"Y no participéis
en las obras infructuosas de las tinieblas, sino más bien reprendedlas."
(Efesios 5:11)
La Biblia no
habla del Halloween. Sin embargo, un análisis del origen de esta celebración y
las costumbres relacionadas con ella demuestra que está muy ligada a creencias
falsas sobre los muertos y los espíritus malvados, o demonios. La Palabra de
Dios advierte: "Nunca debe haber nadie entre ustedes que. . . consulta
fantasmas o espíritus, o llama a los muertos ”(Deuteronomio 18: 10-12).
Aunque muchas
personas consideren que el Halloween es una diversión inofensiva, la verdad es
que las prácticas asociadas a esta celebración no lo son. La Palabra de Dios
dice claramente: "No sea hallado en ti quien haga pasar a su hijo o a su
hija por el fuego, ni quien practique adivinación, ni agorero, ni sortílego, ni
hechicero, ni encantador, ni adivino, ni mago, ni quien consulte a los muertos.
Porque es abominación para con Jehová cualquiera que hace estas cosas, y por
estas abominaciones Jehová tu Dios echa estas naciones de delante de ti"
(Deuteronomio 18:10-12). Y también advierte: "Antes digo
que lo que los gentiles sacrifican, a los demonios lo sacrifican, y no a Dios;
y no quiero que vosotros os hagáis partícipes con los demonios. No podéis
beber la copa del Señor, y la copa de los demonios; no podéis participar de la
mesa del Señor, y de la mesa de los demonios" (1 Corintios
10:20-21)."
Una enciclopedia
sobre tradiciones estadounidenses explica: “Básicamente, el objetivo del Halloween
es contactar con los espíritus, muchos de los cuales se dedican a intimidar o a
asustar”. (“El Halloween en el tiempo”.) Lo mismo ocurre con otras
fiestas similares: tienen raíces paganas y están íntimamente relacionadas
con el culto a los antepasados. Incluso hoy día, personas de todo el mundo las
aprovechan para comunicarse con los supuestos espíritus de los muertos.
Aunque el
Halloween se considera una fiesta norteamericana, cada vez se está celebrando
en más países. Con todo, la mayoría de la gente desconoce el origen pagano de
los símbolos, las costumbres y los elementos decorativos de dicha fiesta,
muchos de los cuales están relacionados con seres sobrenaturales y fuerzas
ocultas.
Los seguidores
de la religión wicca —que practican brujería y ritos celtas— siguen llamando a
la noche de Halloween por su nombre antiguo, Samhain, y la consideran la más
sagrada del año. El diario USA Today citó las siguientes palabras de una bruja:
“[Los cristianos] no lo saben, pero están celebrando con nosotros nuestra
fiesta [...], y nos encanta”.
La fiesta de
Halloween es una celebración antibíblica. La propia Biblia nos advierte: “Nadie
entre los tuyos deberá [...] practicar adivinación, brujería o hechicería; ni
hacer conjuros, servir de médium espiritista o consultar a los muertos”
(Deuteronomio 18:10, 11, Levítico 19:31; Gálatas 5:19-21).
EL ORIGEN DEL HALLOWEEN Y SUS COSTUMBRES
SAMHAIN
Según el libro
Mitos celtas, se creía que durante la fiesta pagana de Samhain —la cual se
celebraba hace más de dos mil años— “los espíritus del Más Allá podían recorrer
la tierra y los humanos podían visitar el mundo de los muertos”. Y añade: “La
tradición de Samhain ha sobrevivido en los tiempos modernos en las fiestas de
Hallow’een y del Día de Difuntos”. Ahora bien, la Biblia enseña que los muertos
“no tienen conciencia de nada en absoluto” (Eclesiastés 9:5). Por tanto, no
pueden interactuar con los vivos.
DISFRACES, GOLOSINAS, REGALOS Y TRAVESURAS
Según un libro
sobre el origen de la celebración del Halloween en Estados Unidos, algunos
celtas se disfrazaban de criaturas sobrenaturales para que los espíritus que
deambulaban por la tierra creyeran que ellos también eran espíritus y no les
hicieran maldades (Halloween—An American Holiday, An American History). Otros
pretendían apaciguarlos ofreciéndoles dulces. En la Europa medieval, el clero
católico terminó adoptando muchas costumbres paganas y animó a sus feligreses a
disfrazarse en la víspera del día de Todos los Santos e ir por las casas
pidiendo pequeños regalos a cambio de una oración por los difuntos. Pero la
Biblia prohíbe mezclar las creencias paganas con el culto al Dios
verdadero, "Por lo cual, Salid de en medio de ellos, y apartaos,
dice el Señor, Y no toquéis lo inmundo; Y yo os recibiré" (II Corintios
6:17).
FANTASMAS, VAMPIROS, HOMBRES LOBO, BRUJAS Y
ZOMBIS
A estos
personajes siempre se les ha relacionado con los espíritus malignos . Y la
Biblia dice claramente que debemos luchar contra tales espíritus (Efesios
6:12). Así que no estaría bien hacerles una fiesta.
FAROLES HECHOS CON CALABAZAS
Durante la Edad
Media, en Gran Bretaña se acostumbraba “ir casa por casa pidiendo comida a cambio
de una oración a favor de algún difunto”. Los suplicantes llevaban “faroles que
consistían en nabos ahuecados, cuya vela evocaba al alma atrapada en el
purgatorio” (Halloween—From Pagan Ritual to Party Night). Hay también quienes
afirman que tales faroles se usaban para espantar a los malos espíritus. Ya en
el siglo XIX, en América del Norte se sustituyeron los nabos por calabazas,
pues eran más fáciles de conseguir, ahuecar y tallar. Estas costumbres se basan
en creencias que carecen de fundamento bíblico, como aquella de que el alma es
inmortal, que existe el purgatorio y que hay que orar por los muertos (Ezequiel
18:4).
En vista de lo
anterior, ¿no cree que merece la pena investigar los oscuros orígenes del
Halloween y de fiestas parecidas? Si lo hace, quizás decida a no participar en
esta celebración.
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