Josué 24:15
La
familia es una institución fundamental y universal que ha existido a lo largo
de la historia. Cumple numerosos papeles y funciones vitales esenciales para
desarrollar y mantener una sociedad sana y estable. La primera familia se
formó. Antes de que se hiciera el Tabernáculo, antes del establecimiento de la
iglesia, Dios instituyó la familia.
El
concepto de familia es extremadamente importante en la Biblia. El concepto de
familia fue introducido en el principio mismo, como vemos en Génesis 1:28,
"Y los bendijo Dios, y les dijo: Fructificad y multiplicaos; llenad la
tierra y sojuzgadla y señoread en los peces del mar, en las aves de los cielos
y en todas las bestias que se mueven sobre la tierra". El plan de Dios
para la creación era que los hombres y las mujeres se casaran y tuvieran hijos.
Un hombre y una mujer formarían una unión de "una sola carne" a
través del matrimonio (Génesis 2:24), y ellos con sus hijos se convertirían en
una familia, el bloque de construcción esencial de la sociedad humana.
También
vemos desde el principio que los miembros de la familia debían cuidarse unos a
otros. Cuando Dios le preguntó a Caín: "¿Dónde está Abel tu hermano?".
La respuesta de Caín es la frívola: “¿Soy yo acaso el guardián de mi hermano?”.
La implicación es que, sí, se esperaba que Caín fuera el guardián de Abel y
viceversa.
Una
de las funciones más cruciales de la familia es brindar apoyo emocional y
físico a sus miembros. Los miembros de la familia se ofrecen amor, cuidado y
ayuda entre sí, fomentando la seguridad y la estabilidad emocional. Dentro de
la familia, los individuos aprenden habilidades esenciales para la vida, como
la resolución de problemas, la comunicación y las habilidades interpersonales
que los ayudan a desenvolverse en sus vidas y relaciones con los demás.
Otro
papel vital de la familia en la sociedad es transmitir valores y tradiciones
culturales. Las familias a menudo transmiten valores y tradiciones religiosas,
morales y éticas de generación en generación. Estos valores y tradiciones
compartidos contribuyen a la cohesión y estabilidad generales de la comunidad
en general.
La
familia también desempeña un papel vital en la socialización y educación de los
niños. Los padres sirven como maestros primarios y modelos a seguir para sus
hijos, enseñándoles las habilidades y valores necesarios para la vida en
sociedad. Los padres también brindan oportunidades para que los niños aprendan
en un ambiente seguro y enriquecedor, lo cual es esencial para su desarrollo
saludable.
LAZOS FAMILIARES:
El esposo
y padre, esposa y madre, y los hijos, estos son los hilos que comprenden una
familia. Tal como cada miembro de la familia se mezcla en la armonía de la
unidad entera, un cuadro asombroso de la gracia, amor, y misericordia de Dios
surge. En cuanto cada miembro contribuye su parte y cumple su papel, un milagro
de fortaleza se forja.
LA UNIÓN DEL MATRIMONIO
El
matrimonio es mucho más que dos individuos repitiendo votos en frente de un
ministro. Es un escenario sobre que algo creativo sucede, algo que solo Dios
puede desempeñar. Cuando Eva fue traída por primera ves a Adán, él dijo, “Esto
es ahora hueso de mis huesos y carne de mi carne; ésta será llamada Varona,
porque del varón fue tomada...y serán una sola carne” (Gén. 2:23-24). Estos dos
individuos diversos fueron soldados juntos en un ser santo en la vista de Dios.
LA CASA LLEGA A SER UN HOGAR
Una casa
puede contener ladrillo, mortero, y madera, pero los elementos que constituyen
un hogar son el amor, paz, comprensión,
seguridad, unidad, y confianza. El esposo de la mujer virtuosa
mencionado en Proverbios 31:11 confía en ella. La confianza es necesaria para
que una casa llegue a ser un hogar.
LOS
HIJOS AGREGAN UNA DIMENSIÓN NUEVA
Verdaderamente
los hijos son el más grande de los valores terrenales. Ellos son una extensión
del hogar, la influencia de familia, y la relación familiar con Dios. El
salmista declaro que los hijos traen felicidad. Ligado al corazón de nuestros
hijos están las cosas en la vida que realmente son importantes: felicidad, seguridad, influencia,
auto-estima, y fortaleza. Tal bendición son los hijos al hogar que Jesús
usó el carácter de niños para ilustrar como los adultos deberían conducirse en
el reino de Dios (Mateo 18:3-6).
MANTENIENDO RAÍCES FAMILIARES
En estos
últimos días nos encaramos con una sociedad inestable que severamente ha puesto
mucha presión en los hogares. Esta inestabilidad es muy obvia en hogares donde
el Señor es ausente y, consiguientemente, no hay principios espirituales
unificadores sobre que la familia se construye.
Desafortunadamente
no es solamente en los hogares en que Dios no es incluido que sufre de estas
problemas comunes. Muchas de las mismas presiones han venido afectar el hogar
Cristiano también. Muchas madres Cristianas también han tenido que trabajar,
por elección o por la necesidad, y el hogar frecuentemente sufre la tensión que
resulta de esta decisión. Qué gozo es para los niños a regresar a su casa de la
escuela y ser recibidos por una madre amante quien ha estada ocupada trabajando
y orando para que un hogar limpio, cómodo y piadoso los espera. Allí ellos
encontrarán paz, armonía, seguridad, y amor.
Por más
ocupados que estén, cada familia debería proveer tiempo durante cada día para
estar juntos. La armonía y raíces
familiares no son establecidas y mantenidas por notas dejadas sobre la puerta del
refrigerador o la mesa.
VALORES FAMILIARES:
La mayor
parte de nuestra vida se pasa bajo la influencia del hogar. La escuela, la
iglesia, y el trabajo afectan a los hijos en una gran manera, pero todo ellos combinados no deberían ser
capaces de superar la influencia del hogar. Los valores
de un niño se fijan en el hogar. Las cosas que él ama y odia, las cosas que él
disfruta y detesta, las cosas a las cuales él se rinde o resiste todo
esto es establecido en el hogar.
UNIDAD
Uno de
los grandes instintos del hombre es el deseo de pertenecer. La unidad que
un hogar cristiano cría cumple este deseo. En el Salmo 68:6 el salmista
escribió, “Dios hace habitar en familia a los desamparados.” Dios reconoce la
necesidad humana innata que una persona pertenezca a algo más grande que sí
mismo. En esos tiempos que la familia esta junta, deberían incluir siempre
tiempo para la oración. Se ha dicho que, “La familia que ora juntos permanecen
unidos.” ¡Que verdad, y cuan necesitado esta en nuestras familias cristianas y
el mundo de hoy!
OPORTUNIDADES
El hogar
es como un observatorio donde cada uno aprendemos del otro, no solo por lo qué
oíamos pero también por lo que vemos. El hogar nos brinde la más grande
oportunidad de influir espiritualmente a nuestros hijos para el bien. El hogar
es la escuela más grande de Dios. Cada miembro de la familia es a veces el
estudiante y a veces el profesor.
EL CUIDADO
El
fundamento de un buen hogar debe incluir amor. Pedro amonestó a los primeros
Cristianos que tuvieran ferviente amor entre ellos (I Pedro 4:8). En ninguna
otra parte debe este ferviente e inagotable amor ser más evidente que en
nuestros hogares. Las epístolas están llenas de instrucciones con respecto a
nuestra relación con otros miembros del cuerpo de Cristo. Frecuentemente nos
olvidamos que estos mismos principios se aplican a nuestra familia terrenal
también. Se nos enseña a:
1. Dar
hospitalidad uno a otro sin murmurar (I Pedro 4:9).
2. Amaos
los unos a los otros con amor fraternal (Romanos 12:10).
3.
Honorablemente preferir los unos a los otros (Romanos 12:10).
4. Ser
benignos unos con otros (Efesios 4:32).
METAS FAMILIARES:
Josué
levanto una meta y norma fuerte para su familia cuando él proclamó, “Pero yo y
mi casa serviremos a Jehová.” Es importante que una familia tenga dirección
definitiva.
EVALÚE LA POSICIÓN ACTUAL
Hay
muchas preguntas que deben contestarse. Cada miembro de familia debería
preguntarse:
1. ¿Esta
Dios en el centro de las decisiones de esta familia?
2. ¿Se le
permite a Dios que dirigía esta familia según Su voluntad y propósito?
3.
¿Contribuye cada miembro de la familia positivamente a la armonía del hogar?
4. ¿Se
retendrá nuestra estructura financiera actual en los meses y años por venir?
FIJANDO METAS DE LARGO Y CORTO PLAZO
Una vez
que los miembros de la familia han determinado sus necesidades, pueden ahora
considerar para donde quieren ir de aquí. Y una vez que ellos han decidido sus
metas, ¿como podrán llegar a estas metas? Algunas metas son necesariamente
metas de largo plazo. Por lo tanto, es importante fijar una serie de metas a
corto plazas que conducirán a las metas finales.
METAS ESPIRITUALES PARA LA FAMILIA
Planificación
para jubilarse, una vacación, o comprar un caro nuevo es excitante para
cualquier familia. Sin embargo, la
relación de la familia con Dios debería
ser la más grande prioridad. El corazón del hogar debe palpitar en
armonía con el corazón de Dios. Esto solo se logra cuando los deseos de Dios
llegan a ser nuestros y que los perseguimos con toda diligencia.
NUESTRO HIJO REPRESENTA EL FUTURO
Los padres judíos
reconocen que cada niño representa el futuro judío, y eso ha intensificado el
aprecio de la comunidad por los niños, quienes no solo son amados, sino también
apreciados. (Deut. 6:4-9)
La biblia nos
dice que los hijos son un don de Dios (Salmo 127:3). Es la responsabilidad de
los padres formarlos correctamente. De hecho, el valor que Dios ha puesto
cuando le enseñamos a nuestros hijos la verdad, se trata claramente por Moisés
cuando le enfatizó a su pueblo la importancia de enseñar a sus hijos acerca del
Señor, de Sus mandamientos y leyes (Deut. 6:4-9).
Los padres
deberían tener el mismo celo que Moisés tuvo para enseñar a sus hijos. A los
padres se les ha dado el privilegio de ser guardianes de la vida de sus hijos
durante un período de tiempo muy corto, aunque la enseñanza y la formación que
ofrecen son eternas. De acuerdo a los principios de los proverbios, un niño que
es diligentemente entrenado en el "camino que debe seguir",
probablemente permanecerá fiel a ese camino en esta vida y cosechará sus frutos
en la vida venidera. (Prov. 22:6)
EL ORDEN DE DIOS PARA LA FAMILIA:
La clave para un
buen matrimonio es la comunicación abierta y honesta, es decir, la
transparencia mutua.
Ef. 5:21-25: El
simple hecho de que la Biblia le diga a la esposa que respete a su esposo no
significa que esto sea algo que se dé de manera natural. Cuando a una esposa se
la da por sentada o se la maltrata en el matrimonio, especialmente en forma de
abuso, no tiene por qué respetar a su esposo por ello.
De la misma
manera, la confianza debe ganarse si se ha roto. El respeto también debe
ganarse y no simplemente concederse. Una mujer no tiene por qué admirar rasgos
de carácter que no estén en harmonía con Dios o su voluntad.
Los hijos deben
honrar a sus padres, independientemente de si sus padres "merecen" o
no honor. Dios nos exhorta a honrar al padre y a la madre. Valora honrar a los
padres lo suficiente como para incluirlo en los Diez Mandamientos (Éxodo 20:12)
y nuevamente en el Nuevo Testamento: "Hijos, obedezcan a sus padres en el
Señor, porque esto es justo. Honra a tu padre y a tu madre, que es el primer
mandamiento con promesa, para que te vaya bien y tengas larga vida en la
tierra" (Efesios 6:1-3). Honrar a los padres es el único mandamiento en
las Escrituras que promete una larga vida como recompensa.
Aquellos que
honran a sus padres son bendecidos. En contraste, los que tienen una
"mente depravada" y los que exhiben impiedad en los últimos días se
caracterizan por la desobediencia a los padres (Romanos 1:30; II Timoteo 3:2).
La forma en que respetamos a nuestros padres dice
mucho sobre cómo mostramos respeto a Dios. Honrar a nuestro padre y a nuestra
madre nos enseña a honrar mejor a Dios.
DE GENERACION A GENERACION (Josué 4:21-24, Jueces 2:10-12)
Nosotros, como padres, tenemos la responsabilidad de llevar la verdad de
Dios y asegurarnos de que se transmita a la siguiente generación (Salmo
102:18). Tenemos la obligación de transmitir las historias de lo que Dios hizo
por nosotros (Salmo 71:18). Dios nos hace responsables del desarrollo
espiritual de nuestros hijos.
Nuestros hijos esperan de nosotros las respuestas.
Cuando te pregunten: “¿Qué significan estas piedras?”, ¿qué les dirás? El
cristianismo siempre está a solo una generación de la extinción. Y cada iglesia
está a solo una generación de cerrar. Si no transmitimos nuestra fe a la nueva
generación, habremos fallado en nuestra tarea más importante.
Josué no estaba preocupado por su generación,
estaba mirando hacia el futuro, pensando en el legado de fe que transmitiría a
la siguiente generación.
Una generación es aquel grupo de personas que
siguen de sus antepasados o el tiempo de espacio entre los padres y sus hijos.
Este verso une la generación de los padres que
trajeron a los hijos de Israel a la tierra prometida con la generación de sus
hijos que vivieron en la tierra prometida. La generación que se levantó no
conocía de Dios y no conocían las obras que él había hecho por Israel.
Conocer a Dios va más allá de oír hablar de Dios a
experimentar a Dios. Es el tipo de conocimiento que viene a través de andar con
Dios. La falta de la siguiente generación del conocimiento de Dios y sus obras
es una acusación de sus padres.
Cuánto sabemos acerca de Dios depende en gran
medida de la fundación recibida de nuestros padres y cuánto sabrán nuestros
hijos depende de cuán bien les enseñamos. Si nuestros hijos continuaran nuestra
fe, deberíamos invertir el tiempo para instrúyelos y exponiéndolos a las cosas
de Dios. Es un error asumir que nuestros hijos seguirán automáticamente nuestra
fe si no los exponemos al servicio de Dios a medida que crecen hasta la edad
adulta (Proverbios 22:6).
Conceptos erróneos:
1. Los hijos captarán nuestros valores
espirituales simplemente por estar cerca de sus padres y de la Iglesia. Si bien
es cierto que los valores se transmiten más de lo que se enseñan, si no somos
intencionales en enseñar el por qué detrás del valor, es posible que no
comprendan por qué es importante la fe. Y seamos honestos como padres, nuestros
hijos no siempre ven nuestro mejor lado; pueden captar los valores equivocados,
que se manifiestan en nuestros momentos de debilidad.
2. Es el trabajo de los profesionales;
para eso está la iglesia. Algunos padres se apartan del juego, sintiendo que su
falta de conocimiento o sus errores previos los descalifican para ser la
principal influencia espiritual en la vida de sus hijos. Sin embargo, si usted
sabe lo suficiente del Evangelio para creer en Jesucristo como su Salvador,
entonces sabe lo suficiente para comenzar a influenciar a sus hijos para que
también crean en Jesús. Y la realidad es que usted está mucho más presente en
la vida de su hijo de lo que cualquier líder de la iglesia puede esperar estar.
3: No vale la pena el esfuerzo. Es cierto
que la adolescencia es una etapa de transición hacia la independencia, que
puede generar resistencia y rebelión contra los deseos de los padres.
Oportunidades
abundan para un hombre y mujer quien se une en matrimonio. Ellos tienen la
oportunidad de forjar un hogar fuerte que se funda sobre valores eternos. Ellos
tienen la oportunidad de criar hijos que reflejarán su consagración y trae
bendición a la causa de Dios.
La
familia es una institución vital que brinda apoyo emocional, transmite valores
y tradiciones culturales, educa a los niños y sirve como base para comunidades
saludables y estables. Al reconocer los papeles y funciones de la familia,
podemos apreciar mejor la importancia de nutrir y apoyar la unidad familiar y
promover relaciones familiares saludables.