“Ésta es la confianza que tenemos en Él, que si pedimos
algo conforme a Su voluntad, Él nos oye. Y si sabemos que Él nos escucha,
cualquier cosa que le pidamos, sabemos que tenemos las peticiones que le hemos
pedido”. (I Juan 5:14-15)
“Por eso os digo que todo lo que pidáis orando, creed que
lo recibiréis y lo obtendréis”. (Marcos 11:24)
“Pedís y no recibís, porque pedís mal”. (Santiago 4:3)
Todos nosotros hemos tenido
experiencias en las que nuestras oraciones parecían quedar sin respuesta. A
veces pasan días, semanas o incluso años y todavía nos preguntamos, ¿cuándo va
a responder Dios? Dios no se ha olvidado de ti ni te ha abandonado. La Biblia
nos dice “El Señor mismo va delante de
vosotros y estará con vosotros; Él nunca te dejará ni te abandonará. No tengas
miedo; no os desaniméis” (Dt 31,8). Dios responde cada oración con un
"sí", un "no" o un "espera". Sin embargo, en
todos los casos, las Escrituras sugieren que nuestras oraciones están siendo
atendidas. Nuestra actitud debe ser de confianza implícita.
Fe es creer en la realidad
de las cosas, aunque no podamos verlas (Heb. 11:1). Jesús dijo que “cuando”
oras, debes creer que “recibes” tu respuesta en ese momento. La palabra
"recibir" proviene de la palabra griega lambano, que significa
"recibir ahora" (tiempo presente). Luego dice que los “tendremos”.
"Tener" proviene de esomai, que significa "poseer más
tarde" (tiempo futuro). Cuando oramos debemos creer en los resultados
finales de nuestra oración, y eventualmente experimentaremos los resultados
tangibles algún tiempo después.
Una de las razones
principales por qué sus oraciones no son contestadas es porque tal vez usted no
ha sido verdaderamente persistente en la oración. Usted debe comenzar aquí.
Jesús presento una parábola para mostrar la necesidad de ser
persistente en la oración. Para ser efectivo, usted debe orar con gran
seriedad. Gran seriedad nos conduce a la persistencia. Persistencia en la
oración significa, tener una gran necesidad que importa tanto a su corazón que
lo traiga con usted todo el día y duerme con ella en su corazón por la noche, a
tiempo y fuera de tiempo, se lo lleva al Señor en oración sincero. La
persistencia en la oración no solamente obra para probarle a Dios nuestra
seriedad profunda, pero para crear esta seriedad en nuestros corazones
y para demostrarlo a nosotros mismos. Persistencia en la oración que
trae una respuesta de Dios para su necesidad definitiva, es oración que se
extiende hacia Dios de cada área de su vida, y desde cada hora de su vida. No
se queja de las oraciones que no han sido contestadas a menos que ha estado
orando con sinceridad y persistencia.
Aun cuando usted ha sido
muy sincero y muy persistente, la respuesta no ha vendió como usted lo deseaba.
¿Qué entonces? Quizás sus oraciones quedan por contestar porque no subieron al
trono de Dios de un corazón limpio y sincero. El pecado paraliza el poder de la
oración. El Salmista David quiso el honor de edificar el templo en Jerusalén,
pero el pecado en su vida le impidió que realizara esa ambición. Santiago 5:16
nos dice: “La oración eficaz del justo puede mucho.” Una
traducción moderna lo presenta en estas palabras: “Un hombre bueno
puede lograr mucho a través de la oración si se esfuerza” Ah, allí
está el secreto importante que abre la puerta para que sus oraciones pueden ser
contestadas. “Un hombre bueno.”
Entre el poder con Dios
en la oración y la bondad de la persona que ora hay una conexión vital.
Significa algo ambos en la tierra y en el cielo cuando la persona que ora es una
persona buena. Viviendo justamente, teniendo un lenguaje limpio y pensamiento
puro tienen sus valores positivos en traerle una respuesta a la oración, y su
ausencia en la vida de una persona nos explica la razón por que no se han
contestado sus oraciones. “Bienaventurados los de limpio corazón,” dijo
Jesús, “porque ellos verán a Dios.” Dios los ve, y Dios los
oye, y Dios les contesta. Usted no tiene por qué quejarse si sus oraciones no
han sido contestada si has retenido esperanzas impías y ambiciones egoístas
dentro de su corazón.
Ninguno de nosotros
somos sin pecado. Cada día, en una manera u otra quebrantamos los mandamientos
de Dios. Violamos sus propósitos santos de vida humana en pensamiento, en
palabra, y en hechos. Si tuviera que ser absolutamente perfecto para poder
recibir alguna cosa de la oración, nunca estaría en una posición de recibir.
Quizás, sus oraciones quedan sin contestación porque no tiene un corazón de
perdón cuando ora.
El único comentario que
Jesús hizo sobre la oración que les enseño a Sus discípulos esta en Mateo
6:14-15; dijo: “Porque si perdonáis a los hombres sus ofensas, os
perdonará también a vosotros vuestro Padre celestial; mas si no
perdonáis a los hombres sus ofensas, tampoco vuestro Padre os perdonará
vuestras ofensas.” Si, reteniendo amargura, venganza y rencores
en su corazón contra otra persona lo previenen el perdón de su pecado por Dios,
también previene esos otros positivos, aspectos de sanidad de la oración que
solo puede venir a la persona que ha sido perdonado. El perdón de otros no
depende de su arrepentimiento o su vida cambiada, depende en su relación con
Dios; y en su determinación para ser otorgado perdón por Dios por su pecado.
Usted no puede quejarse de la oración que no ha sido contestada si usted odia a
alguien, si esta amargado contra alguien o si guarda resentimiento en su
corazón contra alguien.
Puede ser que usted no
sea culpable de esto. Por la gracia de Dios, su corazón puede ser limpiado de
todo mal que siente contra todo individuo. Pero, aún las cosas por las que
usted ora no vienen. Sus oraciones quedan sin contestarse, porque no están en
acuerdo con la voluntad de Dios. Me supongo, que usted está tratando de orar
por cosas de acuerdo a la voluntad de Dios. Si esto no es así, entonces el
asunto se termina aquí, inmediatamente. Nadie puede atreverse a establecer su
propia voluntad en desafió a la voluntad divina de Dios.
El premier precepto
cuando ora es que usted está buscando entrar en la voluntad de Dios ambos por
su vida y por su deseo que le trae al trono de Dios en oración. Usted debe
saber que la vida es entendible sólo cuando se vive en acuerdo a la voluntad de
Dios. No encontrara felicidad en ninguna otra manera. Pero aún así, los mejores
de hombres no podrán comprender totalmente la voluntad de Dios. Para los
mejores de hombres, algunas oraciones quedan sin respuesta, porque la respuesta
deseada iría contra el propósito Divino. Usted debe de confiar y seguir
confiando, sabiendo que cuando es hecha la voluntad de Dios, es lo mejor no
solo para usted, pero para esos alrededor de usted.
Hay otro aspecto de la
verdad que se pasa por alto; es fácil perder vista del bosque por los árboles.
Usted puede considerar que sus oraciones no están siendo contestadas cuando en
realidad si están siendo contestadas. Ninguna persona puede decir
verdaderamente: “Sigo orando y nada pasa.” Algo siempre sucede. Yo
creo que, aunque Dios no contesta siempre la oración, Dios siempre le contesta
a la persona que hace la oración. Cuando ora, como le he indicado, y con su
confianza completa en Él, algo siempre sucede. ¿Cómo contesta Dios la oración?
A veces por darnos las cosas que buscamos. A veces por negarnos las cosas que
buscamos. Pero la negativa es tanto una respuesta, como en verdad una respuesta
amorosa, como la negativa de la madre a su hijo en darle todo que pide. A veces
en hacerlo esperar, hasta que la cosa que usted busca está lista para usted o
hasta que usted está listo para ello. En ambos casos la respuesta es una
respuesta de amor. Cuando usted ora, y seguí orando, usted entrara en un
compañerismo con Dios, y en la Divina voluntad de Dios.
Hay muchas razones por
las que las oraciones pueden quedar sin respuesta. Siempre debemos revisarnos y
evaluar nuestro estilo de vida moral, físico y espiritual cada vez que notemos
que las cosas no van como deberían. Cuando oramos, debemos considerar las
intenciones de nuestro corazón y asegurarnos de que se alineen con la voluntad
de Dios. Debemos practicar la fe y la paciencia.
¿Cuántos han orado por
algo, sólo para ver que sus oraciones no han recibido respuesta? ¿Cuántos han
orado y tal vez se han “dado por vencidos” porque se han desanimado por una
debilidad de fe o han llegado a la conclusión de que cualquier cosa por la que
han estado orando no es la voluntad de Dios? Dios puede parecernos silencioso,
pero nunca nos despide con las manos vacías. Incluso si la oración no ha sido
respondida, debemos confiar en que Dios lo hará en Su propio tiempo.
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