lleno de sufrimiento físico, emocional y espiritual. El dolor ha sido y será parte intrínseca de La Experiencia Humana, no hay forma de huir de él. No hay escapatoria. No existe una vida libre de problemas, incluso las personas más espirituales o más ricas del mundo en algún momento experimentarán un punto cercano a la ruptura, incluso el mismo Jesús sufrió.

Con esa promesa de sufrimiento y dolor la Palabra de Dios no nos deja desesperanzados Jesús nos dice que tengamos esperanza ya que Él ha vencido al mundo. El apóstol Pedro dice que al final de nuestro sufrimiento habrá una gloria aún mayor. Romanos 5:3-4 dice: “No sólo esto, sino que también nos gloriamos en nuestros sufrimientos, porque sabemos que el sufrimiento produce paciencia, perseverancia en el carácter y carácter en la esperanza”. El problema es que el creyente de hoy ha reducido a Dios junto con su soberanía y poder a un genio de la autoayuda que se supone debe darle todo lo que lo haga feliz. La gente ha destronado a Dios de su legítimo lugar de autoridad y lo ha convertido en el ocioso dispensador de prosperidad, comodidad y riqueza. Se preocupan más por las cosas que reciben, que por quien las da. La gente a menudo confunde las bendiciones con el que bendice y toma la evidencia de una vida perfecta como su presencia y poder en sus vidas y descarta a Dios como ausente cuando las cosas se ponen difíciles.

Es por eso que cuando el sufrimiento y los malos tiempos entran en nuestras vidas y en nuestro mundo comenzamos a cuestionar el poder de Dios y a dudar de su existencia y autoridad sobre la tierra. Comenzamos a comprar las mentiras del diablo de que Dios no tiene ningún control sobre nada de lo que nos sucede y que tal vez Él esté tan indefenso como nosotros cuando estamos en tiempos tan difíciles. Cuando las decisiones que tomamos en la vida alteran en gran medida el curso de nuestras vidas y tal vez trágicamente cuando los qué pasaría si son interminables y los finales son más a menudo tristes que felices, nos preguntamos si Dios todavía tiene el control.

El hecho es que Dios siempre tiene el control de las cosas que nos suceden que ponen a prueba nuestra fe y su poder se basa en nuestra perspectiva de él Dios. Dios ya sabía que el mundo sería un lugar problemático y se aseguró de que nosotros también lo supiéramos, por eso nos dio la manera de sobrevivir en un mundo que está lleno de hombres heridos y malvados, un mundo que sigue poniendo a prueba nuestra fe y ha rechazado a Dios. El camino no está escondido mágicamente mediante un código secreto, sino que está abierto a todos. Creer la verdad de la Biblia de que Dios tiene el control, eso es todo lo que Dios quiere que creamos, incluso cuando nuestras circunstancias puedan decir lo contrario.

Dios todavía tiene el control incluso cuando las cosas parecen estar fuera de nuestro control y no podemos detenerlas, y todo lo que haces conduce a una situación peor. No hay un solo segundo en que Dios habrá dejado el lugar de autoridad que ocupa en tu vida, no hay día en que Dios dejará que te suceda algo que no te lleve a tu bien, al final, no hay día. Que Dios no te acercará a su buena y perfecta voluntad para tu vida, incluso si eso significa ponerte en una situación difícil. Dios siempre tiene el control en los buenos y malos tiempos. Como creyente, debemos saber que la vida no está destinada a ser toda felicidad y rosas para ti. Venir a Jesús no tenía como objetivo poner fin a los desafíos de la vida ni cerrar la puerta de las pruebas y dificultades; en todo caso, solo invitaba a más momentos difíciles para la elevación de tu fe. Si estás en Cristo, serás probado más que nadie, como el oro tiene que pasar por el fuego, Dios tiene que probarnos y refinarnos hasta convertirnos en el brillante instrumento de oro listo para su uso.

Los tiempos difíciles no deberían hacerte perder la esperanza o la desesperación en la vida cuando estás en Cristo, él no quita las tormentas de la vida, sino que te da paz y consuelo dentro de la tormenta, el tipo de paz que la Biblia considera que sobrepasa todo entendimiento humano incluso. Aunque ese momento difícil puede ser demasiado doloroso para soportarlo y por un minuto te sientes tentado a creer que Dios ha perdido su lugar de poder en tu vida. Les aseguro que Dios todavía tiene el control; no simplemente creó todas las cosas y las puso en movimiento sin controlarlas. La soberanía de Dios es un aspecto esencial de quién es Él. Tiene autoridad suprema y poder absoluto sobre todas las cosas. Es muy activo y tiene el control a pesar de la perplejidad de sus circunstancias.

Muchas veces pienso en lo que era para el trabajo ser un hombre muy rico con una gran familia increíble, pero un día se despierta y antes del anochecer, ha perdido todo, sus animales, casas, sirvientes y niños, todo en un solo día, de hecho, en cuestión de horas cuando Job recibió la noticia de las desgracias que le habían sucedido la Biblia dice en Job 1: 20-22 ante este Job se levantó y rasgó su manto y le dio forma a la cabeza luego cayó al suelo en adoración y dijo “ desnudo salí del vientre de mi madre y desnudo partiré, el Señor dio y el Señor quitó, alabado sea el nombre del Señor”. Job no pecó al acusar a Dios de haber actuado mal. Hubiera sido tan fácil para Job enojarse con Dios y preguntarle dónde estaba cuando le pasó todo lo que le sucedió Job 2:10-12 dice pero él le dijo “Hablabas como mujer que carece de juicio moral si aceptamos el bien que viene de Dios no deberíamos aceptar también lo malo en todo este trabajo no pecamos”. En lo que dijo debemos entender que Dios teniendo el control no es otra frase para las cosas buenas, él no sólo tiene el control cuando nuestras vidas van bien, cuando estamos sanos, felices, en paz, rodeados de nuestros seres queridos y tenemos dinero que puede patrocinar vacaciones o cualquier cosa por el estilo.

Su control no se evidencia en el éxito material en nuestras vidas ni en el hecho de que tomemos las decisiones correctas todo el tiempo. Dios siempre tiene el control, tiene toda la tierra en la palma de sus manos, es el Señor de los tiempos y las estaciones, y gobierna los mares y la tierra. Él controla el tiempo que cierras los ojos para dormir y los abres cuando te despiertas, él siempre está involucrado activamente en tu vida, las cosas que haces, las decisiones que tomas, las personas que conoces, los trabajos que realizas y luego, simplemente, todo lo que haces. Mantiene todo bajo su poder y control y siempre trabaja en conjunto para el bien de quienes lo aman y de quienes han sido llamados conforme a su propósito; Romanos 8:28.

No hay cantidad de dolor o sufrimiento que deba hacerte dudar de la autoridad de Dios en tu vida. Sólo quiero animarte y asegurarte que Dios todavía tiene el control y no tienes nada que temer. Puede parecer que el mundo entero se está hundiendo bajo tus pies, pero créeme, Dios tiene el control de lo que puedas estar pasando. La fase más oscura de tu vida y nadie parece acercarse, pero Dios dice que él tiene el control, relájate y confía en su poder y soberanía sobre todas las cosas, él ha prometido que no te sobrevendrá ninguna tentación que no puedas vencer. . Anímate y mantente firme en tu fe. Miren a Dios porque sólo de él pueden recibir ayuda, confíen en él en los momentos de prueba y perseverarán todo para salir victoriosos en él. Deja que Dios sea tu fortaleza y esperanza en cualquier cosa que se te presente, nunca olvides que él siempre tiene el control.

 

THE SOVEREIGNTY OF GOD

Daniel 4:34-35; Colossians 1:16

The sovereignty of God is what separates the God of the Bible from all other religious teachings or philosophies. When we say that God is Sovereign, we declare that by virtue of His creation of all life and reality, His omniscient, all-powerful, and benevolent rule, He is the Lord of all Lords, king of kings, and has absolute control of time and eternity. Nothing will come into your life that He has not permitted or decreed for your highest good.

The concept of God's control over everything is called the “sovereignty” of God. Nothing gives us more strength and confidence than an understanding of God's sovereignty in our lives. God's sovereignty is defined as his total and independent control over every creature, event, and circumstance at every moment in history. Subject to no one, without the influence of anyone, absolutely independent, God does as he pleases. God is in absolute control of the universe at every moment, and everything that happens is caused or permitted by Him for His own perfect purposes.

He is continually, actively directing things, all things. But thinking that He needs our cooperation, our help, or the exercise of our free will to carry out His plans puts us in control over Him, which makes us God. Where have we heard that lie before? It is a repetition of Satan's same lie from the Garden: “You will be like God” (Genesis 3:5). Our wills are only free to the extent that God allows us that freedom and no further. "All the people of the earth are considered as nothing. He does what he wants with the powers of heaven and the people of the earth. There is no one who can stay his hand, nor say to him: “What have you done?” (Daniel 4:35) No one's free will prevails over God's sovereignty.

Some people think that Satan has control over a certain amount of life and that God is constantly revising his plans to accommodate Satan's tricks. The Book of Job is a clear illustration of who has sovereign power and who does not. Satan came to God and, in effect, said, “Job only serves you because you protect him.” So God gave Satan permission to do certain things with Job, but no more (Job 1:6-22). Could Satan do more than that? No. God has control over Satan and his demons who try to thwart God's plans at every turn.

The Bible is a book that reminds us of God's presence in our lives and how He has a hand in everything that happens to us. From book to book, God keeps reminding us that He is always with us in every moment of our lives and that no part of our lives is hidden or new to Him. This poses a big problem in understanding why evil exists in the world. When you look around you see homeless children and hundreds of people dying from diseases, wars, etc. With all the stress and hassle that life has become, all the ups and downs that the Christian faces, the personal struggles and so many trials, it is almost impossible not to ask: Is God still in control?

The Bible assures us of his presence in our lives, his power, and how he always rescues his people, but when we look around us, this can seem like a lie and a kind of illusion that is never made clear, so is God still in control? To understand this we have to start with what the Bible says about suffering in John 16:33: “I have told you these things so that in me you may have peace in this world you will have affliction but trust in it.” "I have overcome the world."

1 Peter 4:12-13 says, “Dear friends, do not be surprised at the fiery trial that has come upon you to test you, as if something strange were happening to you, but rejoice because you share in the sufferings of Christ so that perhaps you will rejoice when his glory is revealed.” The Bible has made it clear that suffering is part of human life; it is evident that the world is full of physical, emotional, and spiritual suffering. Pain has been and will be an intrinsic part of The Human Experience, there is no way to escape from it. There is no escape. There is no problem-free life, even the most spiritual or wealthiest people in the world will at some point experience a near-breaking point, even Jesus himself suffered.

With that promise of suffering and pain, the Word of God does not leave us hopeless. Jesus tells us to have hope since He has overcome the world. The apostle Peter says that at the end of our suffering, there will be an even greater glory. Romans 5:3-4 says, “Not only this, but we also glory in our sufferings because we know that suffering produces patience, perseverance of character, and character of hope.” The problem is that today's believer has reduced God along with his sovereignty and power to a self-help genius who is supposed to give him everything that makes him happy. People have dethroned God from his rightful place of authority and turned him into the idle dispenser of prosperity, comfort, and wealth. They care more about the things they receive than about who gives them. People often confuse blessings with the one who blesses and takes the evidence of a perfect life as His presence and power in their lives and dismiss God as absent when things get difficult.

That is why when suffering and bad times enter our lives and our world we begin to question the power of God and doubt his existence and authority on earth. We begin to buy into the devil's lies that God has no control over anything that happens to us and that perhaps He is just as helpless as we are when we are in such difficult times. When the decisions we make in life greatly alter the course of our lives, and perhaps tragically when the what-ifs are endless and the endings are more often sad than happy, we wonder if God is still in control.

The fact is that God is always in control of the things that happen to us that test our faith and his power is based on our perspective of him as God. God already knew that the world would be a troubled place and he made sure we knew it too, so he gave us a way to survive in a world that is full of hurting and evil men, a world that continues to test our faith and has rejected God. The path is not magically hidden by a secret code but is open to all. Believing the truth from the Bible that God is in control, that is all God wants us to believe, even when our circumstances may say otherwise.

God is still in control even when things seem to be out of our control and we can't stop them, and everything you do leads to a worse situation. There is not a single second in which God will have left the place of authority that he occupies in your life, there is not a day in which God will let something happen to you that does not lead to your good, in the end, there is no day. That God will not bring you closer to his good and perfect will for your life, even if it means putting you in a difficult situation. God is always in control in good times and bad. As a believer, we should know that life is not meant to be all happiness and roses for you. Coming to Jesus was not intended to end life's challenges or close the door of trials and difficulties; if anything, it only invited more difficult moments for the elevation of your faith. If you are in Christ, you will be tested more than anyone else, just as gold has to go through fire, God has to test us and refine us until we become the shining golden instrument ready for His use.

Hard times should not make you lose hope or despair in life when you are in Christ, he does not take away the storms of life but rather gives you peace and comfort within the storm, the kind of peace that the Bible considers, and it surpasses all human understanding. Although that difficult moment may be too painful to bear and for a minute you are tempted to believe that God has lost his place of power in your life. I assure you that God is still in control; He did not simply create all things and set them in motion without controlling them. God's sovereignty is an essential aspect of who He is. He has supreme authority and absolute power over all things. He is very active and in control despite the perplexity of his circumstances.

I often think about what it was like for work to be a very rich man with an amazing big family, but one day he wakes up and before nightfall, he has lost everything, his animals, houses, servants, and children, all in one day, In fact, within hours when Job received the news of the misfortunes that had befallen him the Bible says in Job 1:20-22 before this Job stood up and tore his cloak and shaped his head then he fell to the ground in worship and said: “naked I came out of my mother's womb and naked I will depart, the Lord gave and the Lord has taken away, praise the name of the Lord.” Job did not sin by accusing God of wrongdoing.

It would have been so easy for Job to get angry at God and ask him where he was when everything that happened to him happened Job 2:10-12 says but he said to him “You spoke like a woman who lacks moral judgment if we accept the good that comes from God we do not We should also accept the bad in all this work, we do not sin.” In what he said we must understand that God being in control is not another phrase for good things, he is not only in control when our lives are going well, when we are healthy, happy, at peace, surrounded by our loved ones and we have money to You can sponsor vacations or anything like that.

His control is not evidenced by the material success in our lives or by the fact that we make the right decisions all the time. God is always in control, he has the entire earth in the palm of his hands, he is the Lord of times and seasons, and he rules the seas and the land. He controls how long you close your eyes to sleep and open them when you wake up, he is always actively involved in your life, the things you do, the decisions you make, the people you meet, the jobs you do, and then, simply, everything you do. He keeps everything under his power and control and always works together for the good of those who love him and those who have been called according to his purpose; Romans 8:28.

No amount of pain or suffering should make you doubt God's authority in your life. I just want to encourage you and assure you that God is still in control and you have nothing to fear. It may seem like the whole world is collapsing beneath your feet, but believe me; God is in control of what you may be going through. The darkest phase of your life and no one seems to be getting close, but God says he is in control, relax and trust in his power and sovereignty over all things, he has promised that no temptation will come to you that you cannot overcome. Be encouraged and stay firm in your faith. Look to God because only from him can you receive help, trust in him in times of trial and you will persevere in everything to be victorious in him. Let God be your strength and hope in anything that comes your way, never forget that he is always in control.

 

Tuesday, August 13, 2024

COMO SE PUEDE SABER SI ES LA VOZ DE DIOS

“Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen…” (Juan 10:27)

“Dios, habiendo hablado muchas veces y en muchas maneras en otro tiempo á los padres por los profetas,  En estos postreros días nos ha hablado por el Hijo…” (Hebreos 1:1-2)

Satanás en muchas veces intenta de confundirnos después de que hemos orado. ¿Cuándo Ud. escucha para oiré la voz de Dios, le hace parecer que Ud. oye dos voces? ¿Cómo puede saber Ud. si es Dios o Satanás? Sabemos por la experiencia de la tentación de Jesús que Satanás tratara muchos trucos para convencernos a escuchar su voz en lugar de la de Dios (Mat. 4:1-11). El apóstol Pedro nos advirtió que el diablo espera siempre, buscando el momento oportuno para instilar miedo y confusión (I Pd. 5:8). Debemos estar prevenidos siempre para estar seguros que la voz que oímos cuando oramos y escuchamos por la respuesta de Dios es, en verdad la voz de Dios.

Jesús les dijo a Sus discípulos que Él tenía que ir a Jerusalén y sufrir muchas cosas de las autoridades allí. Eventualmente, lo iban a matar, pero que al tercer día el iba a resucitar (Mat. 16:21). Pedro le dijo a Jesús, “Señor, ten compasión de ti; en ninguna manera esto te acontezca” (16:22). Por tan bien intencionado como Pedro hubiera pensado que él era, sus palabras no eran de Dios, eran palabras que estaban de acuerdo con el mensaje de Satanás. Jesús reprendió Pedro, diciendo, “¡Quítate de delante de mí, Satanás!; me eres tropiezo, porque no pones la mira en las cosas de Dios, sino en las de los hombres” (16:23).

Se le comparo a Satanás a Pedro. Necesitamos reconocer que a veces la voz de Satanás viene a nosotros no en nuestros pensamientos e imaginaciones, pero por las palabras de otras personas, algunos de quien parecería estar bien intencionado o nos dicen que nos aman. La Biblia nos asegura que hay una manera de distinguir la voz de Dios de la de Satanás. Oiremos algunas diferencias distintas en los mensajes.

SATANAS DICE…                                           

1. Haga lo que Ud. quiere hacer.                         

2. Viva por el momento.                                

3. No te preocupes de lo que otros dicen.           

4. Ud. ya está muy maduro.                           

DIOS DICE…

1. Considere los efectos de su conducta en otros.

2. Viva con un ojo a la eternidad.

3. Reciba consejo piadoso.

4. Continué creciendo y madurando para ser como Cristo.

Cuando seguimos la voz y mensaje de Satanás en lugar de la de Dios, el resultado siempre lleva a pérdida, destrucción y muerte. El camino de Dios siempre conduce a la vida abundante y vida eterna (Jn. 10:10).Parte de la diferencia está en la manera que nos sentimos de nuestras vidas y acciones. El resultado de seguir la voz de Satanás es la frustración, desmayo y preocupación. El resultado de seguir la voz de Dios es una gran paz en nuestro espíritu.

Dios ve a todas personas y el impacto completo de lo que decimos y hacemos en otros, ambos esos que conocemos y están cercas de nosotros y esos que no conocemos. El nunca nos piedra que exhibamos conducta ofensiva o mala; El nunca nos llevara hacer cualquier cosa que puede herir a otra persona; emocionalmente, espiritualmente o materialmente. Satanás, en cambio, nos dice lo que queremos oír. El nos dice que no nos debemos preocuparnos de los efectos de nuestras vidas en otros. En nos dice que cada persona es una isla hacia el mismo y que deberíamos hacer lo que nos gusta.

Si Abraham hubiera pesado las ramificaciones posibles de su trato con Agar, el hubiera resistido la suplicas de Sara de tener un niño con su criada (Gen. 16-17; 21). Si David hubiera pensado de la severidad de la disciplina de Dios sobre su numeración de Israel, el hubiera escuchado el consejo de Joab (I Cro. 21). Si Ud. siente que Dios lo está conduciendo en una dirección particular, pregúntese, “¿Cómo afectaría esto a las personas alrededor de mi?¿Se herirá alguien por lo qué voy a decir o hacer?¿Serán bendecidos otros?¿Será esta bendición solamente para mí?¿Quien puede beneficiar por lo que estoy para hacer? Estas preguntas pueden ayudarle desyerbar la influencia de Satanás y para que  pueda oír la voz de Dios (Rom. 14:21; I Tes. 5:15; I Tim. 6:18-19).

Muchas Escrituras mencionan el “cumplimiento del tiempo.” Dios no va de prisa. Él trata en consecuencias eternas y Él continuamente busca el cumplimiento total de Su plan y propósito. Satanás siempre nos anima actuar inmediatamente porque él sabe que si nos detenemos un poco y pensamos el asunto vamos a cambiar de opinión. Si siente un impulso irresistible a actuar espontáneamente e inmediatamente, es probablemente mejor esperarse y orar sobre el asunto. Dios tiene interés en tener todo los detalles en sus lugares apropiados.

El Rey Saúl perdió su trono porque actuó apresuradamente. Fue instruido por el profeta Samuel que esperara en Gilgal por siete días. Cuando Samuel no llego en el séptimo día, Saúl decidió hacer algo. Preparo la ofrenda para presentar la a Dios. En cuanto Saúl había presentado la ofrenda, llego Samuel. Saúl dio sus excusas, pero su prisa lo descalifico de un reino largo y pacifico. Adelantarse a Dios es un equivocación terrible y las consecuencias siempre son desagradables (I Sam. 10:8; 13:8-14). Nehemías, pacientemente espero en Dios. El busco al Señor, en ayuno y oración, por cuatro meses hasta que el rey le pregunto porque estaba triste. Él le explico su preocupación sobre la devastación de Jerusalén y, dentro de unos cuantos días, el rey lo envió a Jerusalén con autoridad y todo lo que se necesitaba para reconstruir la ciudad (Nem. 1-2:9). No es fácil esperar pacientemente ante Dios para estar seguro que tienes voluntad. ¡Pero cuanto más satisfactorio son los resultados cuando Ud. sabe que ha oído la voz de Dios (Sal. 62:5; Stg. 5:7-8; Lc. 14:28-30).

Los jóvenes rebeldes a menudo le dicen a sus mayores, “¡No mi diga que haga! ¡Yo soy un adulto también!” Ésa es la actitud de muchas personas hacia la voz de Dios. Es una actitud de orgullo, basado en una suposición que sabemos mucho sobre cualquier situación como Dios. Finalmente, Dios nos habla en términos de nuestra entrega a Sus deseos. Sus mensajes a nosotros no son sobre lo que queremos, que normalmente es limitado, egocéntrico, de miras estrechas y corto de vista. Más bien, Sus mensajes son sobre lo que Él quiere para nosotros, que siempre es eterno y amoroso y nos llaman a una manera más alta y mejor. Los mensajes de Dios tratan con nuestra entrega a Él, en tomar nuestra cruz y siguiere le, de entregar nuestras vidas para otros, de llevar la carga del uno del otro, de alentarnos el uno al otro y edificarnos el uno al otro, de nuestro comportamiento de modo que cause que otros caminen en rectitud ante Dios.

Satanás viene a nosotros y nos dice que somos sabios en nuestro propio entendimiento para hacer decisiones. Esto ha sido la tentación para el hombre desde el Jardín de Edén, simplemente come de la fruta y serás sabios como dioses. En nuestro día, la mentira puede ser, “Solo sigue su sentido común.” Esto puede ser bueno hacer, pero erramos si ponemos nuestra confianza solamente en nuestros propios esfuerzos y dejamos la sabiduría de Dios. El resultado sería tan desastroso para nosotros como fue para Adán y Eva. Nos encontramos en problemas siempre cuando presumimos que podemos hacer decisiones totalmente de nosotros mismos (I Pd. 2:2-3; Ef. 4:14-15. II Pd. 3:17-18).

El resultado claro de oír la voz de Satanás es una preocupación, sentimientos penosos de frustración en su espíritu. Si Ud. cree que ha oído la voz de Dios, y todavía continua experimentando un sentimiento de inquietud e interrogación mientras Ud. intenta de obedecer la voz que ha oído, detente y tome nota. ¡No ha oído la voz de Dios! La voz de Dios trae una calma profunda en nuestro espíritu. Aunque seamos desafiados por lo que Dios nos dice que hagamos, no tendremos un sentido de conflicto interno, preocupación, o un corazón inquieto. La paz que Dios nos da es la que el apóstol Pablo describe como paz “Que sobrepasa todo entendimiento (Fil. 4:7). Esta es la paz que viene con un corazón seguro. No se agita esta paz interna, es indiferente a cualquiera circunstancia. Cuando este tipo de paz viene a nosotros, sabemos que hemos escuchado la voz de Dios y nos sentimos seguros (Col. 3:15).

Algunas personas tienen conciencias muertas y no les molesta nada cuando han hecho una decisión mala. No sentiré nada es un estado muy peligroso de encontrase. Después de que ha intentado de oír la voz de Dios y ha llegado a una decisión sobre algo en su vida, se va sentir de una manera u otra de su decisión. Tendrá un sentido permanente de calma, propósito, y paz o se sentirá intranquilo, descontento, frustrado, angustiado o incomodo. Preste atención a estos sentimientos que vienen de su más íntimo. Es una señal confirmatoria a Ud. que ha o no ha oído la voz de Dios.

El libro de Proverbios tiene mucho que decir sobre el valor del consejo sabio (13:10, 20:5). Debemos buscar consejo piadoso y escuchar las personas que en verdad aman a Dios y están firmemente fundados en la Palabra de Dios. Cuando busca consejo, busca alguien que también puede ayudarle espiritualmente y que no tiene motivos ocultos (Isa. 45:20-21, I Pd. 5:5-6; Ef. 5:17-21).

 

 

HOW TO KNOW IF IT IS GOD’S VOICE

“My sheep hear my voice, and I know them, and they follow me…” (John 10:27)

“In the past God spoke to our ancestors many times and in many ways through the prophets, but in these last days he has spoken to us through his Son…” (Hebrews 1:1-2)

The Devil many times attempts to confuse us after we pray. When you listen for God to speak, does it seem that you hear two voices? How can you know if it is God or Satan? We know from Jesus’ temptation experience that Satan will try many tricks to convince us to listen to him instead of to God (Matt. 4:1-11). The apostle Peter warned us that the devil is always waiting, seeking to instill fear and confusion (I Pet. 5:8). We must be on the alert continually to make certain that the voice we hear as we pray and listen for God’s answer is, indeed, God’s voice.

Jesus told His disciples that He must go to Jerusalem and suffer many things from the authorities there. Eventually, He would be killed, but He would rise the third day (Matt. 16:21). Peter told Jesus, “Far be it from you, Lord; this shall not happen to you!” (16:22). As well-intentioned as Peter may have thought he was, his words were not God’s words, they were words that lined up with Satan’s message. Jesus rebuked Peter, saying, “Get behind Me, Satan! You are an offense to Me, for you are not mindful of the things of God, but the things of men” (16:23).

Peter was compared to Satan himself. We need to recognize that sometimes Satan’s voice comes to us not in our thoughts and imaginations, but through the words of other people, some of whom may seem to be well-intentioned or say they love us. The Bible assures us that there is a way to tell God’s voice from that of Satan. We will hear some distinct differences in the messages.

SATAN SAYS…                                                           

1. Do your own thing; do what you want to do.        

2. Live for the moment.                                                 

3. Don’t concern yourself with what others say.      

4. You’re as mature as you ever need to be.              

GOD SAYS…

1. Consider the effects of your behavior on others.

2. Live with an eye to eternity.

3. Receive godly advice.

4. Continue to grow and mature to become more like Jesus.

When we follow Satan’s voice and message rather than God’s, the outcome always leads to loss, destruction, and death. God’s way always leads to abundant life and eternal life (Jn. 10:10). Part of the difference is in the way we feel about our lives and actions. The result of following Satan’s voice is frustration, disappointment, and worry. The result of following God’s message is a great inner peace.

God sees all people and the full impact of what we say and do on others, both those we know and who are close to us and those we don’t know. He will never ask us to exhibit unkind or offensive behavior; He will never lead us to do anything that might hurt another person; emotionally, spiritually, or materially. Satan, on the other hand, tells us what we want to hear. He tells us that we shouldn’t worry about the effects of our lives on others. He tells us that every person is an island unto himself and that we should do whatever we please.

Had Abraham weighed the possible consequence of his dealings with Hagar, he would have resisted Sarah’s pleas to have a child with her maid (Gen. 16-17; 21). Had David thought of the severity of God’s discipline over the numbering of his subjects in Israel and Judah, he probably would have listened to Joab’s advice (I Chro. 21).

If you feel God is leading you in a particular direction, ask yourself: “How will this affect people around me? Will anybody be hurt by what I am about to do or say? Will others be blessed? Is this blessing just for me? Who may benefit from what I am about to undertake?” These questions can help you weed out Satan’s influence and hear God’s message (Rom. 14:21, I Thes. 5:15, I Tim. 6:18-19).

Many Scriptures mention the “fullness of time.” God isn’t in a hurry. He deals in eternal consequences and He continually seeks the fulfillment of the full extent of His plan and purpose. Satan always encourages us to act immediately because he knows if we back off and think long enough about most things, we’ll reconsider. If we feel an overwhelming urge to act spontaneously and immediately, we’re probably better off waiting and praying about it. God is interested in having all the details in their proper places.

King Saul lost his throne because he acted hastily. He was instructed by the prophet Samuel to wait at Gilgal for seven days. When Samuel hadn’t arrived on the seventh day, Saul decided to take matters into his own hands. He prepared burnt offerings to call upon God. As soon as Saul had made the offerings, Samuel arrived. Saul gave excuses, but his haste disqualified him from a long and peaceful reign. Getting ahead of God is a terrible mistake and the consequences are always distasteful (I Sam. 10:8; 13:8-14).

Nehemiah patiently waited for God’s timing. He sought the Lord, with fasting and prayer, for four months until the king asked him why his appearance was downcast. He explained his concern over the devastation of Jerusalem and within days, the king sent him to Jerusalem with full authority and all necessary supplies to rebuild the city (Neh. 1-2:9). It isn’t easy to wait patiently before God until you are sure that you hear His message. But how much more satisfying the results are when you know that you have heard God’s message! (Ps. 62:5, Jas. 5:7-8, Lk. 14:28-30).

Rebellious teens often say to their elders, “Don’t tell me what to do! I’m a grown-up, too!” That is the attitude of many people toward the voice of God. It is an attitude of pride, based on an assumption that we know as much about any given situation as God knows. Ultimately, God speaks to us in terms of our surrender to His desires. His messages to us aren’t about what we want, which is usually limited, self-centered, narrow-minded, and shortsighted. Rather, His messages are about what He wants for us, which is always eternal and loving and calls us to a higher and better way. God’s messages are about our yielding to Him, our taking up the cross and following Him, our giving up our lives for others, our bearing one another’s burdens, our encouraging one another and building up one another, our behaving in a way that causes others to walk in righteousness before the Lord.

Satan comes to us and tells us that we are wise enough in our own understanding to make decisions. This has been the temptation to man since the Garden of Eden, just eat of the fruit and you will be wise as gods. In our day, the lie may be, “Just follow your common sense.” This may be good to do, but we err if we put our trust solely in our own efforts and fail to get the wisdom of God. The result is just as disastrous for us as it was for Adam and Eve. We find ourselves in trouble anytime we assume that we can make decisions totally on our own. (I Pet. 2:2-3, Eph. 4:14-15, II Pet. 3:17-18).

The clear result of hearing the voice of Satan is a worry, and troublesome feeling of frustration in your spirit. If you believe you have heard from God, and yet you continue to experience a feeling of uneasiness and questioning as you attempt to obey the voice you have heard, stop and take note. You have not heard from God! God’s voice brings about a deep calmness in our spirit. Although we may be challenged by what God says for us to do, we will not have a sense of inner conflict, worry, or a troubled heart. The peace that God gives us is what the apostle Paul described as peace “Which surpasses all understanding” (Phil. 4:7). This is the peace that comes with a settled heart. This inner peace is not shaken, regardless of circumstances. When that sort of peace comes to us, we know we’ve heard from God and we feel confident it is His voice: “Let the peace of God rule in your hearts” (Col. 3:15).

Some people have calloused consciences and don’t seem to feel anything in the wake of a bad decision. Not feeling anything is a bad state to be in! After you have attempted to hear from God and have reached a decision about something in your life, you will feel one way or the other about it. Either you will have an abiding sense of calm, purpose, and peace or you will feel uneasy, dissatisfied, out of sorts, frustrated, worried, or uncomfortable. Pay attention to this feeling that flows from your innermost being. It is a confirming sign to you that you have or have not heard from God. Over time, you will grow in your ability to discern whether the voice you are hearing is that of God. As you develop an ear to hear what God is saying to you, you will come to know His voice unmistakably and immediately.

The book of Proverbs has a lot to say about the value of wise counsel (13:10, 20:5). We are to seek godly counsel and to hear from people who truly love the Lord and who are firmly grounded in His Word. When you seek counsel, look for someone who can also help you spiritually and has no hidden motives (Isa. 45:20-21, I Pet. 5:5-6, Eph. 5:17-21).

 

Tuesday, August 6, 2024

LAS INVITACIONES DE DIOS

Mateo 11:28

Hay algo muy poderoso en cuanto a una invitación. El saber que alguien se interesa en uno lo suficiente como para desear nuestra presencia e invitarnos a un encuentro puede tener un profundo impacto. De hecho, pocas cosas nos alegan tanto como el recibir una invitación personal a un evento importante.

Una y otra vez la Biblia extiende al hombre la invitación para entrar en compañerismo personal con Dios y ser colega y socio en traer la redención a este mundo perdido y necesitado. Alguien ha dicho que la Biblia es un libro de invitaciones divinas al hombre, pidiéndole que sea socio de Dios en su plan para redimir al mundo.

Aunque algunas de esas invitaciones nos pueden llenar de gozo y alegría, haciéndonos sentir atesorados y especiales, otras nos llenan de temor al reconocer que son oportunidades para que maduremos y crezcamos. Pero sin importar la emoción que pueda producir la invitación, siempre son extendidas desde un Corazón de perfecto amor. Todas requieren una respuesta.

Una Invitación a Esperar: (Salmo 62:5, Salmo 40:1, Isaías 40:31)

Para algunos, lo más difícil en nuestras vidas es esperar. La invitación de Dios más común es la espera. Casi todos los personajes importantes en las Escrituras tuvieron que atravesar momentos de espera. Noé esperó 40 días en el Arca durante la tormenta, y luego 150 días antes de desembarcar cuando terminó de llover. Moisés esperó 40 años en Madián y 40 años más en el desierto. Israel esperó 400 años para ser liberado de Egipto. David, Isaías, Jeremías, Gedeón, Elías, Pablo, Pedro e innumerables otros héroes bíblicos fueron forjados en el crisol que llamamos “la espera.”

Para muchos de nosotros, ésta es una invitación que preferiríamos ignorar. Requiere que nos libremos de nuestra necesidad de controlar a las personas y circunstancias, y que realmente confiemos en Dios. Requiere que soltemos nuestras propias agendas, nuestras cosas y expectativas irreales, para creer que Dios está en control y que Su tiempo es mucho mejor que el nuestro.

Vivimos en un mundo gobernado por una adicción a la prisa. Comida rápida, filas cortas, conversaciones deprisa, oraciones ligeras, reuniones breves, etc., todo intenta ser eficiente y productivo. La tecnología, que ha provisto una vida más fácil a esta generación que cualquiera anterior, ha complicado nuestra obsesión por resultados inmediatos. Hemos llegado al punto que no podemos esperar, y la característica principal de nuestra sociedad es la impaciencia. Las Escrituras nos dicen que la paciencia es fruto del Espíritu Santo, cultivada y acrecentada en nuestros corazones por la disposición de rendir nuestras vidas caóticas a Dios y esperar en Él. Pero una fe auténtica reconoce que Dios va a actuar donde uno se encuentra, si tan sólo está dispuesto a esperarlo.

Dios requiere que los que esperan en Él abandonen sus vidas agitadas, que reconozcan Su absoluta presencia y que se acerquen a Él en toda reverencia y devoción. Les invita a que se acerquen a Su presencia en humildad, pero en confianza, asegurando que cada una de sus palabras y acciones expresen amor y gratitud a Dios.

Una Invitación a Adorar: (Juan 4:23)

La adoración es realmente uno de los conceptos más importantes y frecuentemente expresados en la Biblia. Dios invita a todo el que es llamado por Su nombre a adorarle en espíritu y en verdad. La adoración ocurre como respuesta a la invitación, instigación y capacitación de Dios mismo. Es mencionada en varias formas cientos de veces en las Escrituras. Dios invita a hombres y mujeres para que sean adoradores, verdaderos adoradores, quienes por medio de vidas entregadas y obedientes, le adoren en espíritu y en verdad.

Dios requiere que los que esperan en Él abandonen sus vidas agitadas, que reconozcan Su absoluta presencia y que se acerquen a Él en toda reverencia y devoción. Les invita a que se acerquen a Su presencia en humildad, pero en confianza, asegurando que cada una de sus palabras y acciones expresen amor y gratitud a Dios.

Una Invitación a Seguir: (Mat. 4:19-20)

Seguir a alguien requiere verdadera humildad, atención cuidadosa y la necesidad de tomar riesgos. Seguir a otro requería que dejara a un lado su propia voluntad para seguir al líder. Todos tenemos potencial de ser líder a cierto nivel. Pero en una cultura obsesionada con el tema del liderazgo, nadie quiere ser seguidor.

Sin embargo, eso es exactamente lo que Dios procura cuando nos invita a venir y seguirle. Cuando aceptamos Su invitación, le damos permiso para que desarrolle nuestro carácter y moldee nuestro corazón. Ya no somos los toscos personajes de antes, haciendo lo que nos da la pura gana de hacer. Ahora debemos aceptar el reto de seguirle, volteando cuando Él voltea, deteniéndonos cuando Él se detiene, tomando otro camino cuando Él toma otro camino, amando a quien Él ama, y sirviendo a quien Él sirve.

Hay sobre 1,400 referencias en las Escrituras sobre personas que sirven. Algunos son esclavos, pero a otros Dios llama Sus “amigos,” y son descritos como siervos, y funcionan como ejemplo de lo que Dios mismo estima. Entregaron sus vidas en total y gozosa sumisión, y aceptaron Su invitación de humillarse y seguirle.

La invitación para descansar: (Mateo 11:28)

 

Desde el inicio de la historia humana el hombre ha sido una criatura intranquila. Alejado de Dios, el hombre es un ser peligroso, indomable. Le falta la tranquilidad que tan sólo viene de Dios por medio de la gracia salvadora de Jesucristo.

 

La epidemia actual del divorcio, del alcoholismo y de la inmoralidad es el resultado directo del carácter destructivo del pecado. Esta diabólica inquietud ha apremiado nuestro mundo como una enfermedad contagiosa y ha llegado a ser la causa fundamental de los problemas domésticos, sociales y políticos. Este desasosiego espiritual que rige en la vida del ser humano es la causa primordial de la inmoralidad en  el mundo.

 

Los psicólogos, que han estudiado cómo funciona la mente, confiesan que la psicología no es capaz de resolver todos los problemas mentales y emocionales de la gente. Los sociólogos, adiestrados en el arte de la ciencia social, confiesan que la sociología no puede resolver los tremendos problemas en cuanto a las relaciones humanas.  Los líderes políticos han señalado la decadencia moral en la gente, pero no podemos menos que notar que ninguno de ellos indica cómo restaurar la integridad moral que la humanidad necesita urgentemente para evitar la destrucción. Muchos líderes políticos han confesado en lo privado que no saben cómo hacer frente al dilema moral.

 

Por otra parte, actualmente hay una señal prometedora: multitud de personas se dan cuenta de su gran necesidad espiritual y moral. Muchas personas eminentes que antes eran cínicas hoy en día admiten que nuestros pueblos necesitan una transformación que los limpie de la insensibilidad, la decepción y la inmoralidad.

 

Se puede ver un desasosiego en casi cada esfera de la vida. Este espíritu de desasosiego, que se manifiesta de muchas maneras, se debe básicamente, a la separación entre el corazón humano y Cristo quien es autor de la paz. Estas personas, que sienten y padecen su inseguridad, podrían hallar paz espiritual y descanso físico al entregar sus vidas a Jesucristo (Isaías 57:20, Deuteronomio 28:67). Necesitamos llevar a las almas perdidas y necesitadas a la presencia del Salvador, quien dijo: “Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar”.

 

La invitación al discipulado: (Mateo 28:18-20, Marcos 3:13-15)

 

Somos salvos a fin de servir; redimidos para llevar fruto espiritual, tomados en la red del evangelio para que lleguemos a ser pescadores de hombres. La invitación al discipulado debe inspirar a todo el mundo. ¡Imagínese! ¿No es un privilegio ser socio con Dios en la redención y la renovación del mundo? Jesús dijo: "Si alguno me sirve, sígame; y donde yo estuviere, allí también estará mi servidor. Si alguno me sirviere, mi Padre le honrará" (Juan 12:26). El discipulado nos permite estar íntimamente asociados con Cristo y, al cumplir fielmente las responsabilidades del verdadero discipulado, recibimos la aprobación y el favor de Dios mismo.

 

¿Quisiera usted hacer tesoros en el cielo? Entonces deja de lado todo lo que te estorbe  y póngase a trabajar en la viña del Señor. Hay oportunidades para trabajar en todo lugar. Algunos vecinos suyos necesitan a Cristo, sus hijos son todavía inconversos, sus colegas en los negocios han visto muy poco de Jesucristo en usted. Le invito en el nombre de Cristo a hacerse un eficiente pescador de hombres.

 

¿Cómo puedo hacerme discípulo de Cristo? La respuesta se encuentra en la Palabra de Dios: "Cualquiera que quisiera venir en pos de mi, niéguese a sí mismo, y tome su cruz y sígame", dice Jesús. Antes de que usted pueda seguir a Jesucristo y ser su discípulo, el egoísmo tiene que ser crucificado, para que Cristo sea preeminente en su corazón y vida.

 

Jesús dijo también: "Si vosotros permanecéis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos". El vocablo discípulo quiere decir uno que aprende, un alumno, un seguidor. La salvación puede ser instantánea, pero el discipulado es algo que aprendemos de Jesucristo. Tenemos que conocer la palabra de Dios antes de enseñarla. De modo que, el segundo requisito para el discipulado es: permanecer en "mi palabra", y si esto lo hacemos llegaremos a ser verdaderos discípulos.

 

También de los labios de Jesús escuchamos: "En esto es glorificado mi Padre, en que llevéis mucho fruto, y seáis así mis discípulos" (Juan 15:8). Si el yo está crucificado y el espíritu tiene dominio, inevitablemente se verán los frutos del discipulado en nuestra vida.

 

Un verdadero discípulo de Cristo llevará el fruto del Espíritu, el cual es: "Caridad, gozo, paz, tolerancia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza". Esto es producido en nuestra vida por el Espíritu Santo. Al someter nuestra voluntad a la voluntad del Dios, él produce este fruto sobrenatural en nuestra vida. Las personas con quienes tenemos que relacionarnos de día en día verán que hemos estado con Jesús. Vamos a reflejar el carácter de Cristo. El secreto de una vida cristiana es: Cristo viviendo en nosotros y produciendo frutos.

 

La invitación de vivir en la presencia de Dios y bajo su dominio (Juan 15:4-10)

 

La salvación personal no es un encuentro ocasional, consiste en morar con Dios. El cristianismo no es un pasatiempo; es una vocación permanente. David, regocijado porque su vida estaba en las manos de Dios, dijo en el Salmo 91: "El que habita al abrigo del Altísimo, morará bajo la sombra del Omnipotente". Si usted estudia bien este Salmo, va a descubrir que en Dios tenemos una morada permanente, y que toda la comodidad, seguridad y afecto que el corazón humano desea se encuentran en él.

 

Los psiquiatras dicen que una de las necesidades básicas del hombre es la seguridad. Este Salmo nos asegura que en Dios tenemos la más grande seguridad. Escuchen: "no te sobrevendrá mal, ni plaga tocará tu morada. Pues que a sus ángeles mandará cerca de ti, que te guarden en todos tus caminos..."

 

Otra necesidad básica de la humanidad es el cariño. Otra vez dice David en el Salmo 91: "Por cuanto en mí ha puesto su amor, yo también lo libraré: le pondré en alto, por cuanto ha conocido mi nombre". El que permanece en Dios es objeto del cuidado y amor divinos.

 

El mundo jamás ha visto un amor mayor que el de Dios manifestado en su Hijo Cristo Jesús. El corazón del mensaje evangélico se resume en estas palabras significativas de Romanos 5:8: "Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros".

 

Estas invitaciones vienen directamente de los labios de Cristo mismo. Ningún hombre jamás ha hallado descanso completo en nadie aparte de Cristo. A las multitudes de trabajados, cargados y acongojados, él invita: "Venid a mi... que yo os haré descansar" ¿Quiere usted conocer descanso, gozo, paz, seguridad y amor? ¿Quiere usted experimentar lo que significa pertenecer? Entréguele su vida y su corazón completamente a Cristo. Yo le prometo que usted puede obtener paz con Dios, paz en el alma, paz en la mente, y un gozo que no ha conocido antes.