Dr MARTIN VASQUEZ

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Mesa, Arizona, United States
EDUCATION: Holt High School, Holt Mich., Lansing Community College, Southwestern Theological Seminary, National Apostolic Bible College. MINISTERIAL EXPERIENCE: 51 years of pastoral experience, 11 churches in Arizona, New Mexico and Florida. Missionary work in Costa Rica. Bishop of the Districts of New Mexico and Florida for the Apostolic Assembly. Taught at the Apostolic Bible College of Florida and the Apostolic Bible College of Arizona. Served as President of the Florida Apostolic Bible College. Served as Secretary of Education in Arizona and New Mexico. EDUCACIÓN: Holt High School, Holt Michigan, Lansing Community College, Seminario Teológico Southwestern, Colegio Bíblico Nacional. EXPERIENCIA MINISTERIAL: 51 años de experiencia pastoral, 11 iglesias en los estados de Arizona, Nuevo México y la Florida. Trabajo misionera en Costa Rica. Obispo de la Asamblea Apostólica en los distritos de Nuevo México y La Florida. He enseñado en el Colegio Bíblico Apostólico de la Florida y el Colegio Bíblico Apostólico de Arizona. Presidente del Colegio Bíblico de la Florida. Secretario de Educación en los distritos de Nuevo México y Arizona.

Wednesday, September 20, 2023

LA ORACIÓN CAMBIA LAS COSAS

“Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.” (Filipenses 4:6-7)

Cuando se trata de pruebas y tiempos difíciles, muchas personas tienden a tirar la toalla incluso antes de acudir a Dios en oración. La oración es comunicación íntima con Dios. Para muchos, el alcance de su vida de oración es durante la cena o antes de acostarse. Al diablo no le importan ese tipo de oraciones porque no llevan a ninguna parte.

Si queremos experimentar algo poderoso y nuevo en nuestras vidas, vendrá a través de la oración. La poderosa oración ferviente de un justo puede hacer mucho. La oración no se mide por su duración; se mide por su profundidad. Se ha dicho que la fe mueve montañas, pero la oración mueve a Dios. ¿No es sorprendente que nuestras oraciones, ya sean grandiosas y gloriosas o débiles, puedan conmover el corazón de Dios, quien creó el universo?

¿Qué tipo de persona tiene una oración eficaz? Un hombre justo (un amante de Dios); si quieres que tus oraciones sean efectivas, primero debes ser un amante de Dios. ¿De qué te servirá tu oración el domingo, si sales y vives tu vida como quieres durante la semana? La oración efectiva cambia tu carácter. Ya no deseas hacer las cosas que solías hacer. Ya no quieres satisfacer tus deseos (Prov. 15:29). Si vives tu vida para agradar a Dios, entonces Dios hará todo lo posible para agradarte.

Nuestro entendimiento se limita a nuestra visión. Pero cuando nuestro entendimiento se convierte en el entendimiento de Dios, nuestra visión se expande. Vemos las cosas de manera diferente. No por nuestros propios ojos, sino a través de Sus ojos. La oración cambia nuestra visión. Ya no pensamos como nosotros mismos, sino que tenemos la mente de Cristo.

Podemos leer libros y recibir asesoramiento para corregir nuestra visión espiritual, pero nada funciona como la oración. Nuestra visión es limitada. Pero cuando cerramos los ojos y oramos, vemos las cosas a través de los ojos de Dios. Cuando no oramos, nuestra visión se mantiene estrecha y nos quedamos en nuestra perspectiva limitada. La mejor visión que podemos tener es cuando cerramos los ojos y oramos. Cuando cerramos los ojos, adoptamos la mente de Cristo y nuestra visión se multiplica.

Si tuviera que preguntar: "¿Cuántos de ustedes creen que necesitan dedicar más tiempo a la oración?" Todos levantarían la mano. Si sabemos que necesitamos aumentar nuestros esfuerzos de oración, entonces ¿por qué tan pocos de nosotros lo hacemos? ¿Cuál es el problema? Queremos orar, pero no planeamos orar. El santo quien hace la guerra contra el diablo, pelea mejor de rodillas.

MADURANDO EN LA ORACIÓN

BUSCANDO LA MANO DE DIOS: (Orando sólo debido a necesidades) Juan 6:2, 26

La forma más baja de la comunicación con Dios es orando sólo debido a una necesidad personal. Esto es considerado “buscando la mano de Dios.”  Durante el ministerio terrenal de Jesús, una multitud de gente le buscó y lo siguieron, pero muy pocos de ellos estaban interesados en comprometer sus vidas a Él en un verdadero discipulado (vv. 60, 66-68). Para ellos Jesús no era más que alguien que podía satisfacer sus necesidades. Él podía sanar sus cuerpos enfermos cuando ellos necesitaban la sanidad. Él podía darles de comer cuando tenían hambre. Sólo unos pocos pensaron alguna vez en Jesús como alguien con quien podría disfrutar del compañerismo, y quién desea el compañerismo en cambio. La mayoría de los creyentes lamentablemente viven en este nivel de una relación con Jesús. Su vida de oración es casi inexistencia hasta que un problema grave surge. Entonces ellos saben exactamente a donde ir.

DULCE HORA DE ORACIÓN: (Oración de supervivencia) Mateo 26:40-41

Lo mínimo que cada cristiano debería orar con el fin de vivir una vida victoriosa es por lo menos una hora al día. Esto no lo hará un intercesor o un guerrero de oración, pero será probablemente bastante para mantener su relación presente con Jesús. Esta hora al día se conoce como oración de supervivencia. Esto describe la vida de oración de la mayoría de los creyentes. ¿Cuántos creyentes oran por lo menos una hora cada día? Usted debe orar una hora sólo para vencer la tentación, pero ¿cree usted que el avivamiento vendrá a causa de este tipo de oración? (Marcos 14:37-38) Si usted no está orando con regularidad una hora, haga este su primer objetivo, pero no su meta final. Al menos una hora de oración cada día es necesaria para vencer la tentación y para ayudarnos a vivir de una manera que sea aceptable a Jesús.

BUSCANDO EL ROSTRO DEL DIOS: (Oración de avivamiento)  II Crónicas 7:14

Usted notará que la oración y buscar el rostro de Dios aparecen por separado en esta escritura. La oración no necesariamente es busca el rostro de Dios. Podría estar buscando la mano de Dios.  Podría ser la oración de supervivencia, para guardar lo que ya tenemos en Dios. ¡Buscar el rostro Dios implica más que esto!

GUERRA ESPIRITUAL: (Oración del trono de autoridad)  II Corintios 10:3-4, Efesios 6:12

¡Cuando una persona se convierte en un creyente lleno del Espíritu Santo, adquiere nuevos enemigos, Satanás y su reino! Antes de conocer a Jesús, éramos parte del "sistema mundial", sobre la que Satanás gobierna (Efesios 2:2-3). Algunos de nosotros ni siquiera sabíamos que Satanás existía, hasta que nos hiciéramos un creyente. Ya estábamos involucrados en la guerra espiritual antes de ser advertido que había tal cosa.

No es de extrañar que el apóstol Pablo anima a Timoteo a ser un buen soldado de Jesucristo (II Timoteo 2:3), “Pelea la buena batalla de la fe” (I Timoteo 6:12). ¡Sí, estamos en una batalla, y para tener éxito necesitamos conocimiento adecuado acerca de nuestro enemigo, para que podamos identificar y derrotarlo! Buscando el rostro de Dios es un nivel mayor de oración que la oración de una hora. ¡Esto implica hacer todo lo que sea necesario para obtener la respuesta! Esto implica humillarnos ante Dios. Esto implica que nuestra relación con Dios este bien.

ORACION INTERCESORA: (Oración ante el trono para otros) I Timoteo 2:1, 3-4

Muchas personas que sinceramente buscan el rostro de Dios continuamente se harán finalmente intercesores. Un intercesor es una persona que ora en nombre de otros, él está de pie en la brecha entre Dios y los hombres.

Buscamos el rostro de Dios debido a la sed espiritual. En la búsqueda del rostro de Dios, oramos a menudo para hacernos más como Jesús, y hacernos más útiles en el reino de Dios. La respuesta de Dios a estas oraciones  es que nos llena de Su amor, y una carga para orar por otros. Nos hacemos intercesores debido a aquella carga y amor.

ORACIÓN IMPRECATORIA: (Hay muchos ejemplos de ello en los Salmos)

Oración imprecatoria es un término teológico. La palabra “imprecatorios” se deriva de “imprecación”, que es un sinónimo de “maldición”. Es la palabra de la oración que ataca y busca destruir a su objeto. Es, de hecho, el equivalente cristiano de poner una maldición sobre algo (nunca sobre alguien). Lo más extremo que podemos ir en esa dirección como cristianos es orar por la justicia. Deberíamos orar por el final del mal que estamos atacando, y orar por aquellos que están involucrados en ella.

La oración imprecatoria es muy efectiva para detener el mal; y por esta razón es algo que cada cristiano debería aprender a hacer. Con este tipo de oración podemos atacar agresivamente los objetivos del enemigo y destruirlos.

La oración eficaz es nuestra arma más poderosa. Nuestras oraciones son más poderosas de lo que piensas, ¡y el diablo lo sabe!

 

PRAYER CHANGES THINGS

“Do not be anxious about anything, but in everything, by prayer and petition, with thanksgiving, present your requests to God And the peace of God, which transcends all understanding, will guard your hearts and your minds in Christ Jesus.” (Philippians 4:6-7)

When it comes to trials and difficult times, many people often tend to throw in the towel before they even go to God in prayer. Prayer is intimate communication with God. For many, the extent of their prayer life is at the dinner table or before they go to bed. The devil doesn’t mind those types of prayers because they go nowhere.

If we want to experience something powerful and new in our lives it will come through prayer. The powerful fervent prayer of a righteous man can do much. Prayer is not measured by its length; it is measured by its depth.  It has been said that faith moves mountains, but prayer moves God. Isn't it amazing that our prayers, whether grand and glorious or feeble and faint, can move the heart of God who created the universe?

What kind of person has an effective prayer? A righteous man, (a lover of God); if you want your prayers to be effective, you must first be a lover of God. What good will your prayer be on Sunday, if you go out and live your life the way you want to during the week? Effective prayer changes your character. You no longer desire to do the things you used to do. You no longer want to satisfy your desires (Prov. 15:29). If you live your life to please God, then God will make every effort to please you.

Our understanding is limited to our vision. But when our understanding becomes God's understanding, our vision is expanded. We see things differently. Not by our own eyes, but through His eyes. Prayer changes our vision. We no longer think like ourselves, but rather, we have the mind of Christ.

We can read books and get counseling to correct our spiritual vision, but nothing works like prayer. Our vision is limited. But when we close our eyes and pray, we see things through God's eyes. When we don't pray, our vision stays narrow, and we stay in our limited perspective. The best vision we can have is when we close our eyes and pray. When we close our eyes, we take on the mind of Christ, and our vision is multiplied.

If I were to ask the question, "How many of you believe that you need to spend more time in prayer?” Everyone would raise their hand. If we know that we need to increase our prayer efforts, then why do so few of us actually do it?  What is the problem? We want to pray, but we don’t plan to pray.  The saint who wages war against the devil fights best on his knees.

MATURING IN PRAYER

SEEKING THE HAND OF GOD: (Praying only because of needs) John 6:2, 26

The lowest form of communication with God is praying only because of a personal need. This is considered "seeking the hand of God." During the earthly ministry of Jesus, multitudes of people sought out and followed Him, but very few of them were interested in committing their lives to Him in real discipleship (vv. 60, 66-68). To them, Jesus was not more than someone who could satisfy their needs. He could heal their sick bodies when they needed healing. He could give them food when they were hungry. Only a very few ever thought of Jesus as someone they could enjoy fellowship with, and who desires fellowship in return. Most believers unfortunately are living on this level of a relationship with Jesus. Their prayer life is almost non-existence until a serious problem arises. Then they know right where to go.

SWEET HOUR OF PRAYER: (Survival Prayer) Matthew 26:40-41

The very minimum every Christian should pray to live a victorious life is at least one hour a day. That won't make you an intercessor or a prayer warrior, but it will probably be enough to maintain your present relationship with Jesus. This one hour a day is referred to as survival prayer. This describes the prayer life of most Christians. How many Christians pray at least one hour every day? You must pray for one hour just to overcome temptation, but do you believe that revival will come because of this kind of praying? (Mark 14:37-38) If you are not regularly praying for one hour, make this your first goal, but not your final goal. At least an hour of prayer every day is required to overcome temptation and to help us live in a way that is acceptable to Jesus.

SEEKING THE FACE OF GOD: (Revival praying) II Chronicles 7:14

You will notice that prayer and seeking God's face are listed separately in this scripture. Prayer is not necessarily seeking the face of God. It could be seeking the hand of God. It could be a survival prayer, to keep what we already have in God. Seeking the face of God involves more than that!

SPIRITUAL WARFARE: (Prayer from the throne of authority) II Corinthians 10:3-4; Ephesians 6:12

Whenever a person becomes a Spirit-filled believer, he acquires new enemies, Satan, and his kingdom! Before we came to Jesus, we were a part of the “world system,” over which Satan rules (Ephesians 2:2-3). Some of us didn’t even know Satan existed until we became a believer. We were already involved in spiritual warfare before even being warned that there was such a thing.

No wonder the Apostle Paul encouraged Timothy to be a good soldier of Jesus Christ (II Timothy 2:3), “and fight the good fight of faith” (I Timothy 6:12). Yes, we are in a battle, and to be successful we need proper knowledge concerning our enemy so that we can identify and defeat him! Seeking the face of God is a higher level of prayer than the one-hour prayer. It involves doing whatever it takes to get the answer! It involves humbling ourselves before God. It involves getting our relationship right with God.

INTERCESSORY PRAYER: (Prayer before the throne for others) I Timothy 2:1, 3-4

Many people who sincerely seek the face of God continually will eventually become intercessors. An intercessor is a person who prays on behalf of others, he stands in the gap between God and men. We seek the face of God because of spiritual thirst. In seeking the face of God, we pray often to become more like Jesus and to become more useful in the kingdom of God. God's answer to these prayers is to fill us with His love, and a burden to pray for others. We become intercessors because of that burden and love.

IMPRECATORY PRAYER: (There are many examples in the Psalms)

Imprecatory prayer is a theological term. The word “imprecatory” is derived from “imprecation”, which is a synonym for “curse”. It is the word for prayer that attacks and seeks to destroy its object. It is, in fact, the Christian equivalent of putting a curse on something (never on someone). The furthest we can go in that direction as Christians is to pray for justice. We should pray for the end of the evil we are attacking, and pray for the forgiveness, and salvation, of those who are involved in it. 

There are many Biblical examples of it, especially in the Book of Psalms. Imprecatory prayer is highly effective in stopping evil, and for that reason is something that every Christian should learn to do. With this type of praying we can aggressively attack enemy targets and destroy them.

Effective praying is our most powerful weapon. Our prayers are more powerful than you think, and the devil knows it!

 

Wednesday, September 6, 2023

A SOLAS CON DIOS

Deberíamos poner la oración como una prioridad en nuestras vidas. Esto es algo que sólo tú puedes hacer. Una persona que no comprende la importancia de la oración y no tiene una vida de oración exitosa siempre es débil en su vida espiritual.

Dado que la oración es tan esencial para la vida espiritual, es imperativo que dediquemos tiempo y esfuerzo para asegurarnos de saber cómo orar eficazmente. Hay dos responsabilidades en la oración, la responsabilidad de Dios y la nuestra. La oración es a la vez humana y divina. La oración no es una repetición incesante de palabras y frases, como si fuera una fórmula. Debemos entender que ni nuestras elocuentes y largas oraciones ni nuestros arrebatos emocionales conmueven a Dios. Aunque la oración puede surgir de manera instintiva, es necesario aprender a orar con eficacia. La humanidad ha orado desde el principio, pero no fue hasta que Dios mismo vino a vivir con nosotros en este planeta que comenzamos a aprender el significado de la oración y cómo orar de manera efectiva.

Hay una razón por la cual muchos no están experimentando resultados en sus vidas espirituales y esta falta de resultados en gran medida tiene que ver con la oración. Existe una realidad alarmante dentro del pueblo de Dios de que hay un gran número de creyentes que han descuidado esta práctica fundamental y algunos han distorsionado la efectividad y el propósito de la misma.

Orar es hablar con Dios con el corazón, sin florituras, no por obligación o rutina, es hablar con Dios en fe, creyendo plenamente en nuestro corazón que Él está ahí para atender nuestras súplicas. Va más allá de simplemente abrir la boca y decir palabras, es más que una simple comunicación (Juan 14:14).

La oración debe darnos tranquilidad y paz, ya que creemos por la fe que lo que hemos pedido ha sido concedido. No se puede orar con miedo y duda en el corazón, no podemos esperar escuchar de Dios a menos que estemos totalmente convencidos de lo que hemos pedido en oración. La palabra de Dios nos advierte que el que pide de esta manera (dudoso) no puede esperar nada de Dios (Santiago 1:6-7).

Muchos de nosotros nos hemos preguntado en algún momento: ¿cómo debemos orar? Los discípulos le hicieron a Jesús la misma pregunta y el Señor dio el ejemplo de “El Padrenuestro”, que es la base y guía de oración de cómo se hace la oración efectiva. Basados en los principios enseñados en esta oración podemos desarrollar nuestra comunicación con el Señor, con oraciones más profundas e íntimas. Él Señor no nos dio la oración con el propósito de frustrarnos o con la intención de dejar nuestras oraciones sin respuesta.

El enfoque es una de las principales razones por las que los creyentes tienen problemas para establecer una vida de oración o profundizar en la oración. Es por distracción. ¿Alguna vez has notado que cuando vas a orar de repente tu mente es bombardeada con todos los cuidados y preocupaciones de este mundo? Empiezas a pensar en tus responsabilidades, tus preocupaciones, tu lista de tareas pendientes y tus relaciones. De repente estos pensamientos parecen surgir cuando oras y debido a esto muchos creyentes tienen problemas para establecer esa consistencia o esa profundidad en su vida de oración. Para que la oración sea efectiva, debe estar enfocada, una mente errante mantiene al creyente atado al reino natural, y el exceso de pensamientos que lo distraen es demasiado pesado para permitir la ascensión celestial. Entonces, ¿cómo te enfocas, cómo consigues que tu mente sea disciplinada cuando oras?

PRACTICA EL SILENCIO

Jesús dijo en Mateo 6:6: “Pero cuando ores, vete solo, cierra la puerta detrás de ti y ora a tu padre en privado, entonces tu padre, que ve todo, te recompensará”. Este es un medio muy práctico pero efectivo para establecer una mente enfocada cuando oras. Jesús aquí está hablando de ir a un lugar privado.

Hay dos tipos de distracciones: distracción exterior y distracción interna. Las distracciones exteriores son cosas como el teléfono, las conversaciones y las preocupaciones del mundo que te rodea. Para eliminar las distracciones exteriores debes tener una hora y un lugar programados para orar. Debes practicar la oración tanto espontánea como programada. La oración espontánea ocurre durante todo el día, puedes estar trabajando, puedes conversar y puedes comer mientras estás en oración. La oración programada es cuando usted reserva un tiempo para ir y simplemente te enfocas en la presencia del señor. Jesús nos da esta llave poderosa para cerrar esa puerta, para decirles a nuestros seres queridos que este es mi momento de orar, de apagar el celular, dejar el trabajo y dejar a un lado las preocupaciones.

¿Cómo enfocas la mente cuando suceden cosas internamente dentro de ti que te hacen perder el enfoque cuando oras? ¿Cómo podemos enfocarnos y luchar contra esas distracciones internas? Primero, tenemos que aquietar nuestra mente cuando oramos. Primero mediante petición de oración: Filipenses 4:6-7 dice esto: “No te preocupes por nada, más bien ora por todo, dile a Dios lo que necesitas y agradécele por todo lo que ha hecho, entonces experimentarás la paz de Dios que supera todo lo que podamos entender." Su paz guardará sus corazones y sus mentes mientras viven en Cristo Jesús. El Señor está diciendo: No os preocupéis por nada, sino orad por todo. La preocupación es la impotente falsificación de la oración por parte de la carne. La preocupación es cómo ora tu carne, pero las Escrituras nos dicen que cuando le decimos a Dios lo que necesitamos y cuando le damos gracias por todo lo que ha hecho, entonces experimentaremos la paz de Dios. Entonces, cuando te desahogas dándole a Dios tu lista de cosas por hacer, dándole todas tus responsabilidades, es cuando experimentas la paz perfecta.

No deberías simplemente decir; “Señor, hazte cargo de todas mis responsabilidades y te las dejo a ti y nunca las voy a hacer”. Eso no es lo que está diciendo. Lo que Él está diciendo es la preocupación por esas responsabilidades, la preocupación por esas tareas, eso es lo que le das. Cuando presentas tu petición de oración a Dios, estás quitando esas cargas de la vida de tus hombros y las estás colocando en las manos de Dios y al hacerlo, experimentas la paz de Dios que llena tu corazón. Este es el error que cometen muchos creyentes, hacen sus peticiones de oración, le dicen lo que necesitan y luego sienten que se les quita esa carga. Se llenan de paz y dicen me siento mucho mejor gracias Jesús y luego se van.

Pero la paz no es la conclusión de la oración, es el comienzo de la oración, es cuando estás lleno de esa paz que ahora puedes enfocar tu mente para profundizar más que nunca en los lugares de oración. Entonces la paz no es la conclusión de la oración, es la entrada. El silencio elimina las distracciones exteriores al encerrarte por un momento para enfocarte y estar a solas con Dios.

La petición de oración ayuda a silenciar esas distracciones internas. Isaías 26:3 “Tú guardarás en completa paz a aquel cuyo pensamiento en ti persevera, porque en ti confía”. Cuando enfocas tu mente en el Señor, te llenas de paz. Cuando enfocas tu mente en Dios, las preocupaciones de este mundo pasan a un segundo plano.

La adoración también es una clave para enfocarse porque cuando adoras a Dios, lo estás mirando. Cuando adoras a Dios, no te preocupas por tus problemas, estás asombrado por Su presencia. La gloria de Dios es tan brillante, tan hermosa y tan cegadora que cuando te enfocas en la luz de Su presencia, borra todo lo que te rodea. Te pierdes en ese momento arrebatado en Su presencia y todos los cuidados y preocupaciones del mundo se desvanecen en un segundo plano. Esto no significa que usted deje de lado sus responsabilidades y nunca más las asuma. Lo que esto significa es que cuando estés ante el Señor, ese es el momento de dejar las cosas para poder ascender a lugares más elevados. El primer paso para una oración eficaz es enfocar. ¿Cómo te enfocas? Practica el silencio, usa la petición de oración y Adora.

TEN FE EN LA ORACIÓN

Lucas 10:38-42: Algunos creyentes se acercan a Dios como Marta, desde una mentalidad de obras; otros se acercan a Dios como María desde una mentalidad de compañerismo. A menudo pensamos que la oración es nuestro trabajo para enfocarnos con Dios y estamos tan distraídos por el trabajo, tan consumidos por lo que creemos que tenemos que hacer, que olvidamos que el camino ya fue pagado.

Mateo 6:9-13: Este es el Padrenuestro y aquí Jesús nos está enseñando cómo orar. Note que Jesús comienza su oración diciendo “Padre nuestro que estás en los cielos”. Él está reconociendo quién es Dios, no duda de esa conexión con Dios y ni siquiera duda de que Dios lo escuche. No comenzó la oración diciendo Dios, ¿me escuchas?, que es como muchos de nosotros comenzamos. Él no comenzó esa oración diciendo: Dios, ¿estás ahí?

Él no comenzó esa oración imaginando que tenía que establecer alguna conexión. No oramos para conectarnos con Dios. Oramos desde la conexión con Dios. Es porque ya estamos conectados con Él que podemos orar. Muchos creyentes tienen problemas con esto porque imaginan que sus pecados pasados los descalifican o piensan que debido a que perdieron unos días de lectura de la Biblia o faltaron a la iglesia o que no oraron, ahora tienen que trabajar para recuperar esa relación con Dios. No es un sistema basado en puntos.

No es que por cada día que dejas de orar, Dios se aleje un paso más de ti. ¿Cómo podría dejarte si vive dentro de ti? ¿Qué pasa cuando cometemos errores, cuando descuidamos la oración? Dios no se distancia de nosotros; es que nos volvemos menos conscientes de la presencia que siempre permanece con nosotros. En lugar de ver la oración como un sistema basado en puntos, en lugar de ver la oración como una obligación para agradar a Dios, mírala como una oportunidad. Muchos creyentes descuidan la oración por esta misma razón: piensan que será un trabajo. Piensan que tienen que agotarse para conjurar una conexión con Dios, pero no hay nada que podamos hacer con nuestro propio poder o fuerza para conectarnos alguna vez con Dios; en primer lugar, todo es Él.

Cuando ores, ve con valentía, no dejes que el enemigo te diga que Dios no te escucha, no dejes que el enemigo te diga que tienes que trabajar para esa conexión con Dios, y no dejes que el enemigo te avergüence por su pasado, pero haga lo que dice la Biblia en Hebreos 4:16. Imagínese cuánto tiempo podría ahorrar en oración si en lugar de rogarle a Dios que lo escuche, simplemente crea que Él ya lo escucha. Esto no significa ahorrar tiempo en oración sino pasar menos tiempo en oración. Lo que queremos decir es que todos esos momentos desperdiciados de súplicas y ruegos, acudimos a Él con una mentalidad de huérfano, tratando de mejorar esa relación que ya es nuestra. Podrías estar disfrutando más de tu tiempo en oración en lugar de pasar por ese momento inicial de trabajar y esforzarte como Marta que imaginó que tenía que trabajar para esa conexión con el Señor.

FIDELIDAD A LA ORACIÓN

Para ser fiel en la oración diaria debes tomar una decisión respecto a la oración. Debemos optar por orar más. Hay disciplinas espirituales que debemos elegir practicar todos los días. La oración es un acto espiritual, pero también es una disciplina práctica. Esa es la asociación que tenemos con Dios. Dios hará lo imposible después de que hayamos hecho lo posible. Todo creyente quiere orar consistentemente, pero algunos tienen una cierta visión de la oración que en realidad les impide orar consistentemente. Imaginamos que la oración diaria es como subir una escalera. Oré de lunes a viernes y por cada día de la semana que oro constantemente doy un paso más en esa escalera. Luego imaginamos que si nos perdemos un día de oración, nos caeremos de la escalera y perderemos todo nuestro progreso, todo se habrá ido y nuestra conexión con Dios se habrá ido.

De vez en cuando nos llenamos de culpa y vergüenza e incluso nos arrepentimos porque pensamos que de alguna manera hemos estropeado o manchado nuestro historial. Si piensas en la oración de esa manera, será muy difícil orar fielmente, porque cuando vayas a orar o restablezcas tu vida de oración, estarás pensando en todos los días que has perdido.

Aquí hay algo que es liberador: cuando pierdes días de oración y regresas a la oración, regresarás a esa vida de oración, comenzarás a establecerte. Dios no está mirando para ver cuánto oramos, así no es Dios. Cuando vamos a orar después de días de faltar a la oración, Dios estará allí para abrazarnos. A veces la culpa por haber perdido días de oración puede afectar nuestra fidelidad a la oración. A veces, faltar a la oración del lunes, martes y miércoles nos impedirá orar el jueves porque pensamos: tengo que hacer todo este trabajo nuevamente, todo mi progreso se pierde. Mirarlo de esa manera es una forma religiosa de afrontar la oración (Mateo 26:40-41).

Debemos comprometernos a orar fielmente todos los días. Establecer esa disciplina espiritual en nuestras vidas. Debemos tomar esa decisión y debemos organizar toda nuestra agenda en torno a ella. Guarda tu vida de oración y no permitas que nada ni nadie la comprometa. Que ese sea un momento sagrado para ustedes.

ALONE WITH GOD

 

 

We should set prayer as a priority in our lives. This is something only you can do. A person who does not have an understanding of the importance of prayer and does not have a successful prayer life is always weak in his spiritual life.

Since prayer is so essential to the spiritual life, it is imperative that we devote time and effort to make sure we know how to pray effectively. There are two responsibilities in prayer, God's responsibility and ours. Prayer is both human and divine. Prayer is not an incessant repetition of words and phrases, as if it were a formula. We must understand that neither our eloquent or long prayers nor our emotional outbursts move God. Although prayer can come instinctively, to pray effectively must be learned. Mankind has prayed from the beginning, but it was not until God Himself came to live with us on this planet that we began to learn the meaning of prayer and how to pray effectively.

There is a reason why many are not experiencing results in their spiritual lives and this lack of results in large has to do with prayer. There is an alarming reality within the people of God that there are a large number of believers who have neglected this fundamental practice and some have distorted the effectiveness and purpose of it.

Prayer is talking to God with our heart, without frills, not out of obligation or routine, it is to talk to God in faith, fully believing in our hearts that He is there to attend to our supplications. It goes beyond simply opening your mouth and saying words, it is more than just a simple communication (John 14:14).

Prayer should give us tranquility and peace, as we believe by faith that what we have asked has been granted. You cannot pray with fear and doubt in your hearts, we cannot expect to hear from God unless we are totally convinced of what we have asked in prayer. The word of God warns us that whoever asks in this manner (doubtful) cannot expect anything from God (James 1:6-7).

Many of us have at one time asked ourselves, how are we to pray? The disciples asked Jesus the same question and the Lord gave the example of “The Lord’s prayer", which is the basis and prayer guide for how effective prayer is made. Based on the principles taught in this prayer we can develop our communication with the Lord with deeper and more intimate prayers. God wants to answer our prayers. He did not give us prayer with the purpose of frustrating us or with the intent of leaving our prayers unanswered.

Focus is one of the biggest reasons why believers have trouble establishing a prayer life or going deeper in prayer. Have you ever noticed that when you go to pray suddenly your mind is bombarded with all of the cares and concerns of this world? You start thinking of your responsibilities, your worries, your to-do list, and your relationships. All of a sudden these thoughts seem to come when you pray and because of this many believers have trouble establishing that consistency or that depth in their prayer life. If prayer is to be effective it must be focused, a wandering mind keeps the believer bound to the natural realm, and the excess of distracting thoughts is too heavy to allow for heavenly ascension. So how do you focus, how do you get your mind to be disciplined when you pray?

PRACTICE SILENCE

Jesus said in Matthew 6:6: “But when you pray go away by yourself shut the door behind you and pray to your father in private then your father who sees everything will reward you.” This is a very practical but effective means to establish a focused mind when you pray. Jesus here is talking about going to a private place.

There are two kinds of distractions: exterior distraction and internal distraction. Exterior distractions are things like your phone, conversations, and the cares of the world around you. To eliminate exterior distractions you must have a scheduled time and place when you pray. You must practice both spontaneous and scheduled prayer. Spontaneous prayer is all throughout the day, you can be working, you can be conversing, and you can be eating while you're in prayer. Scheduled prayer is when you set aside time to go and just focus on the presence of the lord. Jesus gives us this powerful key to shut that door, to tell our loved ones this is our time to pray, to turn off the phone, put away the work, and put away the concerns.

Interior distraction: How do you focus the mind when you have things going on inside of you internally that are causing you to lose focus when you pray? How can we focus and fight against those internal distractions? First, we have to quiet our minds when we pray. First by prayer request: Philippians 4:6-7 say this: “Don't worry about anything instead pray about everything tell God what you need and thank Him for all He has done, then you will experience God's peace which exceeds anything we can understand.”  His peace will guard your hearts and minds as you live in Christ Jesus. God is saying, Don’t worry about anything instead pray about everything. Worry is the flesh's powerless counterfeit for prayer. Worry is how your flesh prays but the scripture tells us that when we tell God what we need and when we thank Him for everything that He has done then we will experience God's peace. So when you unburden yourself by giving God your to-do list, by giving Him all your responsibilities that is when you experience perfect peace.

You should not just say; “Lord take care of all my responsibilities and I leave them to you and I’m not ever going to do them.” That’s not what he is saying. What he is saying is the worry over those responsibilities the concern over those tasks, that's what you give to Him. When you submit your prayer request to God you're lifting those burdens of life from off of your shoulders and you're placing them in God's hands and in doing that you experience the peace of God that fills your heart. This is the mistake many believers make, they make their prayer requests, they tell Him what they need then they feel that burden lifted from off of them. They're filled with peace and they say I feel much better thank you Jesus and then they walk away. But peace is not the conclusion of prayer it's the beginning of prayer, it's when you're filled with that peace that you can now focus your mind to go deeper into the places of prayer than ever before. So peace is not the conclusion of prayer it's the entryway. Silence puts away the exterior distractions by shutting yourself in for a moment to focus and to be alone with God.

Prayer Request helps to silence those internal distractions. Isaiah 26:3 “Thou wilt keep him in perfect peace whose mind is stayed on thee because he trusteth in thee.” When you focus your mind on the Lord, you’re filled with peace. When you focus your mind on God the cares of this world fade into the background.

Worship is also a key to focus because when you’re worshiping God you’re looking at Him. When you’re worshiping God you’re not worried about your problems you’re in awe of His presence. The glory of God is so brilliant, so beautiful and so blinding that when you’re focused on the light of His presence it washes away everything around you. You get lost in that moment raptured in His presence and all of the cares and concerns of the world fade into the background. This does not mean that you set aside your responsibilities and never again pick them up. What this means is that when you are before the lord that is the time to lay things down so that you might ascend to higher places. The first step to effective prayer is focus. How do you focus? Practice silence, use the prayer request, and worship.

Luke 10:38-42: Some believers approach God like Martha, from a works-based mentality; others approach God like Mary from a fellowship-based mentality. Often we think that prayer is our working to connect with God and we’re so distracted by the work, we’re so consumed with what we think we have to do that we forget that the way was already paid.

Matthew 6:9-13: This is the Lord’s Prayer and here Jesus is teaching us how to pray. Notice that Jesus begins his prayer by saying “Our Father in heaven.” He is acknowledging who God is, He doesn’t doubt that connection with God and he doesn’t even doubt that God hears Him. He didn’t begin prayer by saying God do you hear me, which is how many of us begin. He didn’t begin that prayer by saying, God are you there?

He didn’t begin that prayer by imagining that He had to work up some connection. We do not pray to connect with God. We pray from connection with God. It’s because we are already connected with Him that we can pray. Many believers have issue with this because they imagine that their past sins disqualifies them or they think that because they skipped a few days of reading their bible or skipped church or skipped praying that now they have to work to gain back that relationship with God, It’s not a points-based system.

It’s not as though for every day that you miss praying God takes another step away from you. How could He ever leave you if He lives within you? What happens when we make mistakes, when we neglect prayer God does not distance Himself from us; it’s that we become less aware of the presence that’s always abiding with us. Instead of seeing prayer as a point-based system, instead of looking at prayer as an obligation in order to please God, look at it as an opportunity. Many believers neglect prayer because of this very reason, they think that it’s going to be work. They think that they have to exhaust themselves to conjure a connection with God, but there’s nothing that we can do in our own power or strength to ever connect with God, it’s all Him in the first place.

When you pray, go boldly, don’t let the enemy tell you that God doesn’t hear you, don’t let the enemy tell you that you have to work for that connection with God, and don’t let the enemy shame you because of your past, but do what the Bible says in Hebrews 4:16 . Imagine how much time you could save in prayer if instead of begging God to hear you, you simply believe that He already does. This does not mean to save time in prayer as in spend less time in prayer. What we mean is all those wasted moments of pleading and begging, we come at Him with an orphaned mentality, trying to work up that relationship that’s already ours. You could be enjoying more of your time in prayer instead of going through that initial moment of working and trying like Martha who imagined that she had to work for that connection with the Lord.

FAITHFULNESS TO PRAYER

To become faithful in daily prayer you must make up your mind concerning prayer. We must choose to pray more. There are spiritual disciplines that we must choose to practice every day. Prayer is a spiritual act, but it’s also a practical discipline. That’s the partnership that we have with God. God will do the impossible after we’ve done the possible.  Every believer wants to pray consistently, but some have a certain view of prayer that actually keeps them from praying consistently. We imagine that daily prayer is like climbing a ladder. I prayed Monday through Friday and for every day of the week that I pray consistently I take another step up that ladder. Then we imagine that if we miss a day of prayer we’ve fallen off the ladder and we’ve lost all of our progress, everything is gone now, and our connection with God is gone.

Every now and then we’re filled with guilt and shame and we’re even filled with regret because we think that we’ve somehow messed up or blemished our record. If you think of prayer in that way it’s going to be very difficult to pray faithfully, because as you go to pray or re-establish your prayer life you’re just going to be thinking of all the days that you’ve missed.

Here’s something that’s liberating, when you miss days of prayer and come back to prayer, you will come back to that prayer life, you begin to establish. God is not looking to see how much we pray, that’s not how God is. When we go to pray after days of missing prayer, God will be there to embrace us. Sometimes the guilt of having missed days of prayer can affect our faithfulness to prayer. Sometimes missing prayer on Monday, Tuesday, and Wednesday will prevent us from praying on Thursday because we think, I have to do all this work again, all my progress is lost. Looking at it that way is a religious way to approach prayer (Matthew 26:40-41).

We must commit to pray faithfully every day. Establish that spiritual discipline in our lives. We must make that decision and we must arrange our entire schedule around it. Guard your prayer life and don’t let anyone or anything compromise it. Let that be a sacred time for you.