Dr MARTIN VASQUEZ

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Mesa, Arizona, United States
EDUCATION: Holt High School, Holt Mich., Lansing Community College, Southwestern Theological Seminary, National Apostolic Bible College. MINISTERIAL EXPERIENCE: 51 years of pastoral experience, 11 churches in Arizona, New Mexico and Florida. Missionary work in Costa Rica. Bishop of the Districts of New Mexico and Florida for the Apostolic Assembly. Taught at the Apostolic Bible College of Florida and the Apostolic Bible College of Arizona. Served as President of the Florida Apostolic Bible College. Served as Secretary of Education in Arizona and New Mexico. EDUCACIÓN: Holt High School, Holt Michigan, Lansing Community College, Seminario Teológico Southwestern, Colegio Bíblico Nacional. EXPERIENCIA MINISTERIAL: 51 años de experiencia pastoral, 11 iglesias en los estados de Arizona, Nuevo México y la Florida. Trabajo misionera en Costa Rica. Obispo de la Asamblea Apostólica en los distritos de Nuevo México y La Florida. He enseñado en el Colegio Bíblico Apostólico de la Florida y el Colegio Bíblico Apostólico de Arizona. Presidente del Colegio Bíblico de la Florida. Secretario de Educación en los distritos de Nuevo México y Arizona.

Thursday, December 5, 2024

NUESTRO COMPROMISO A LA FAMILIA

Josué 24:15

La familia es una institución fundamental y universal que ha existido a lo largo de la historia. Cumple numerosos papeles y funciones vitales esenciales para desarrollar y mantener una sociedad sana y estable. La primera familia se formó. Antes de que se hiciera el Tabernáculo, antes del establecimiento de la iglesia, Dios instituyó la familia.

El concepto de familia es extremadamente importante en la Biblia. El concepto de familia fue introducido en el principio mismo, como vemos en Génesis 1:28, "Y los bendijo Dios, y les dijo: Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra y sojuzgadla y señoread en los peces del mar, en las aves de los cielos y en todas las bestias que se mueven sobre la tierra". El plan de Dios para la creación era que los hombres y las mujeres se casaran y tuvieran hijos. Un hombre y una mujer formarían una unión de "una sola carne" a través del matrimonio (Génesis 2:24), y ellos con sus hijos se convertirían en una familia, el bloque de construcción esencial de la sociedad humana.

También vemos desde el principio que los miembros de la familia debían cuidarse unos a otros. Cuando Dios le preguntó a Caín: "¿Dónde está Abel tu hermano?". La respuesta de Caín es la frívola: “¿Soy yo acaso el guardián de mi hermano?”. La implicación es que, sí, se esperaba que Caín fuera el guardián de Abel y viceversa.

Una de las funciones más cruciales de la familia es brindar apoyo emocional y físico a sus miembros. Los miembros de la familia se ofrecen amor, cuidado y ayuda entre sí, fomentando la seguridad y la estabilidad emocional. Dentro de la familia, los individuos aprenden habilidades esenciales para la vida, como la resolución de problemas, la comunicación y las habilidades interpersonales que los ayudan a desenvolverse en sus vidas y relaciones con los demás.

Otro papel vital de la familia en la sociedad es transmitir valores y tradiciones culturales. Las familias a menudo transmiten valores y tradiciones religiosas, morales y éticas de generación en generación. Estos valores y tradiciones compartidos contribuyen a la cohesión y estabilidad generales de la comunidad en general.

La familia también desempeña un papel vital en la socialización y educación de los niños. Los padres sirven como maestros primarios y modelos a seguir para sus hijos, enseñándoles las habilidades y valores necesarios para la vida en sociedad. Los padres también brindan oportunidades para que los niños aprendan en un ambiente seguro y enriquecedor, lo cual es esencial para su desarrollo saludable.

LAZOS FAMILIARES:

El esposo y padre, esposa y madre, y los hijos, estos son los hilos que comprenden una familia. Tal como cada miembro de la familia se mezcla en la armonía de la unidad entera, un cuadro asombroso de la gracia, amor, y misericordia de Dios surge. En cuanto cada miembro contribuye su parte y cumple su papel, un milagro de fortaleza se forja.

LA UNIÓN DEL MATRIMONIO

El matrimonio es mucho más que dos individuos repitiendo votos en frente de un ministro. Es un escenario sobre que algo creativo sucede, algo que solo Dios puede desempeñar. Cuando Eva fue traída por primera ves a Adán, él dijo, “Esto es ahora hueso de mis huesos y carne de mi carne; ésta será llamada Varona, porque del varón fue tomada...y serán una sola carne” (Gén. 2:23-24). Estos dos individuos diversos fueron soldados juntos en un ser santo en la vista de Dios.

LA CASA LLEGA A SER UN HOGAR

Una casa puede contener ladrillo, mortero, y madera, pero los elementos que constituyen un hogar son el amor, paz, comprensión, seguridad, unidad, y confianza. El esposo de la mujer virtuosa mencionado en Proverbios 31:11 confía en ella. La confianza es necesaria para que una casa llegue a ser un hogar.

LOS  HIJOS  AGREGAN  UNA  DIMENSIÓN  NUEVA

Verdaderamente los hijos son el más grande de los valores terrenales. Ellos son una extensión del hogar, la influencia de familia, y la relación familiar con Dios. El salmista declaro que los hijos traen felicidad. Ligado al corazón de nuestros hijos están las cosas en la vida que realmente son importantes: felicidad, seguridad, influencia, auto-estima, y fortaleza. Tal bendición son los hijos al hogar que Jesús usó el carácter de niños para ilustrar como los adultos deberían conducirse en el reino de Dios (Mateo 18:3-6).

MANTENIENDO RAÍCES FAMILIARES

En estos últimos días nos encaramos con una sociedad inestable que severamente ha puesto mucha presión en los hogares. Esta inestabilidad es muy obvia en hogares donde el Señor es ausente y, consiguientemente, no hay principios espirituales unificadores sobre que la familia se construye.

Desafortunadamente no es solamente en los hogares en que Dios no es incluido que sufre de estas problemas comunes. Muchas de las mismas presiones han venido afectar el hogar Cristiano también. Muchas madres Cristianas también han tenido que trabajar, por elección o por la necesidad, y el hogar frecuentemente sufre la tensión que resulta de esta decisión. Qué gozo es para los niños a regresar a su casa de la escuela y ser recibidos por una madre amante quien ha estada ocupada trabajando y orando para que un hogar limpio, cómodo y piadoso los espera. Allí ellos encontrarán paz, armonía, seguridad, y amor.

Por más ocupados que estén, cada familia debería proveer tiempo durante cada día para estar juntos. La armonía y raíces familiares no son establecidas y mantenidas por notas dejadas sobre la puerta del refrigerador o la mesa.

VALORES FAMILIARES:

La mayor parte de nuestra vida se pasa bajo la influencia del hogar. La escuela, la iglesia, y el trabajo afectan a los hijos en una gran manera, pero todo ellos combinados no deberían ser capaces de  superar  la influencia del hogar. Los valores de un niño se fijan en el hogar. Las cosas que él ama y odia, las cosas que él disfruta y detesta, las cosas a las cuales él se rinde o resiste todo esto es establecido en el hogar.

UNIDAD

Uno de los grandes instintos del hombre es el deseo de pertenecer. La unidad que un hogar cristiano cría cumple este deseo. En el Salmo 68:6 el salmista escribió, “Dios hace habitar en familia a los desamparados.” Dios reconoce la necesidad humana innata que una persona pertenezca a algo más grande que sí mismo. En esos tiempos que la familia esta junta, deberían incluir siempre tiempo para la oración. Se ha dicho que, “La familia que ora juntos permanecen unidos.” ¡Que verdad, y cuan necesitado esta en nuestras familias cristianas y el mundo de hoy!

OPORTUNIDADES

El hogar es como un observatorio donde cada uno aprendemos del otro, no solo por lo qué oíamos pero también por lo que vemos. El hogar nos brinde la más grande oportunidad de influir espiritualmente a nuestros hijos para el bien. El hogar es la escuela más grande de Dios. Cada miembro de la familia es a veces el estudiante y a veces el profesor.

EL CUIDADO

El fundamento de un buen hogar debe incluir amor. Pedro amonestó a los primeros Cristianos que tuvieran ferviente amor entre ellos (I Pedro 4:8). En ninguna otra parte debe este ferviente e inagotable amor ser más evidente que en nuestros hogares. Las epístolas están llenas de instrucciones con respecto a nuestra relación con otros miembros del cuerpo de Cristo. Frecuentemente nos olvidamos que estos mismos principios se aplican a nuestra familia terrenal también. Se nos enseña a:

1. Dar hospitalidad uno a otro sin murmurar (I Pedro 4:9).

2. Amaos los unos a los otros con amor fraternal (Romanos 12:10).

3. Honorablemente preferir los unos a los otros (Romanos 12:10).

4. Ser benignos unos con otros (Efesios 4:32).

METAS FAMILIARES:

Josué levanto una meta y norma fuerte para su familia cuando él proclamó, “Pero yo y mi casa serviremos a Jehová.” Es importante que una familia tenga dirección definitiva.

EVALÚE LA POSICIÓN ACTUAL

Hay muchas preguntas que deben contestarse. Cada miembro de familia debería preguntarse:

1. ¿Esta Dios en el centro de las decisiones de esta familia?

2. ¿Se le permite a Dios que dirigía esta familia según Su voluntad y propósito?

3. ¿Contribuye cada miembro de la familia positivamente a la armonía del hogar?

4. ¿Se retendrá nuestra estructura financiera actual en los meses y años por venir?

FIJANDO METAS DE LARGO Y CORTO PLAZO

Una vez que los miembros de la familia han determinado sus necesidades, pueden ahora considerar para donde quieren ir de aquí. Y una vez que ellos han decidido sus metas, ¿como podrán llegar a estas metas? Algunas metas son necesariamente metas de largo plazo. Por lo tanto, es importante fijar una serie de metas a corto plazas que conducirán a las metas finales.

METAS ESPIRITUALES PARA LA FAMILIA

Planificación para jubilarse, una vacación, o comprar un caro nuevo es excitante para cualquier familia. Sin embargo, la relación de la familia  con Dios debería ser la más grande prioridad. El corazón del hogar debe palpitar en armonía con el corazón de Dios. Esto solo se logra cuando los deseos de Dios llegan a ser nuestros y que los perseguimos con toda diligencia.

NUESTRO HIJO REPRESENTA EL FUTURO

Los padres judíos reconocen que cada niño representa el futuro judío, y eso ha intensificado el aprecio de la comunidad por los niños, quienes no solo son amados, sino también apreciados. (Deut. 6:4-9)

La biblia nos dice que los hijos son un don de Dios (Salmo 127:3). Es la responsabilidad de los padres formarlos correctamente. De hecho, el valor que Dios ha puesto cuando le enseñamos a nuestros hijos la verdad, se trata claramente por Moisés cuando le enfatizó a su pueblo la importancia de enseñar a sus hijos acerca del Señor, de Sus mandamientos y leyes (Deut. 6:4-9).

Los padres deberían tener el mismo celo que Moisés tuvo para enseñar a sus hijos. A los padres se les ha dado el privilegio de ser guardianes de la vida de sus hijos durante un período de tiempo muy corto, aunque la enseñanza y la formación que ofrecen son eternas. De acuerdo a los principios de los proverbios, un niño que es diligentemente entrenado en el "camino que debe seguir", probablemente permanecerá fiel a ese camino en esta vida y cosechará sus frutos en la vida venidera. (Prov. 22:6)

EL ORDEN DE DIOS PARA LA FAMILIA

La clave para un buen matrimonio es la comunicación abierta y honesta, es decir, la transparencia mutua.

Ef. 5:21-25: El simple hecho de que la Biblia le diga a la esposa que respete a su esposo no significa que esto sea algo que se dé de manera natural. Cuando a una esposa se la da por sentada o se la maltrata en el matrimonio, especialmente en forma de abuso, no tiene por qué respetar a su esposo por ello.

De la misma manera, la confianza debe ganarse si se ha roto. El respeto también debe ganarse y no simplemente concederse. Una mujer no tiene por qué admirar rasgos de carácter que no estén en harmonía con Dios o su voluntad.

Los hijos deben honrar a sus padres, independientemente de si sus padres "merecen" o no honor. Dios nos exhorta a honrar al padre y a la madre. Valora honrar a los padres lo suficiente como para incluirlo en los Diez Mandamientos (Éxodo 20:12) y nuevamente en el Nuevo Testamento: "Hijos, obedezcan a sus padres en el Señor, porque esto es justo. Honra a tu padre y a tu madre, que es el primer mandamiento con promesa, para que te vaya bien y tengas larga vida en la tierra" (Efesios 6:1-3). Honrar a los padres es el único mandamiento en las Escrituras que promete una larga vida como recompensa.

Aquellos que honran a sus padres son bendecidos. En contraste, los que tienen una "mente depravada" y los que exhiben impiedad en los últimos días se caracterizan por la desobediencia a los padres (Romanos 1:30; II Timoteo 3:2).

La forma en que respetamos a nuestros padres dice mucho sobre cómo mostramos respeto a Dios. Honrar a nuestro padre y a nuestra madre nos enseña a honrar mejor a Dios.

DE GENERACION A GENERACION  (Josué 4:21-24, Jueces 2:10-12)

Nosotros, como padres, tenemos la responsabilidad de llevar la verdad de Dios y asegurarnos de que se transmita a la siguiente generación (Salmo 102:18). Tenemos la obligación de transmitir las historias de lo que Dios hizo por nosotros (Salmo 71:18). Dios nos hace responsables del desarrollo espiritual de nuestros hijos.

Nuestros hijos esperan de nosotros las respuestas. Cuando te pregunten: “¿Qué significan estas piedras?”, ¿qué les dirás? El cristianismo siempre está a solo una generación de la extinción. Y cada iglesia está a solo una generación de cerrar. Si no transmitimos nuestra fe a la nueva generación, habremos fallado en nuestra tarea más importante.

Josué no estaba preocupado por su generación, estaba mirando hacia el futuro, pensando en el legado de fe que transmitiría a la siguiente generación.

Una generación es aquel grupo de personas que siguen de sus antepasados o el tiempo de espacio entre los padres y sus hijos.

Este verso une la generación de los padres que trajeron a los hijos de Israel a la tierra prometida con la generación de sus hijos que vivieron en la tierra prometida. La generación que se levantó no conocía de Dios y no conocían las obras que él había hecho por Israel.

Conocer a Dios va más allá de oír hablar de Dios a experimentar a Dios. Es el tipo de conocimiento que viene a través de andar con Dios. La falta de la siguiente generación del conocimiento de Dios y sus obras es una acusación de sus padres.

Cuánto sabemos acerca de Dios depende en gran medida de la fundación recibida de nuestros padres y cuánto sabrán nuestros hijos depende de cuán bien les enseñamos. Si nuestros hijos continuaran nuestra fe, deberíamos invertir el tiempo para instrúyelos y exponiéndolos a las cosas de Dios. Es un error asumir que nuestros hijos seguirán automáticamente nuestra fe si no los exponemos al servicio de Dios a medida que crecen hasta la edad adulta (Proverbios 22:6).

Conceptos erróneos:

1. Los hijos captarán nuestros valores espirituales simplemente por estar cerca de sus padres y de la Iglesia. Si bien es cierto que los valores se transmiten más de lo que se enseñan, si no somos intencionales en enseñar el por qué detrás del valor, es posible que no comprendan por qué es importante la fe. Y seamos honestos como padres, nuestros hijos no siempre ven nuestro mejor lado; pueden captar los valores equivocados, que se manifiestan en nuestros momentos de debilidad.

2. Es el trabajo de los profesionales; para eso está la iglesia. Algunos padres se apartan del juego, sintiendo que su falta de conocimiento o sus errores previos los descalifican para ser la principal influencia espiritual en la vida de sus hijos. Sin embargo, si usted sabe lo suficiente del Evangelio para creer en Jesucristo como su Salvador, entonces sabe lo suficiente para comenzar a influenciar a sus hijos para que también crean en Jesús. Y la realidad es que usted está mucho más presente en la vida de su hijo de lo que cualquier líder de la iglesia puede esperar estar.

3: No vale la pena el esfuerzo. Es cierto que la adolescencia es una etapa de transición hacia la independencia, que puede generar resistencia y rebelión contra los deseos de los padres.

Oportunidades abundan para un hombre y mujer quien se une en matrimonio. Ellos tienen la oportunidad de forjar un hogar fuerte que se funda sobre valores eternos. Ellos tienen la oportunidad de criar hijos que reflejarán su consagración y trae bendición a la causa de Dios.

La familia es una institución vital que brinda apoyo emocional, transmite valores y tradiciones culturales, educa a los niños y sirve como base para comunidades saludables y estables. Al reconocer los papeles y funciones de la familia, podemos apreciar mejor la importancia de nutrir y apoyar la unidad familiar y promover relaciones familiares saludables.

 

    

OUR COMMITMENT TO THE FAMILY

 Joshua 24:15

The family is a fundamental and universal institution that has existed throughout history. It serves numerous vital roles and functions essential to developing and maintaining a healthy and stable society. The first family was formed. Before the Tabernacle was made, before the establishment of the church, God instituted the family.

The concept of family is extremely important in the Bible. The concept of family was introduced in the very beginning, as we see in Genesis 1:28, "God blessed them and said to them, ‘Be fruitful and increase in number; fill the earth and subdue it. Rule over the fish of the sea and the birds of the air and over every living creature that moves on the ground.'" God’s plan for creation was for men and women to marry and have children. A man and a woman would form a "one-flesh" union through marriage (Genesis 2:24), and they with their children become a family, the essential building block of human society.
We also see early on that family members were to look after and care for one another. When God asked Cain, "Where is Abel your brother?" Cain’s response is the flippant "Am I my brother’s keeper?" The implication is that, yes, Cain was expected to be Abel’s keeper and vice versa.

One of the family’s most crucial functions is providing emotional and physical support to its members. Family members offer love, care, and help to one another, fostering emotional security and stability. Within the family, individuals learn essential life skills, such as problem-solving, communication, and interpersonal skills that help them navigate their lives and relationships with others.

Another vital role of the family in society is transmitting cultural values and traditions. Families often pass down religious, moral, and ethical values and traditions from generation to generation. These shared values and traditions contribute to the overall cohesiveness and stability of the larger community.

The family also plays a vital role in the socialization and education of children. Parents serve as primary teachers and role models for their children, teaching them the skills and values necessary for life in society. Parents also provide opportunities for children to learn in a safe and nurturing environment, which is essential for the healthy development of children.

FAMILY TIES

Husband and father, wife and mother, and children, these are the threads that comprise a beautiful family. As each family member is blended into the harmony of the whole unit, an amazing picture of God’s grace, love, and mercy emerges. As each member contributes his part and fulfills his role, a miracle of strength is forged.

UNION OF MARRIAGE

A marriage is much more than two individuals repeating vows in front of a minister. It is a stage upon which something creative happens, something that only God can perform. When Eve was first brought to Adam, he said, “This is now bone of my bones, and flesh of my flesh: She shall be called Woman, because she was taken out of Man...And they shall be one flesh” (Gen. 2:23-24). These two diverse individuals were melded together into one holy being in the sight of God.

A HOUSE BECOMES A HOME

A house may be comprised of brick, mortar, and wood, but the elements that make up a home are love, peace, understanding, security, unity, and trust. The husband of the virtuous woman mentioned in Proverbs 31:11 trusted in her. Trust is necessary for a house to become a home.

CHILDREN ADD A NEW DIMENSION

Children are truly the greatest of earthly values. They are an extension of the family home, the family influence, and the family’s relationship to God. The psalmist stated that children bring happiness. Bound up in the heart of our children are the things in life that really matter like happiness, fulfillment, security, influence, self-esteem, and strength. Such a blessing are children to a home that Jesus used the character of children to illustrate how adults should conduct themselves in the kingdom of God. (Matthew 18:3-6).

MAINTAINING FAMILY ROOTS

Today we are facing an unstable society that has severely stressed the home. This instability is most obvious in homes where God is absent and, consequently, there are no unifying spiritual principles upon which the family is built.

Unfortunately it is not only homes in which God is not included that suffer from these common problems. Many of the same pressures have come to bear on the Christian home as well. Many Christian mothers have also taken jobs outside the home, either by choice or by necessity, and the home often suffers the stress that results from this decision. What a joy it is for the children to come home from school to be greeted by a loving mother who has been busy working and praying to see to it that a clean, comfortable, and godly home awaits them! There they will find peace, harmony, security, and love.

No matter how busy they all may be, every family should provide time during each day that the entire family is together. Family roots and harmony are not established and maintained by notes left on the stove or refrigerator door.

FAMILY VALUES

The vast majority of one’s life is spent under the influence of the home. School, church, and jobs affect children in a great way, but all of them combined should not be able to overpower the influence of the home. A child’s value system is fixed at home. The things he loves and hates the things he enjoys and dislike, the things he yields to or resists, these are all established at home.

TOGETHERNESS

One of man’s greatest instincts is the desire to belong. The togetherness that a Christian home breeds fulfills this desire. In Psalm 68:6 the psalmist wrote, “God setteth the solitary in families.” God realized the innate human need for a person to belong to something larger than himself. In times of togetherness, families should always include time for prayer. It has been said, “The family that prays together stays together.” How true, and how greatly needed in our church families and world today!

OPPORTUNITIES

The home is like an observation tower where we each learn from one another, not only by what we hear but also by what we see. The home offers parents the greatest opportunity to influence spiritually their children for good. The home is God’s greatest university. Every family member is sometimes a student and sometimes the professor.

CARING

The foundation of any successful home must include love. Peter admonished the early Christians to have fervent love among themselves (I Peter 4:8). Nowhere should this fervent and unfailing love be more evident than in our homes.

The epistles are filled with instructions as to our relationship with other members of the body of Christ. Often we forget that these same principles apply to our own family as well. We are taught to:

1. Give hospitality one to another without grudging (I Peter 4:9).

2. Be kindly affectionate one to another with brotherly love (Romans 12:10).

3. Honorably prefer one another (Romans 12:10).

4. Be kind one to another (Ephesians 4:32).

FAMILY GOALS

Joshua lifted up a strong standard and goal for his family when he proclaimed, “But as for me and my house, we will serve the LORD.” It is important that a family have definite direction.

EVALUATE THE PRESENT POSITION

There are many questions that should be answered. To name only a few, each family member should ask himself:

1. Is God at the center of this family’s decisions?

2. Is God allowed to guide this family according to His will and purpose?

3. Does each family member contribute positively to the harmony of the home?

SETTING SHORT-TERM AND LONG-TERM GOALS

Once the family members have determined their honest needs, they can consider where they want to go from here. And once they have decided their goals, how may they arrive at these goals? Some goals are necessarily long-term goals. Therefore, it is important to set a series of short-term goals that will lead to the ultimate goals.

SPIRITUAL GOALS FOR THE FAMILY

Planning to retire, mortgages, visit the Grand Canyon, or purchase a new car is exciting for any family. However, the relationship of the family to Jesus Christ should be the greatest priority. The heart of the home must beat in harmony with the heart of God. This is only accomplished when God’s desires become our desires and we pursue after Him with all diligence.

OUR CHILD REPRESENTS THE FUTURE

Jewish parents recognize that every child represents the Jewish future; and that has actually intensified the community’s appreciation for children, who are not just loved, but treasured. (Deut. 6:4-9)

The Bible tells us that children are a gift from God (Psalm 127:3). It is the responsibility of parents to raise them correctly. In fact, the value that God has placed on teaching our children the truth is clearly addressed by Moses when he emphasized to his people the importance of teaching their children about the Lord, His commandments and laws (Deut. 6:4-9).

Parents should have the same zeal that Moses had in teaching their children. Parents have been given the privilege of being guardians of their children’s lives for a very short period of time, although the teaching and training they offer is eternal. According to the principles of Proverbs, a child who is diligently trained in the “way he should go” will likely remain faithful to that way in this life and reap its rewards in the life to come. (Prov. 22:6)

GODS ORDER FOR THE FAMILY

The key to a good marriage is open and honest communication, which is mutual transparency.

Eph. 5:21-25: Just because the Bible tells a wife to respect her husband doesn’t mean this comes naturally. When a wife is taken for granted or mistreated in marriage, especially in the form of abuse, she doesn’t have to respect her husband for it.

Likewise, trust must be earned if it has been broken. Respect must also be earned and not simply granted. A woman doesn’t have to admire character traits that are not in harmony with God or His will.

Children are to honor their parents, regardless of whether or not their parents “deserve” honor. God exhorts us to honor father and mother. He values ​​honoring parents enough to include it in the Ten Commandments (Exodus 20:12) and again in the New Testament: “Children, obey your parents in the Lord, for this is right. Honor your father and your mother, which is the first commandment with promise, so that it may be well with you and that you may live long on the earth” (Ephesians 6:1-3). Honoring parents is the only commandment in Scripture that promises long life as a reward.

Those who honor their parents are blessed. In contrast, those who have a “depraved mind” and those who exhibit ungodliness in the last days are characterized by disobedience to parents (Romans 1:30; II Timothy 3:2).

The way we respect our parents tells a lot about how we show respect to God. Honoring our father and our mother teaches us how to honor God better.

FROM GENERATION TO GENERATION (Joshua 4:21-24, Judges 2:10-12)

We, as parents, have the responsibility to carry God's truth and make sure it is passed on to the next generation (Psalm 102:18). We have an obligation to pass on the stories of what God did for us (Psalm 71:18). God holds us responsible for the spiritual development of our children.

Our children look to us for answers. When they ask you, “What do these stones mean?” what will you tell them? Christianity is always just one generation away from extinction. And every church is just one generation away from closing. If we do not pass on our faith to the next generation, we will have failed in our most important task.

Joshua was not concerned about his generation, he was looking ahead, thinking about the legacy of faith he would pass on to the next generation.

A generation is that group of people who follow their ancestors or the time gap between parents and their children.

This verse links the generation of the parents who brought the children of Israel to the Promised Land with the generation of their children who lived in the Promised Land. The generation that arose did not know God and did not know the works He had done for Israel.

Knowing God goes beyond hearing about God to experiencing God. It is the kind of knowledge that comes through walking with God. The next generation's lack of knowledge of God and His works is an indictment of their parents.

How much we know about God depends largely on the foundation received from our parents and how much our children will know depends on how well we teach them. If our children were to continue our faith, we should invest the time to instruct them and expose them to the things of God. It is a mistake to assume that our children will automatically follow our faith if we do not expose them to the service of God as they grow into adulthood (Proverbs 22:6).

Misconceptions:

1. Children will pick up on our spiritual values ​​simply by being around their parents and the Church. While it is true that values ​​are passed on more than they are taught, if we are not intentional about teaching the why behind the value, they may not understand why faith is important. And let's be honest as parents, our children don't always see our best side; they may pick up on the wrong values, which are manifested in our moments of weakness.

2. It is the job of professionals; that’s what the church is for. Some parents step out of the game, feeling that their lack of knowledge or their previous mistakes disqualify them from being the primary spiritual influence in their children's lives. However, if you know enough of the gospel to believe in Jesus Christ as their Savior, then you know enough to begin influencing your children to believe in Jesus as well. And the reality is that you are far more present in your child's life than any church leader can hope to be.

3: It's not worth the effort. It's true that adolescence is a transitional stage toward independence, which can generate resistance and rebellion against parental wishes.

Opportunities abound for a man and woman who are joined together in marriage. They have the opportunity to forge a strong home that is founded on eternal values. They have the opportunity to rear children that will mirror their consecration and bring blessing to the cause of God.

The family is a vital institution that provides emotional support, transmits cultural values and traditions, educates children, and serves as the foundation for healthy and stable communities. By recognizing the roles and functions of the family, we can better appreciate the significance of nurturing and supporting the family unit and promoting healthy family relationships.