“Enséñanos de
tal modo a contar nuestros días, Que traigamos al corazón sabiduría.”(Salmos
90:12)
Si alguien le diera la suma de 87,000.00 dólares, ¿qué
haría usted con ello? Hay probablemente muchas cosas que usted compraría y
haría con ello. Pero, te dices, "nadie mi va a darme esa cantidad de
dinero". Probablemente que no, pero si habrá algo dado a usted este año
que el dinero no puede comprar, tiempo. Así es. En 2015, Dios dará a todos
nosotros 87,000 horas o 5, 256,000 minutos para utilizar.
¿Cómo pasará usted este tiempo? Usted lo puede usarlo
sabiamente, usarlo todo en usted mismo o dar parte de este tiempo a tu prójimo
o a Dios en el servicio. Tal vez no seamos ricos en términos de dólares, pero
una cosa que tendremos todos en común son las horas de 2015. ¿Cómo va pasará
usted este tiempo? Recuerde, tendremos que dar todos cuenta a Dios en cuanto a
lo que hicimos con el tiempo que él nos dio este año.
Contar es la primera cosa que se aprende en la vida y
de las primeras que se ensenan al niño. Contar bien nuestros días es cosa que
debemos procurar con empeño; pero pocos aprenden a hacerlo. De contar bien
depende la vida y el destino.
Nuestros días son nuestro tesoro. Es la posesión de
que depende todo. Sin embargo, se cuenta con más afán el dinero. Son pocos los
días que Dios nos da por eso tenemos que usarlos sabiamente. No se pueden
recobrar los días perdidos. El dinero se puede recobrar, pero los días jamás.
Nuestro carácter, el éxito y nuestra eternidad dependen de su uso. Recordemos,
que Dios nos va a pedir cuenta de ellos. ¿Cómo lo daremos se no la llevamos?
¿Cómo es como unos los cuentan? Unos los cuentan por
números. Estos nos dicen si se aprovechan. Muchos días sin provecho nada valen.
Otros los cuentan por los placeres. La vida es para gozarla pero si el placer
es su único fin que perdida. Hay unos que los cuentan por cuantas riquezas
acumulan. Unos los cuentan por sus aflicciones, pero de qué sirve sufrir si en
esa escuela no aprendemos nada. La vida no consiste en que tanto duramos, sino
en que es lo que hacemos con nuestros días. La vida verdadera no es aquella que
se mide en términos de años sino de aprovechamientos.
¿Cómo es que Dios quiere que los contemos? El quiere que
los contemos por las bendiciones que El nos da cada día. Muchos las olvidan o
las menosprecian. El Señor quiere que aprovechemos las oportunidades de hacer
bien y servirle. Algunos solo piensan en las oportunidades de enriquecerse o de
gozarse. Dios también espera que los contemos por nuestro crecimiento
espiritual.
Hay sabiduría que adquiere en contar los días de la
manera que Dios nos quiere. Uno aprende amar y servir. Aprende a no dejar que
se pierda su tiempo y aprovechar sus oportunidades. Pero sobre todo, aprende
estar siempre contento.
Contemos nuestros días. ¿Cuantos han pasado? ¿Cuántos
nos quedaran? ¿Qué uso haremos de los que nos restan? ¡Que Dios nos enseñe a
contar los como en Su presencia!
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